Relato Social, Sociedad

Malá Straná.

Ramón Unzueta

Por Ulises F. Prieto.

El resplandor de fuera le impedía ver bien el monitor. A pesar de que sabía lo difícil que era que pasase por la facultad aquel día, se había sentado junto a la puerta para verla en cuanto llegara. Él también podría permitirse esperar algún que otro milagro. Todo el mundo hace concesiones, y de ésta nadie se iba a enterar… Era el jueves 16 de septiembre de 2004. En el calendario de ella, el primero del Rosh Hashaná del año cinco mil setecientos sesenta y cinco. En cuanto cayera el Sol, comenzaría “la santa convocación al son del shofar”… <<No, no creo en los milagros – insistía Ricardo a sí mismo-. Estoy aquí por casualidad… por puro milagro>> – sonrió.

Es una lástima que los autores no puedan hablar con sus personajes, porque en este instante me hubiera gustado preguntarle a Ricardo en qué creía. Probablemente me habría contestado: <<Creo en que soy ateo, pero tengo crisis de Fe>>. Las respuestas de Shabati suelen ser mucho más cómodas. Si le hubiéramos preguntado, casi con certeza habría respondido con toda sencillez:

  • –  Creo en Dios, y claro, creo en los milagros. Todo lo que existe es un milagro.
  • –  ¿La Creación? – Habríamos intentado aclarar.
  • –  Exacto, cada cosa que existe fue creada por Dios.

Si Ricardo hubiese estado, podría haber interrumpido.

  • –  ¿Lassombrastambién?
  • –  Todo – ella insistiría.
  • –  No, Dios creó la luz, pero las sombras las crean las cosas al interponerse.En esta conversación imaginaria entre Shabati y Ricardo hemos omitido algo importante, y es que hoy habría sido imposible. Ricardo suele exhibir una agilidad cínica en las conversaciones;

pero después de lo de ayer se había propuesto ser más cuidadoso. Intentaría ser como antes cuando lograba evitar aquellas bromitas.
La belleza de Sahavati es mesurada; pero de contrastes. Cualquier descripción de ella está repleta de conjunciones adversativas. Es una mujer pequeña; pero la esbeltez la hace parecer más alta. Anda rápido y con armonía. Suele pisar con seguridad y a la vez parecer leve (una gacela). El pelo es castaño muy oscuro, casi negro, no es largo ni corto, a menudo lo lleva atado en una cola de caballo apresurada. Viste sencillo y rara vez se maquilla, pero sus movimientos, la postura y el cuello digno, la obligan a ser elegante. La piel es muy blanca, sin huellas de su origen semita; pero las facciones sí son elocuentes. Posee una nariz gentilmente pronunciada (lo sé, el adverbio no es adecuado), un brillo en la mirada melancólico a la vez que inteligente. Su rostro en conjunto deja intuir alguna verdad sencilla, pero inefable; un misterio que cuando sonríe se disimula. Sus ojos son negros y profundos. Da vértigo asomarse a ellos. Tal parece que en cualquier momento puede emerger alguna historia atroz.

El acento es de la cuenca del Caribe. Prolonga las vocales de la primera sílaba de cada palabra, y concluye con desgano nasal la última. A Ricardo le sorprendía que aún con aquel deje, lograra tener un modo de hablar sofisticado y hasta un tono elegante. Su nombre completo es Shabati Rozzbart Vilaboy. El apellido Rozzbart no parece ser muy común. Cada vez que Ricardo está frente a algún ordenador, lo escribe en el buscador de Google y sólo aparece información sobre ella, y no mucha.

<<¿Es posible que sea la única Rozzbart de la Red? – Había vuelto a buscar su nombre mientras la esperaba. – Si todos son tan escurridizos como ella, claro que sí… Sí, claro que es posible. Siempre han dicho que son elitistas. Sólo la conozco a ella y es un ejemplo adecuado. Los educan en la idea de que son los poseedores del pacto, y luego el éxito en casi todo lo que emprenden les confirma en la creencia. Es lógico que nos miren como olvidados, desamparados, indefensos… inferiores. No necesitan de nuestro afecto, ni hacerse parte de nosotros, porque ya pertenecen a algo anterior. Siempre los necesitaremos más que ellos a nosotros… No me

necesita… Sí, es un milagro que aún esté aquí esperándola… No, no es un milagro, es ridículo… >>

La sombra de Shabati cayó sobre el monitor. A la vez brotó una secuencia de caracteres del borde inferior izquierdo. La pantalla estaba negra y el reflejo de ella aparecía envuelto por la luz de la puerta. Las filas de caracteres se apresuraban rápido sobre su imagen, y por la luz, parecía que se ceñían dentro de la silueta; la abrazaban de izquierda a derecha y luego se elevaban acariciándola desde la cintura hasta la sonrisa, donde lógicamente se perdían.

  • –  Shaná Tová – dijo Shabati.
  • –  Shaná Tová – respondió él – ¿Siempre llegas en el mejor momento, o es que siempre es elmejor momento porque llegas?Shabati no secó su sonrisa y caminó hacia él. Increíblemente a Ricardo tampoco se le secó la garganta.
  • –  ¿Qué es? – Preguntó ella.
  • –  Es el programa… Funciona.
  • –  Imposible. No me lo creo, debe de haber algún error.<<Dichosos aquellos que pueden no creer aún habiendo visto. >>- Se dijo él sólo a sí mismo, a pesar de que sabía que no era una de las bromas que a ella le afectaban.
  • –  ¿Cómo sabes que es ese programa y no otro? – preguntó ella.
  • –  ¿Qué quieres preguntar exactamente? Es el que está ahí.
  • –  ¿Cómo sabes que no está ocurriendo otra cosa? Para saber si un programa funcionacorrectamente hay que interactuar con él, y eso tal y como lo has diseñado no se puede hacer.
  • –  Esa pregunta ya me la hiciste ayer. – Ricardo se sentía inseguro.
  • –  Ni siquiera se puede decir que sea un programa- continuó ella -. Son sólo procesos físicos, electrónicos, que están ocurriendo en la computadora. Es lo que se puede constatar, no otra cosa. En un programa informático tiene que haber algún tipo de interacción con el usuario. Si algo no se puede constatar, es como si no existiera… O mejor, la pregunta de si existe o no, no tiene sentido.
  • –  ¿Filosofía positivista aplicada a la informática? – No pudo evitar la broma. Ella respondió con una sonrisa cómplice.
  • –  ¿Y tú? ¿Espiritualidad en la informática?
  • –  ¿Cómo que espiritualidad?
  • –  Claro, espiritualidad, reprimida; pero espiritualidad.
  • –  Yahemoshablamosdeeso.Era cierto, habían estado hablando de religión desde el principio. Fue la manera que él encontró para estar cerca de ella sin tener que ser explícito. La primera vez que hablaron fue en invierno. Las clases terminaban cuando ya había oscurecido. Ambos tenían hambre. Shabati, sin esperar el ascensor, bajó lo más rápido que pudo las escaleras y se encaminó hacia la estación del metro. Ricardo la siguió con el propósito de invitarla a cenar; pero no pudo… Ya habían puesto los adornos de Navidad en las calles. Había una brisa seca y ligeramente fría. Olía a castaña asada. El cielo estaba nublado. Las luces eran amarillas y no muy intensas. Los árboles hacía tiempo habían perdido las hojas, y la ciudad se desenmascaraba melancólica. – <<Si se niega>> – se decía a sí mismo – <<se perturbará todo el encanto>> – … pero… la excusa resultaba ridícula… tenía que buscar otra… – <<Es que no tengo dinero, soy estudiante>>.En el vagón ella se acercó,- ¿Tomasestalíneasiempre? – Sí.
  • –  No te había visto antes.
  • –  Suelo quedarme en el laboratorio de informática hasta tarde.
  • –  ¿En qué parada te bajas?
  • –  Depende.Shabati le mostró una expresión de duda y colaboró al silencio. Luego él habló:
  • –  Es que toda mi familia vive en el trayecto de esta línea y puedo quedarme en muchas paradas.
  • –  ¿Toda la familia en la misma ciudad? ¡Qué suerte!
  • –  Perdón, toda no. Exageré. En rigor todos somos familia.
  • –  Sí, debe de ser por eso que nos queremos tanto sobre la Tierra – Shabati improvisó una broma.
  • –  Yo sólo le llamo familia a los parientes que conozco.
  • –  Pero con esa definición, los parientes que no conoces no…Ricardo asintió con la cabeza y ella continuó- Entonces si queremos incrementar la familia, ya no tenemos que tener hijos, basta investigar el árbol genealógico.Ambos rieron y luego Ricardo dijo:
  • –  Una vez Stuart Mill quiso escribir su árbol genealógico, y claro, a quienes primero les preguntó fue a sus padres… Sí, Stuart Mill también tenía padres… ¿Sabes lo que le dijo el padre? Algo así como: tarde o temprano terminarás preguntando el nombre del padre de Dios.
  • –  Es verdad… Es curioso. Cada familia es una secuencia que se une con la Creación… La familia es un regalo de Dios.Ricardo intentó disimular una sonrisa. <<Sí, un regalo un poco grande, que no me cabe en la casa>> – pensó.
  • –  ¿Dequéteríes?
  • –  No, me estaba acordando de una cosa.
  • –  ¿Es la palabra Dios, verdad?Hubo silencio

– ¿No tienes nada sagrado, nada que adorar?

Ricardo estiró la mirada y luego contestó demostrando su reticencia.

– No, nada.

El viaje lo continuaron en silencio hasta que ella avisó de que se quedaba en la próxima.

– Yo también –, él se apresuró.

Era un barrio algo alejado del centro. Las luces eran aún menos intensas, pero perduraba el olor a castaña asada.

  • –  ¿Quieres algunas? – Ricardo señaló un puesto.
  • –  ¿Tegustan?
  • –  No mucho, pero tengo hambre… Son muy de Navidad.
  • –  Está bien, sí.Cada uno pagó su parte.
  • –  ¿No festejas la Navidad? – Preguntó él.
  • –  De alguna manera también. Hoy es el cuarto día de Januká.Ricardo dejó ver su curiosidad.
  • –  Se festeja un milagro – ella aclaró.
  • –  En navidad también.
  • –  La historia es muy linda… Fue durante el segundo Templo… ¿Sabes el Templo?… Cuandoaquello los israelitas no lo veían auténtico… Al Templo… El arca de la alianza no estaba en él y no había habido ninguna señal para pensar que estaba bendecido… Fue una época muy dura para Israel… Los seléucidas dominaban. Bueno, los helenos. Ellos mismos se llamaban helenos. Eran los herederos del imperio de Alejandro. Habían profanado el Templo con ídolos…
  • –  ¿Los helenos hicieron eso? Tenía entendido que tanto ellos como los romanos solían respetar las culturas de los que conquistaban. Cuando llegaban, lo primero que hacían era asimilar los dioses locales como propios. Les brindaban ofrendas… Era una manera de apaciguar.
  • –  Exacto, para ellos la espiritualidad tenía un fin utilitario. Su filosofía se basada fundamentalmente en la razón y dejaba la espiritualidad en un segundo plano. Eran casi ateos. Para ellos el hombre era quien decidía sobre el Universo. Incluso decidía el bien y el mal. Las verdades eran relativas. Entendían las cosas a su medida…“el hombre era la medida de todas las cosas”… hasta sus dioses eran casi humanos. La tierra estaba al arbitrio sólo del orden, y el hombre podía imperar sin cuidado, sin explicaciones, incluso sobre otros hombres… Bastaba la fuerza y el conocimiento de la naturaleza… Obviamente aquello era antagónico a los israelitas, y la única manera de dominarlos era helenizarlos totalmente, qué dejaran de ser judíos… Prohibieron el descanso del sábado, la circuncisión y cualquier muestra de identidad… A algunos la situación terminó por minarles el ánimo y la Fe. Pensaron que si a un pueblo arrogante, se le estaba permitido imperar sobre el Mundo, era que quizás era cierto que Dios no atendía y que el Mundo era propiedad de los hombres, sobre todo de los helenos que habían demostrado ser más poderosos.Le asombraba que hablase de los israelitas como ajenos.
  • –  Pero los vencimos – volvió ella-. Nada más y nada menos que a los helenos… Los hermanos macabeos regresaron al Templo el 25 de Kislev, y lo limpiaron de todas las imágenes. Cuando quisieron encender la menorá… un candelabro…
  • –  ¿Ese candelabro judío?
  • –  Ese,cuandoquisieronencenderla,vieronquecasitodoelaceitehabíasidoprofanadotambién,y sólo quedaba un poco que alcanzaría para iluminar durante un día, un único día. Sin embargo duró ocho días seguidos. El pueblo de Israel comenzó a creer que el Templo ya había sido bendecido. Desde entonces ponemos velas en las ventanas, para recordar el milagro de Januká.
  • –  ¿Pero cuál fue el milagro, la duración del aceite o la victoria sobre los helenos?
  • –  Ambos son lo mismo. Lo que fue derrotado es la idea de que Dios ha abandonado al Mundo. En ocasiones el orden es transgredido por los milagros. Eso es lo que festejamos en Januká. Es una celebración especial… Fíjate, la mayoría de las celebraciones judías se hacen en la intimidad, en Rosh-Hashaná escuchamos el shofar, en Pesaj servimos matzá, en Purim leemos el libro de Esther, siempre dentro de las casas, o en la sinagoga, sin necesidad de que nadie lo sepa. Sólo en Januká colocamos velas junto a las ventanas para que los de fuera puedan verlas. Es el único mensaje que los judíos queremos dar, el recuerdo de un milagro, para decir queDios está.Se miraron con una sonrisa contenida. Comieron unas cuantas castañas en silencio, hasta que llegaron al portal de ella.
  • –  Vivo allí – dijo.
  • –  ¿Nosdespedimosentonces?
  • –  Sí – y le mostró las castañas – ¿Quieres las que quedan?
  • –  Vale, gracias… ¿Qué se dice en Januká?
  • –  Felicesfiestassirveparalosdos.

Era un edificio de cuatro plantas, con una fachada simple, algo descuidada, de ladrillos de caravista rojos. Nunca hubiera imaginado un lugar tan humilde para ellos. Ricardo esperó a que entrara, y se acercó para ver en qué ventana había alguna vela. No encontró ninguna. Quizás sólo tenían vistas a patios interiores… Vio entonces aparecer cinco llamas en el tercero derecha… Probablemente la estarían esperando para encenderlas… Debía ser la princesa de la casa.

Él se acomodó el abrigo, se puso la bufanda sobre el pelo y se sentó a terminar las castañas en el bordillo de la esquina, detrás de un árbol. Así podría ver la ventana sin temor a ser descubierto. Algunas casas alrededor tenían ropa colgada. Había ventanas iluminadas, otras oscuras, unas con las cortinas echadas, otras abiertas. A veces se notaba el resplandor inquieto de los televisores. Ruidos, luces, los coches, a veces un grito. Todo cotidiano. Las llamas de la ventana le resultaban demasiado tenues dentro de la vorágine, menos que un susurro. Una danza indefensa, que no podría resistir un suspiro… Y eso debía representar una antigua batalla, con sus muertos, heridos, entonces casi todos los heridos morían de infección… Shabati le había dado una interpretación muy poética; como una metáfora de la antigua discusión entre fe y razón. Sin embargo, seguramente los oplitas eran tan racionales y piadosos como los rebeldes que combatieron.

La sensación que recibía desde la ventana era de sosiego. Era un rito a la medida de los hombres – él sonrió-. El mismo que había creado las inmensidades, podía complacerse con una cuantas llamas, y quedarse a compartir la placidez de un hogar. Las velas del Januká tenían la misma importancia que la erupción de un volcán… Le tranquilizaba pensar así. De vez en cuando hacía alarde de su nihilismo; pero sabía que no era sincero. El nihilismo no puede ser sincero por mucho tiempo. Mucho tiempo significa dos segundos seguidos. Ni siquiera estamos preparados para sentir la nada en toda su magnitud, tan sólo logramos intuir su superficie. Tampoco podemos comprenderla. No podemos explicarla sin antes repletarla de palabras. Y lo peor, es muy dolorosa. La tendencia es a huir del vacío. Estar pleno es ser feliz… Se habían acabado las castañas y aún tenía hambre. El frío le había entumecido parte de una pierna. Debía regresar al metro; pero le costaba despedirse. Ahora vendrían las vacaciones de Navidad, luego los

exámenes y no volvería a coincidir con ella hasta febrero, cuando empezara el segundo cuatrimestre.

Ricardo Reyes Basulto tenía un primer apellido valioso. Al inicio del segundo cuatrimestre, repartieron por parejas el trabajo de examen de la asignatura de electrónica digital. El nombre de él estaba junto al de ella en la lista de clases, y les tocó ser pareja. La tarea consistía en programar un simulador de dispositivos electrónicos, digitales o no. Debían llegar al nivel de circuitos integrados. Shabati se le acercó y dijo.

– ¡Qué suerte que nos haya tocado trabajar juntos! Como vives cerca de mi casa, no tendremos que irnos solos.

Ricardo sonrío, creyó interpretar cierta sorna. Tal vez lo había visto regresar al metro.

  • –  ¿Se te ocurre cómo hacerlo?- Preguntó él.
  • –  Todo se fabrica combinando junturas P.N. de semiconductores de silicio. Podríamos simular elcomportamiento de ellas y luego ir pegando varias para formar los demás dispositivos.
  • –  Estaba pensando lo mismo.
  • –  Otracasualidad.En el mercado hay muchos programas de este tipo, que son usados por los diseñadores de circuitos integrados. La idea de mandarles a hacer aquel programa tenía un interés meramente pedagógico. Durante la programación, los alumnos tendrían que estudiar como era el comportamiento de los distintos dispositivos, a una temperatura y un potencial base. Primero diseñarían los diodos, los transistores, los transistores operativos, además de los condensadores y resistencias; después entrarían en los circuitos digitales, las compuertas lógicas AND, NOR, OR, que se construían usando los componentes elementales anteriores. Al final del curso ya habrían aprendido el funcionamiento de los circuitos integrados. Shabati y Ricardo avanzaban más rápido de lo previsto. En sólo dos meses ya casi habían terminado. Dos meses que no le alcanzaron para conocerla.
  • –  No debes de estar muy acostumbrada al frío – él dijo una vez. – En el Caribe hace mucho calor ¿A que sí?
  • –  Soy de una ciudad en las montañas, Mérida, en Venezuela. No hay tanto calor.
  • –  ¿Por qué te viniste? – Preguntó directamente.
  • –  ¿No te gusta que esté aquí? – Ella apartó la vista de la pantalla y se volvió sonriendo.
  • –  No, no es eso, es curiosidad.
  • –  En Venezuela decimos, la curiosidad mató al gato- regresó a la pantalla.
  • –  Aquítambién.Todas las conversaciones se desviaban y ella terminaba escurriéndose. Cuando entregaran el trabajo volvería a perderla de vista. Tal vez podría dilatar la entrega, añadiéndole más opciones.
  • –  ¿Y si en vez de hacer componentes con junturas de silicio, le permitimos cualquier otro material?- Sugirió.
  • –  ¿Paraqué?
  • –  El arseniuro de galio tiene mejores propiedades y quizás los dispositivos sean más eficientes.
  • –  Pero el silicio es lo que más hay- Shabati se extrañaba -. El planeta esta repleto de arena sílice.
  • –  Pero nosotros no vamos a construir dispositivos, sólo vamos a simularlos. No nos interesa sucosto.
  • –  Está bien, pero mejor terminamos este programa, y después si quieres hacemos eso que dices.El programa se iniciaba con dos ventanas, una blanca más grande al lado izquierdo y otra negra

al derecho, aunque si se quería podía maximizarse cualquiera de las dos, y tapar la otra. En la blanca se ponían los íconos que representaban los distintos dispositivos, conectados entre sí a través de líneas para formar circuitos. En la ventana de la derecha se escribía la señal de entrada y allí mismo aparecía la salida. Cuando el circuito ya estaba diseñado, el programa permitía la posibilidad de conectarlo a una señal externa, que podía ser real, y también podía conectarse la salida a otro aparato externo. Para comprobar si funcionaba, reprodujeron virtualmente la

electrónica de una radio y la conectaron a una antena y a la tarjeta de sonido. Finalmente sintonizaron.

– ¡Qué chévere! Funciona.

Guardaron la lista de código en un formato texto, compactaron el programa y le enviaron al profesor ambos ficheros a través de Internet.

  • –  Semeocurre…
  • –  ¿Qué? – ella interrumpió- Ya lo hemos mandado.
  • –  No, no. Es otra cosa… ¿Y si hacemos un microprocesador virtual?
  • –  ¿Unacomputadora?
  • –  Eso, vamos a ver cómo funciona un ordenador dentro de otro ordenador.
  • –  ¡Québuenaidea!
  • –  ¿Usamos el plano de un microprocesador más eficiente que el del mismo ordenador éste, quees un cacharro?
  • –  Eso está muy bien, ¿pero para qué?
  • –  Porque a lo mejor logramos que funcione más rápido que… – señalaba la máquina.
  • –  No entiendo – la expresión del rostro de Shabati correspondía con exactitud a lo que estabadiciendo – ¿Quieres decir, que la computadora virtual puede trabajar más rápido que ésta,sobre la que corre el programa?
  • –  Sí.
  • –  Pero… El reloj es el de la computadora, y todo lo que haga la virtual, es porque ésta lo hizo antes.
  • –  Sí, al principio, sí…
  • –  Al principio no, siempre.
  • –  El programa aprende, y cada vez más el ordenador real trabaja menos y le da paso al virtual.
  • –  Ricardo, eso es imposible.
  • –  ¿Y si conectamos varios ordenadores reales a la vez y repartimos el proceso?

– ¿En paralelo? Entonces sí.

Siempre que iban al laboratorio de informática estaba lleno. Quizás no tendrían ocasión de hacer el experimento hasta después del verano. En septiembre no habría nadie. Todavía faltaba mucho.

– Shabati, ¿has visto como en Europa los árboles se van cubriendo a medida que las mujeres disminuyen la ropa?… En primavera el follaje aumenta.

Tal vez se estaba tomando demasiadas confianzas. No sabía si comprendía las bromas. Era una mujer muy sofisticada y él probablemente estaba siendo vulgar… Cuando nos cortaron en dos costados, dejaron toda la belleza del otro lado. También la inteligencia.

Era próxima, pero aún incompresible. En cambio, él se sentía muy expuesto. Alguna parte de él, la más cobarde, esperaba que ella se aburriera y se alejara. Así volvería a recuperar la paz. Todo volvería a ser como antes. De todos modos muchas veces se descubría a sí mismo viajando en la línea de metro que llevaba al apartamento de Shabati; sin más objeto que el de encontrarla por casualidad. Seguía escribiendo su nombre en Google con igual poco éxito. Comenzó a estudiar la Biblia, o mejor dicho, el Tanaj en hebreo para aprender el idioma. En esto también tuvo poco éxito.

<< No tan poco>> se respondía a sí mismo <<Lo suficiente para percibir el ritmo de los versos. Con tres se puede descubrir una regularidad… Escucha, este es el principio del Génesis (B’reshit): “B’reshit bará Elohim et hashamayim vet haretz” que suele traducirse como “En el principio creo Dios los cielos y la tierra.” B’reshit literalmente significa en principio. En hebreo no hay artículos indefinidos; pero sí definidos. Así que para decir “En el Principio” se dice “Bareshit”. La ausencia de artículo se entiende como uno indefinido. Una traducción más acertada sería “En un principio Dios creo los cielos y la tierra”, que deja entender que no tiene por qué haber habido un único comienzo. >>

El 14 de septiembre recibió un e-mail de ella con el subject <<Experimento>>, y decía <<Tenemos un experimento pendiente. ¿Nos vemos mañana en el laboratorio?>> Él se apresuró a contestar; pero fue lacónico <<Vale.>> Al otro día llegó a primera hora y se sentó junto a la puerta. Cuando Shabati llegó, ya el experimento funcionaba.

– ¡Funciona! ¡Es increíble!- Dijo ella entusiasmada. – Chévere, chévere. Ricardo se limitaba a sonreír.

  • –  Nunca te asombras… Ni siquiera por…- Ella se señaló a sí misma y luego a él.
  • –  ¿Por la Creación? – Asistió Ricardo asustado.
  • –  Sí,sí,eso.–Shabatitambiénseasustó.-SiquieresllámaleBig-Bang.TodoelmundoaceptaelBig-Bang, aunque muchos sin Creador.
  • –  En mi opinión el Big-Bang también es un acto de fe. No sé qué quieren decir cuando hablandel primer segundo del Universo; como si hubiera un reloj ajeno… ajeno al Universo, al Todo. Igual que el ordenador virtual, que tiene el reloj fuera – señalaba la maquina, mientras sonreía -. Para mí eso del primer segundo del Universo, tiene el mismo sentido que el primer día del Génesis. ¿Cómo puede ir transcurriendo ese primer día, si aún no se había creado la Tierra, y mucho menos su rotación sobre sí misma?
  • –  Es una metáfora. La Torá es un libro lleno de metáforas. Su importancia es el testimonio. No está toda la verdad. Son más importantes las interpretaciones, la tradición oral, que es el Talmut. Eso que hacen algunos cabalistas de buscar señales en el libro es casi una perversión.
  • –  Exactamente, el Big-Bang es una metáfora.
  • –  ¿Pero al menos aceptas que hubo una causa primera? Si todo tiene una causa, se podría irretrocediendo hasta llegar al inicio.
  • –  Incluso el concepto de causa es una palabra.
  • –  Ricardo, si alguien te pega, seguramente te dolerá. La causa del dolor es el golpe. No sé si mehago comprender.
  • –  Sí, perfectamente. Capté la indirecta.
  • –  No…
  • –  Siguiendo el ejemplo tan contundente con el que me has ilustrado, golpe y dolor son dospalabras. Las sensaciones son procesos químicos y el golpe es una interacción entre la palmade tu mano y mi mejilla… Y la palma ocupa un área…
  • –  Retiro el ejemplo, supón que te hincas con una rosa.
  • –  La explicación es la misma. La punta de la espina, por estrecha que parezca ocupa un área,que es continua. En un área continua hay innumerables puntos y cada uno de ellos contribuyen al pinchazo. Es decir, el pinchazo tiene innumerables causas. Cada cosa que ocurre tiene innumerables causas, porque el espacio y el tiempo son continuos, y todo ocupa un volumen y transcurre dentro de un plazo. ¿Entonces por qué tiene que haber una causa primera?
  • –  No entiendo la contradicción.
  • –  Estamos hablando de todos los procesos, lo cual es un conjunto innumerable, ordenadosparcialmente por relaciones de causa efecto. Cada punto y cada instante tiene como causa infinitos momentos y puntos. Eso se abre como un abanico. No tiene porqué haber una única causa primera. Es lo que dice el Lema de Zorn. La certeza de que exista un primer elemento es equivalente al axioma de elección… Es decir, que si se cambian los axiomas, no hay argumentos para asegurar que hubo Creación… Es un puro problema de lenguaje. El error consiste en que estamos usando palabras de la vida cotidiana, que se concibieron con el propósito de recolectar y cazar, para hablar de esa inmensidad que está ahí afuera.
  • –  Debe ser muy interesante lo que estás diciendo. Shabati empezó a hacer las diligencias para irse.
  • –  ¿Mañana vienes? –Preguntó ella a modo de despedida.
  • –  Sí… ¿Dónde estuviste de vacaciones?
  • –  En el extranjero.
  • –  ¿Dónde? – Él insistió.
  • –  Aquí, en España. Para mí es el extranjero.
  • –  ¿No fuiste a Venezuela? ¿No tienes familia allí?
  • –  No…
  • –  Porque todos se vinieron, ¿no?
  • –  No, tampoco… Mañana nos vemos ¿sí?… O bueno, si quieres vámonos juntos. ¿No dices túque vivimos tan cerca?Shabati sonreía con sorna. Se despidió con la mano y luego se fue. Es una mujer. Sentía perfectamente el recelo que generan, quizás que las define. Había dicho que vendría mañana a la facultad; pero iba a ser el primer día del Rosh Hashaná. Sólo había dos posibilidades: se estaba burlando y nunca había pensado en venir, o había olvidado el Rosh Hashaná. La hipótesis del olvido le resultaba inverosímil. El Rosh Hashaná es el comienzo del año. Se conmemora la aparición del primer Adam – <<, y su caída. Obviamente la caída. >> – Pensó. – <<Nunca las comprenderemos. Son todas distintas. No hay descripción posible que las englobe. >> – Ricardo salió tras ella y se detuvo unos instante antes de alcanzarla.Ella había dicho que vendría mañana. Era su palabra. Suelen ser personas de palabra… – << No todos son iguales >> -. Se dijo a sí mismo. – << También son indefinibles. No son una raza, ni una religión, ni tienen una lengua única, habitan dentro de casi todas las culturas.>> -Ricardo pensaba que debía irse. Si se acordaba del Rosh Hashaná y lo veía, podría excusarse y no volver mañana. Delante le ondeaba un vestido de algodón blanco. << Quizás esa incapacidad para clasificarlos sea precisamente la causa de los recelos. No se pueden definir; sin embargo ahí están, haciendo evidente que las palabras no alcanzan, que a veces debemos conformarnos con las percepciones, emociones y abandonar el propósito de razonar, comprender. Somos vulnerables. Ellos nos recuerdan que somos vulnerables. >>
  • –  Shabati- llamó.
  • –  ¿Te vienes? – Preguntó ella con alegría.
  • –  Sí.Silencio.
  • –  ¿Dónde has estado en las vacaciones?- Ella asistió.
  • –  Aquí también… Estuve…
  • –  ¿Sí?
  • –  Estuve estudiando hebreo.
  • –  ¿Dónde? – Ella estaba sorprendida. – ¿Para qué?
  • –  Dicen que hay muchas erratas por causa de las traducciones.
  • –  ¿En la Biblia? ¿Has encontrado alguna?
  • –  No.
  • –  Eso significa entonces que no hay.
  • –  Eso significa que no he leído ninguna traducción.
  • –  ¿Sólo en hebreo?Él asintió con la cabeza.
  • –  ¿Pero hasta dónde?
  • –  Hasta el tercer versículo, en el B’reshit.
  • –  Ricardo, tú no has leído la Biblia.El calor era bochornoso. El sol escocía casi con sarcasmo. Temía que ella se acordara de la fecha.

– Estoy haciendo otro proyecto con nuestro programa – habló él -. Se llama B’reshit. Ella miró extrañada.
– Se trata de simular la Creación – Ricardo explicó.

El rostro de Shabati transitó desde la confusión al escepticismo.

  • –  Debiste haberte ido de vacaciones- dijo al final.
  • –  Estoy hablando en serio, Shabati.
  • –  Sí, lo sé, es lo peor. Si fuera una broma…
  • –  Pero si al principio no te creías lo de programar un ordenador dentro de otro.
  • –  ¿Tú te das cuenta de la diferencia de magnitud entre una computadora y la Creación? Parasimular una computadora necesitamos otras varias, que trabajaran en paralelo… ¿De dóndevas a sacar varios Universos paralelos?
  • –  No es lo mismo… Se puede crear dentro de la Creación.
  • –  Estás cambiando el sentido a las palabras – ella intentó ser firme.
  • –  Imagina que eres un personaje de un cuento… Yo también. Ambos. Tal vez un cuento deciencia ficción… ¿No te gusta la ciencia ficción?… Bueno, entonces pondremos una historiade amor. ¿Te gustan las historias de amor?
  • –  Casi nunca… Sobre todo si no son sobre mí.
  • –  ¿Quieres ser protagonista?… Vale, eres la protagonista…
  • –  ¿Ytú?
  • –  Lo que quería decir era que para el lector estarás tan viva como cualquiera que esté fuera delas páginas… y tú no tendrías modo alguno de darte cuenta de que eres un mero personaje de un cuento…¿Ves? Puede crearse con la palabra dentro de la misma Creación. También Dios creó con la palabra ¿no?… ¿Te ríes?.. Vale que no he leído la Biblia, pero es bien sabido que Dios creó con la palabra…. Y dijo Dios hágase… y vio Dios que era bueno… Y dijo y dijo… Fue mediante la palabra también. ¿Por qué no podemos pensar que somos nosotros personajes de un cuento, que narra alguien ahí fuera?
  • –  Pero Ricardo…
  • –  Además – él interrumpió.
  • –  ¿Hay más?
  • –  Sí,delalecturadelGénesis…Vale,delalecturadelostresprimerosversículosdelGénesis…y porque es conocido por la cultura, sabemos que Dios hizo el Mundo a prueba y error… Hacía y luego veía que era bueno, siempre comprobaba… Shabati, tú te ríes, pero eso es lo más parecido al método de prueba y error que conozco. Además algunas veces que las cosas

no le salieron como Él quiso, las destruyó. El diluvio, por ejemplo… Esta idea del método de

prueba y error está en perfecto acuerdo con la teoría de Darwin.

  • –  ¿Dónde quieres llegar, Ricardo?
  • –  Primero a la sombra – sonrió.Entraron en la estación, se dirigieron al andén y recomenzaron la conversación.
  • –  Para serte sincera me resulta muy difícil tomar en serio lo que estás diciendo.
  • –  Esta es la idea, Shabati – él habló con voz queda y luego continuó con tono explicativo, casi pedante -, podemos agregarle a nuestro programa una función que diseñe circuitos aleatorios, combine at random junturas P.N, ya sean de silicio o de arseniuro de galio. Yo prefieroarseniuro de galio.
  • –  Ya sé – ella sonrío.
  • –  Es que para lo que quiero hacer hay que buscar el máximo de eficiencia. Ahora imagina quequeremos diseñar un circuito que a cada señal de entrada, nos devuelva una salida determinada. Nos basta repetir la función aleatoria hasta encontrarlo. Hacemos un bucle que vaya encontrando circuitos, y vaya descartando a los que no ofrezcan la respuesta deseada.
  • –  ¿Prueba y error?
  • –  Eso es. Así no nos tenemos que romper la cabeza.Shabati quedó pensativa. Por el tono que usó luego, se puede intuir que buscaba el modo menos doloroso de desilusionarlo.
  • –  Lo veo improbable –habló –. El proceso sería larguísimo, más largo que nuestras vidas. Además en el caso de que tengas algún resultado, no es probable que sea el más eficiente.
  • –  Se puede hacer trabajar ordenadores en paralelo y acortar el tiempo.
  • –  Ni siquiera con todas las computadoras del laboratorio trabajando sólo para ti, lograríasobtener un circuito simple antes de la próxima década. Es muy improbable.
  • –  Noimposible–volvióél–Además,podemosusartodaslosordenadoresqueesténconectados a Internet.
  • –  ¿Un virus? Pero es ilegal… Bueno, tampoco creo que resulte.<<Mujer, pequeña es tu Fe>>- Bromeó en pensamientos. Entraron al tren. Sobre la expresión melancólica de ella se insinuaba ironía.
  • –  Sigue – habló en tono muy bajo.
  • –  Si ahora en vez de fijar la entrada y la salida de los circuitos, exigimos que interactúen, esdecir que los circuitos que no interactúen desaparezcan, obtendremos sistemas resonantes cadavez más complicados.
  • –  Ricardo, sé donde quieres llegar… Crees que puedes obtener inteligencia artificial de modoespontáneo.
  • –  Bueno, artificial… Artificial es toda imitación que hace el hombre, y en este caso nadie lohabría hecho. Ocurriría.
  • –  ¿Ocurriríaqué?
  • –  Interactuando,destruyéndoseunosaotros,buscandoelequilibriopodríainclusollegarseaunacivilización.
  • –  Ni siquiera tú te crees lo que estás diciendo – ella sonrío-. Dices todas esas cosas para hacerteel interesante.
  • –  Sí, un poco. Ambos sonrieron.
  • –  Pero tampoco encuentro argumentos para descartarlo – él continuó-. No es imposible.
  • –  Es imposible. Tú mismo has dicho que en la realidad todos los procesos tienen innumerablescausas, y las computadoras sólo trabajan con números finitos.
  • –  Imagina de nuevo un cuento. En la literatura la realidad se refleja de modo verosímil, pero noes necesario escribir todos los detalles. Sería imposible, además de aburrido… La electrónica también es un lenguaje.
  • –  ¿Y?
  • –  Sería como si se escribiera un cuento de modo automático. Cuando el programa vea que hayprocesos que se repiten mucho, los aprenderá y para siguientes ocasiones se los podría saltar. Así simplificamos. Incluso puede aprender de la historia, e ir cada vez más rápido. Y claro, aprenderá rapidísimo, porque en la historia rara vez ocurre algo nuevo. Casi todo es repetición.
  • –  Tú me quieres volver loca, ¿verdad?
  • –  Un poquito.
  • –  No sé ni como te hago caso.
  • –  Yo tampoco.Se miraron como si estuvieran jugando a buscar su reflejo en el iris del otro, o como si quisieran saber quién resistía más sin pestañear.
  • –  En el caso de que hubieras logrado lo que quieres – ella interrumpió. – ¿Cómo lo sabrías?
  • –  No entiendo la pregunta.
  • –  Los sistemas esos que aparecerían espontáneamente, interactuarían entre ellos, no contigo. Noentenderías su supuesto… lenguaje, por llamarle de alguna manera.
  • –  Siempre podría aprenderlos. – él intervino.
  • –  ¿Sólo escuchando? – Ella volvió con ironía.- Seguro que podrás, imagino que será un idiomatan fácil como el hebreo.Ambos rieron y luego ella siguió:
  • –  En el caso de que creas que los comprendes, nunca tendrías la certeza hasta que interactuaras con ellos.
  • –  Es cierto, entonces cuando ya esté seguro de que los entiendo, me acerco a un individuo y le propongo un pacto, que será valido para él y todos sus descendientes.
  • –  No es un buen chiste – ella secó su alegría. Él también.

Estuvieron en silencio hasta llegar a la estación donde ella se bajaría, y se despidieron con sonrisas muy económicas. Ricardo continuó dentro del vagón unas cuantas paradas más antes de regresar a la facultad. <<Ahora sí que no va a venir>> – pensó. Como autor del cuento me hubiera gustado tranquilizarlo y decirle que mañana Shabati sí iba a ir, y además, que su programa B’reshit, comenzaría a funcionar por primera vez en el instante en que ella apareciese. Así le hubiese evitado la angustia a la que estaba destinado durante toda la noche.

La ventana donde debía estar el mapa de circuitos estaba minimizada, y sólo se veía una secuencia frenética de caracteres. Agrandó la ventaba blanca y se descubrió una maraña de circuitos, que cada vez se enredaba más.

– ¡Qué lío! – Se sorprendió.

Hizo zoom en regiones precisas, y comprobó que el circuito formaba subsistemas. Cada uno de ellos emitía y recibía señales. En ocasiones había una regularidad entre los sitios desde donde salían y entraban las señales. Ricardo llamó a esta regularidad con el nombre de afinidad. Las afinidades no solían ser muy prolongadas en el tiempo. <<Eso es>> -pensó.- <<Un grupo de intereses que se reúnen alrededor de una fuente de energía>>. Concentró el zoom en un lugar muy próximo a la esquina de la pantalla, donde había un par de sistemas que mantenían una relación de afinidad. Las salidas de los dos circuitos las hizo pasar por un software que traduce las señales en sonidos. Para distinguirlos, les asoció frecuencias distintas, una grave y otra aguda.

  • –  ¿Conversan, Shabati!
  • –  No se entiende nada.
  • –  Pues yo comprendo exactamente lo que él está diciendo.
  • –  ¿Cuándo dices él, quieres decir el de la voz grave, no?Ricardo asintió con la cabeza.
  • –  ¿Y qué dice? – Ella volvió.
  • –  Dice:Shabati…
  • –  ¿Se llama como yo?
  • –  Sí, se llama Shabati.
  • –  Y supongo que él, Ricardo ¿no?
  • –  ¡Qué casualidad! ¿Verdad?Ambos sonrieron. Ella volvió:
  • –  ¿Qué es lo que está diciendo ese Ricardo?- Shabati señalaba al ordenador.
  • –  Está preguntando: ¿Qué haces aquí, si hoy es Rosh Hashaná?
  • –  ¿Yquélecontestaella?
  • –  No sé, no he logrado aún desclasificar su señal. Creo que le está respondiendo en otro idioma.
  • –  Tal vez ella quiera invitarlo a escuchar el shofar.
  • –  ¿Con su familia?- Él se sorprendió.
  • –  ¿Ves la familia de ella en alguna parte del display?
  • –  Shabati…Las sonrisas se disolvieron. Ricardo le miraba el perfil, mientras ella perdía su atención más allá de la pantalla.
  • –  Se me ha muerto mi padre– dijo.
  • –  Lo siento.
  • –  Tú no fuiste… Si alguien fue, fue ella… Pero ahora es una época de perdón.Calló por unos segundos.
  • –  Murió de un infarto cuando la vio en la televisión hablando de que había que romper una manifestación de la oposición.
  • –  ¿A quién vio?
  • –  A mi madre. Hacía menos de una semana habíamos estado hablando en la casa de que lasmilicias populares le recordaban a las “SS”, y ahora la veíamos disfrazada de rojo bolivariano.
  • –  ¿Pero por qué?
  • –  No sé. Sinceramente no entiendo nada. Cuando Chávez llegó al poder el más entusiasta con elgobierno era él. Mi madre, sin embargo era escéptica. Luego parecía que estaban de acuerdo,pero al final todo cambió. No entiendo nada… En mi familia todo es así. Mejor dicho, era así.
  • –  Pero Shabati…- Ricardo quería consolarla, pero no encontraba el modo.
  • –  En su juventud mi padre perteneció al partido comunista, y eso a pesar de que mi abuelo llegóa Venezuela huyendo de los bolcheviques.
  • –  ¿De dónde era tu abuelo?
  • –  Nació en lo que hoy es Ucrania… Conoció a Isaac Babel, el escritor.- Se le iluminó el rostro -.Contaba que Isaac Babel una vez pasó por su aldea… Una aldea cercana a Odessa. Le he escuchado muchas veces el nombre del lugar; pero nunca lo aprendí… ¿Sabes para qué fue Isaac Babel allí?… Pues para adoctrinarlos. Para que abandonaran la antigua y caduca Fe y se integraran a la causa de la clase obrera. ¡Es espantoso! Esa misma causa hizo luego que Babel desapareciera. Cuando mi abuelo vio como los bolcheviques habían sido capaces de robarle el espíritu a un hombre como Isaac Babel, se dio cuenta que la única opción era huir. ¡Y eso que era casi un niño! Era admirable. Viajó primero a Polonia, luego Checoslovaquia y al final vino para Venezuela… ¡Perdón! Fue para Venezuela… Contaba que entonces era un país maravilloso. Contrastaba con la Europa que había dejado. Sólo había visto sitios oscuros, que acumulaban odios y miedos. Venezuela entonces era hospitalaria, alegre, fértil… y ahora mi padre veía cómo ese país paradisíaco se iba contaminando de los mismos fantasmas que contaba mi abuelo. Al final se arrepintió de haber jugado a ser comunista. Yo creo que lo hizo más bien como rebeldía adolescente contra su padre.
  • –  Sí, parece lógico… Entonces, Shabati, la causa fundamental no fue tu madre, sino la incoherencia. Shabati le devolvió la mirada lentamente y sonrió.
  • –  Es una época de perdón –dijo-. Comienza una nueva etapa y hay que perdonar antes.
  • –  ¿Yteviniste?
  • –  Sí, no tengo hermanos, mis abuelos ya han muerto también y sólo habían tenido un hijo, yademás, me resultaba incómoda la presencia de mi madre.
  • –  ¿Y por qué para España?
  • –  Porque fue donde me dieron beca.
  • –  ¿En Israel no? – Él continuaba el interrogatorio.
  • –  Sí, pero sería la última en llegar. He escuchado que es una sociedad algo cerrada. Hayflexibilidad y se puede entrar; pero es conveniente conocer a alguien que haya llegado antes.
  • –  Pero tienes familia Ucraniana, seguramente muchos ya han ido a Israel.
  • –  Ricardo…Las pausas de ella caían como un edredón.- Ricardo – volvió ella -. No tengo familia en Israel, y tampoco en Ucrania. Los nazis exterminaron a todos los habitantes de la aldea de mi abuelo. No quedó nadie.Las palabras le golpeaban y rebotaban sin ser asimiladas. Parecían de películas, libros de historia, biografías. Le resultaban inverosímiles. El testimonio le espetaba: “La vida es de verdad”. Estaba enteramente sola, ni siquiera tenía aquel regalo de Dios del que había hablado, el testimonio de la Creación. Un grupo de hombres racionales habían determinado talarle su refugio hacia los antepasados. Ricardo asimilaba con dolor la certeza de que ella existía de casualidad. <<Es un milagro.>>Sólo se escuchaba el intercambio de fonemas que provenía del ordenador. Durante unos pocos segundos también los circuitos hicieron silencio. Ella tal vez no se dio cuenta; pero Ricardo se asustó. Por un momento se creyó su propia fantasía de que eran seres inteligentes de los cuales era responsable; pero tampoco tenía cómo ayudarlos. Cualquier intervención perturbaría el sistema, y lo más probable era que resultara en algo peor. Es lo que ocurre con los sistemas de

estabilidad espontánea, lejos del equilibrio. Son tan complicados que son impredecibles e incontrolables. Quizás la mejor manera sería acercarse, aprender su lenguaje y aconsejarles, enseñarles a contemplar normas que les ayuden a ser dignos dentro del caos. Que sepan apreciar lo poco probable que es el hecho de que existan… Pero tampoco resultaría. No las contemplarían sólo con revelárselas. Por construcción son egoístas. Todos los que han podido preservarse es porque han tenido el impulso de hacerlo. Si hacen algo por otro será porque consideran que de algún modo les será útil… Es verdad que si en cierto grupo se aprende a extender la afinidad, serán más prósperos, y quizás otros quieran luego imitarlos. Sin embargo, inmediatamente surgirán recelos y envidias. Es más cómodo buscarse argumentos para odiar que cargar con la gratitud… No, no resultará… Pero… Pero si es sólo un programa de ordenador. Esos seres no existen. Miró a Shabati, la repasó con la mirada hasta la rodilla, casi la acariciaba con los ojos.

  • –  Shabati – habló – ¿Qué se hace en Rosh Hashaná?
  • –  ¿Te gusta la manzana con miel?Ambos rieron casi en una carcajada. Se miraron. Ricardo quería sentir en detalle lo que estaba ocurriendo. No había testigos (al menos no había nadie más en el laboratorio); sin embargo, él tuvo la certeza de que nada de lo que pasara sería intrascendente. Podría tal vez acariciarle la mano. Después de todo también las olas lo hacían sobre la orilla. Sabía que si la besaba sería para siempre, entraría en la plenitud y después no habría manera racional de abandonarla. Sentía la asfixia de la proximidad. El pasado le rozaba los labios y se le asentaba dentro. Las respiraciones se mezclaban. Temía al peso. Tantos antiguos horrores le iban entregando la felicidad… Ricardo apagó el ordenador y dejó que se marchitara el gráfico.
  • Ulises F. Prieto es Profesor de Matemáticas y escritor.
  • Imagen: Obra de Ramón Unzueta.

 

4 Comments

  1. Heidys Yepe

    Cuentazo! Amé. Támbien los felicito por el video, la traducción al Inglés es perfecta.
    Hermosa historia.

  2. Ulises Fidalgo

    Inés Joris es una gran directora. Sabe sacar lo mejor de los actores. Lo que toca lo convierte en oro.

  3. Cuentoycorto. Los dos, excelentes.

  4. Ulises Fidalgo

    Muchas gracias

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