Por Antonio O’Mullony/La Gaceta de la Iberosfera.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió este martes un revés aparente en el Congreso de los Diputados. Junts tumbó la ley de amnistía, paralizando así la legislatura y dejándola en el aire por no aceptar el PSOE —ayer— un blindaje total a Carles Puigdemont ante la acción de los jueces, es decir una inmunidad a la carta ante la ley.
El líder socialista hace de la debilidad parlamentaria virtud. Decidió jugar la carta de plantarse para salvar la cara ante Bruselas, que escruta punto por punto la cesión a cambio de su permanencia en La Moncloa. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes —y padre de esta ley como de tantas otras—, Félix Bolaños, visita este miércoles al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, que mediará por primera vez entre el Ejecutivo y el Partido Popular para hacer como que desatascan en Bruselas y no en Madrid la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Trás el aparente contratiempo propiciado por Junts, Bolaños podrá defender ante el comisario de Justicia que el Gobierno no ha cruzado «ninguna línea roja«: amnistiar todo el terrorismo bueno y el malo, además de los delitos de traición, contra la paz y la independencia del Estado, como exige Junts para garantizar la vuelta con honores de Puigdemont a España. Miembros del Gobierno alertan de que ese paso hubiera supuesto no superar la prueba del Tribunal de Justicia de la Unión Europea…