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LGI. Cronología, estallido, apoyos… ocho claves sobre la guerra entre Israel y los terroristas de Hamás

Por Pablo Mariñoso/La Gaceta de la Iberosfera.

1. Breve cronología. Hace unos meses creció la tensión entre Israel y los palestinos. Ambos llevan años de disputas y apenas unas semanas atrás el Gobierno israelí cerró la única frontera terrestre con Palestina. Las fiestas judías del Sucot se blindaron con un despliegue policial sin precedentes.

2. Los últimos conflictos. El pasado mes de abril la región de Oriente Medio sufrió un antecedente de este ataque. Fueron entonces milicias armadas, desde el territorio de Cisjordania, las que enviaron misiles hacia el sur del Líbano y el norte de Israel. El conflicto apenas escaló, pero levantó todas las alarmas. Los grupos terroristas que operan en la región pudieron ponerse de acuerdo para violentar el espacio terrestre del Israel.

3. El estallido. El pasado viernes por la noche decenas de bombas cayeron sobre territorio israelí. Todo el país se refugió en búnkeres y sótanos, en un ataque que nadie esperaba. Miembros de la inteligencia sostienen que el país de la seguridad sufrió entonces una importante brecha de seguridad. Y la democracia con más dinero invertido en inteligencia internacional no fue capaz de anticipar el mayor ataque de los últimos años en la región.

4. El atacante. Resulta fundamental entender que no es lo mismo Al Fatah (milicia armada que gobierna en Cisjordania) que Hamas (grupo terrorista que controla la región de Gaza, al sur de Tierra Santa). El ataque que ayer vivió la región fue orquestado por Hamas, que no representa la totalidad del territorio palestino. Aunque la dialéctica del conflicto enfrente a Israel a Palestina, la lucha es otra: democracia contra terrorismo.

5. Su naturaleza. El ataque vivido estos días responde a la retórica de la guerra santa. Hamas es un grupo de tendencia salafista. Esto es, responde a los patrones de la escuela sunita del Islam, en su vertiente más radical. La naturaleza de Hamas, por tanto, no es ideológica sino religiosa. Toda la agenda política de Hamas responde a un interés religioso. Precisamente por eso, el ataque no ha de verse como una amenaza a la integridad judía, sino a las mismas bases de su fe.

6. Los acuerdos. Gaza no está controlada por fuerzas palestinas por casualidad. Fue en el año 2005 cuando el Gobierno de Israel, con el fin de acabar con las crecientes tensiones, decidió ordenar la salida de toda la población judía de aquel territorio inconexo. La Franja de Gaza quedó desconectada del resto del territorio, tras los fallidos Acuerdos de Oslo. Esta cesión, generosa y justa por otra parte, no fue recibida con gratitud: Hamas aseguró que Israel «había sido derrotada».

7. Los apoyos. Si bien el régimen establecido por el grupo terrorista no cuenta con apoyo ni legitimidad internacional, la presencia de Hamas en Gaza ha recibido siempre respaldo de Qatar. Un auxilio que llega de dos formas: el hard power de las balas y el soft power de la propaganda, a través del periódico oriental Al Jazeera. Prestos han estado también los ayatolás de Irán, que apoyan la cruzada islamista de Hamas contra Israel. Todo es cuestión de religión.

8. Las consecuencias. Aunque el ideal de Hamas es puramente religioso, su delirio irracional acaba por atacar a todos los que viven en la región. Los terroristas de Gaza han puesto en riesgo la vida de los judíos más extremistas, sí. Pero también la seguridad de aquellos que trabajan incansablemente por el Bien y la Verdad.

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