Cultura/Educación

La Viejoteca: Música, memoria y nostalgia

“La música calma el pecho salvaje, suaviza las rocas y dobla los robles”.

              -William Congreve, dramaturgo y poeta inglés (1670-1729)  

Por Gloria Chávez Vásquez.

La nostalgia se insinúa como un vacío en el alma y después en el pecho; el ritmo cardiaco se sincroniza al de la música que trae recuerdos; es un sonido que nos une, idealizando el amor, el pasado, la vida. La euforia raya el corazón, como antiguamente las agujas de diamante surcaban el vinilo de un disco, extrayendo una canción.   

La radio colombiana ha mantenido su vigencia hasta bien entrado el nuevo siglo. En el eje cafetero, tras el terremoto del ’99, que destruyó gran parte de la región, los centros radiofónicos rescataron la información y mantuvieron la cordura de los damnificados. Las emisoras comerciales y comunitarias, grandes amigas del radioyente, continuaron su misión de informar y entretener. La radio continúa siendo la voz en el hogar, los medios de transporte, los comedores, los lugares de trabajo, en el campo, en los paseos.

Mas, con la pandemia y la nueva tecnología llegó otra clase de desajuste y de readaptación.

En vivo y en directo

Edilson Rodríguez Carrillo, veterano de la radio por espacio de 25 años, ha sido testigo del vaivén socioeconómico en los medios. “La pandemia afectó mucho los negocios y con ello la economía”, nos cuenta. “Las pautas ya no son las mismas”. Las grandes cadenas lograron superar la crisis, pero la radio comunitaria fue la más impactada porque es bien sabido que la publicidad es la que sostiene las emisoras. En el Quindío han existido hasta 15 emisoras de radio, entre comerciales y comunitarias. Algunas de ellas como La voz de Armenia, sobreviven, pero otras como Radio Estrella, se extinguieron con la ferocidad de la competencia.

Su interés por las laboreas radiales empezó en Córdoba, Quindío, su patria chica, “cuando era estudiante del colegio Camilo Torres” recuerda Edilson. Ya de joven pudo ingresar al ambiente de la radio, haciendo trabajo de toda índole en varias emisoras. Pero fue en la Montenegro Estéreo 99.7 FM pocas semanas después del terremoto del 25 de enero (1999), que se inició como anunciante, frente a un equipo de sonido y a través del micrófono. Allí permaneció durante 20 años en los que cubrió muchos eventos y animó los hogares quindianos con música parrandera y tropical en las fiestas navideñas o aniversarias municipales. Aparte de hacer publicidad móvil, fue cobrador, vendedor de pauta, control locutor, voz comercial en las transmisiones deportivas, grabaciones de cuñas y promociones.

“Tuvimos una época de mucha estabilidad, dice Edilson. Montenegro Estéreo, era una emisora con tradición, que figuraba en los primeros lugares de sintonía.

Pero el surgimiento de las emisoras digitales, las redes sociales y la internet, resultó ser una competencia muy dura. Y aunque la radio tradicional, es y seguirá siendo una presencia necesaria para muchos de sus aficionados, las grandes cadenas nacionales como Caracol y RCN acabaron absorbiendo todos los beneficios. “Muchas de las emisoras pequeñas no pudieron manejar las nuevas pautas y se vieron obligadas a cerrar y a entregar la frecuencia al ministerio”, lamenta Rodríguez. Otras, como en el caso de la Montenegro Estéreo, tuvieron que reducir su presupuesto y con ello su personal.

Desde una perspectiva más positiva, las plataformas sociales y la red cibernética ofrecían gran potencial a los comunicadores: no solo unían a los usuarios audiovisualmente, sino que proveían una comunicación más inmediata, facilitando de este modo la programación radial y haciéndola más íntima y personal. Le añadía, además, una inesperada audiencia internacional de compatriotas diseminados por el mundo, convirtiéndola ipso facto en una radio global y en el cordón umbilical que conecta a los escuchas con su tierra, familia y amigos.

¿Qué más podíamos pedir? Lo demás era pro bono.

LA VIEJOTECA DEL VIEJO DANY

En realidad, la transmisión de música para recordar no es cosa nueva. “En la región existen varias viejotecas”, informa Daniel Ceballos del Fresno, director y D.J. del programa.  “entre ellas la de Octavio Otalora, en Pereira, La Tropicana y la de Roberto J. Botero, pesos pesados de la música”.  Ya en los años 50 la gente sintonizaba la radio para escuchar las canciones de su juventud. Indudable gestión de vida en muchas partes del mundo.

Pero Colombia es país de melómanos y con la riqueza musical legada por nuestros compositores, orquestas e intérpretes, más la de países como México, Argentina, Cuba y España entre muchos otros, hay tema para rato. La de Dany, es una discoteca de más de 45.000 títulos entre boleros, baladas, rancheras, crossover y ritmo tropical. Entre col y col se cuelan también las canciones y temas populares anglosajones.

La música del Viejo Dany se ha trasmitido, a través de los años, en diferentes medios como en La FM Estéreo de La Tebaida. A raíz de las dificultades económicas de Montenegro Estéreo, Ceballos del Fresno, que lleva dos décadas trabajando en la radio, resolvió trasladar su viejoteca a La Bacana 92.1FM.

La vena musical le viene de su madre, Carmen del Fresno, oriunda de España. De su padre Silvio Ceballos heredó su energía y vocación. Daniel es graduado del colegio San José (Clase del ’93). Diplomado en leyes en la Gran Colombia fue además profesor en dicha universidad (2006-2018). Actualmente lidera una firma de abogados en Armenia, especializada en asuntos laborales, consulta y asesoría de procesos judiciales. En el curso de su rutina, Daniel ha hecho pausa en dos ocasiones: una temporada en España, donde residen su madre y hermanos, y 4 años en los que vivió en Bogotá ejerciendo el derecho.

Como abogado activo, Daniel Ceballos viaja con frecuencia por diferentes departamentos. Tiene además un programa radial educativo los jueves, sobre actualidad jurídica y legislativa. A causa de su ocupada agenda, maneja un nivel de estrés muy alto, así que se relaja con la música. “Me resulta terapéutico reírme con la gente”, nos comenta. Ceballos entretiene también, los fines de semana, con su grupo musical fundado en su juventud, en lugares como el Parque de Recreación, fiestas de todo tipo o en reuniones empresariales.

A ritmo tropical

El tercer integrante de este equipo de animadores de la radio es, como responde su compañero Edilson Rodríguez, “paisano, oriundo de Córdoba, un lugar con aroma de café y susurro de guaduales” pero reside en Calarcá. Rosemberg Valencia, el hombre encargado de mantener a flote el programa. Veterano de los medios, Valencia se ha desempeñado como locutor y jefe de ventas en emisoras como Robles estéreo, Radio Ciudad Milagro, la Voz de Armenia, Fe Milagros Estéreo.

Como responsable de la publicidad Rosemberg Valencia es el hombre de a pie y la imagen física. Es quien acude a los llamados e invitaciones, el que propone y dispone entre los dueños de negocios de la región, con quien comparte la taza de tinto o el pintadito. De ese modo participa de la vida y milagros en la tierra del café y provee de noticias y de fondos a sus socios en la emisora. Asume su oficio con la alegría de vivir y el sentido del humor característico de sus ancestros. Rosemberg asegura que su trabajo le resulta estimulante al intelecto. Su carrera en la que ha sido objeto de atención y reconocimiento por parte de sus colegas, le ha traído mucha satisfacción y experiencia a través de los años.

La Bacana 92.1 FM es una emisora comunitaria que funciona 24/7, con una programación muy variada: musical, noticiosa, cultural y deportiva.

La viejoteca del viejo Dany sale al aire los sábados de 8 am hasta el mediodía. Su patrocinio es local y la promoción incluye concursos y rifas. La cortina musical abre con “Costa, Sierra y Montaña” un tema instrumental del grupo peruano “Los destellos”. Los números musicales se eligen por complacencias, o sea, a petición del público. En un buen día alcanzan hasta un centenar de llamadas.

“La idea es que los oyentes participen en el formato del programa y que haya un intercambio”, señala Daniel Ceballos y añade que “es música que no ofrecen las emisoras comerciales”.

La de este trio de radiofónicos es una historia de amor por la música y la radio, que unió a tres amigos de las ondas hertzianas y con ellos a toda su feliz audiencia.

 

Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos. Es autora de Opus Americanus, El libro de Yodin y Caliwood.

 

 

 

 

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