EDITO

La muerte del universalismo es el fin del feminismo

Valérie Toranian. Foto Le Point.

Por Valérie Toranien.

El feminismo siempre ha sido atravesado por corrientes más radicales que otras. La novedad es que el radicalismo se ha convertido en la corriente principal del feminismo. #Metoo con la libertad de hablar sobre el acoso (especialmente en los negocios) es un progreso. #Balancetonporc es un naufragio moral. Apoyar y ayudar a las víctimas de la violencia es una obligación. Plantear como dogma #victimejetecrois, a pesar del estado de derecho, es una capitulación.

El neofeminismo es la encarnación de su tiempo, seducido por los extremos, muy permeable al discurso del odio, incluido el odio a sí mismo. Una era posmoderna donde solo existen valores y principios alternativos, todos equivalentes.

 

En este naufragio feminista de principios, en este océano de estupidez y confusión, debemos por lo tanto saludar a quienes resisten y continúan contra viento y marea defendiendo un feminismo universalista.

Valérie Toranian es la Directora de la Revue de Deux Mondes.

Fuente Revue de Deux Mondes.

 

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