EDITO

La marea anémica

Por Zoé Valdés.

Fuente Libertad Digital.

No ha llegado más que a rosadita clara; la gran marea roja republicana que se había pronosticado de un inefable púrpura, supura agónica leucocitos traficados o ‘trafucados’, que diría la vedette Rosita Fornés en la película ‘Papeles secundarios’, y es que una se ‘trafuca’, por ‘se equivoca’, y no es que se trafique, con las maquinitas -al parecer esas sí traficadas-, que no funcionaron en Arizona, y el papel que faltaba, ¡a estas alturas! Welcome a la nouvelle democracy: el cocinaíto o cochinaíto de la ‘izmierda’ radical con harta frecuencia en su beneficio.

Lo había pronosticado en una de mis últimas columnas, y no es que sea pitonisa ni vidente, es que se veía venir, que la marea sería más bien anémica.

Estados Unidos no es el país que fue, aunque Donald Trump se empeñe en que siga siéndolo, y los que conocimos y vivimos por períodos breves en aquella gran nación podemos entender su empecinamiento. Resulta duro renunciar a lo bueno.

Estados Unidos, todo sea dicho, se ha convertido en el vertedero del mundo. No hay más que ver Filadelfia y Nueva York, por poner sólo dos ejemplos, que pudieran extenderse a Baltimore y a Chicago. Pero Filadelfia y Nueva York constituyen a mi juicio lo más evidente de la decadencia provocada por la droga y la invasión mal denominada inmigración. A eso han contribuido los demócratas, ha sido su gran trabajo: destruir el país, con la complicidad por instantes (todo sea dicho) de los republicanos.

Hace poco estuve en New York, la ciudad hiede, además de que se nota al instante lo elemental, que esa bajeza que destruyó a mi hermosa isla se ha instalado probablemente por tiempo indeterminado en la Gran Manzana. Duele. Y, no porque intentemos ignorar u ocultar la realidad, dolerá menos.

Apenas pude dormir, mis ojos saltaban de un medio a otro, buscando alguna ilusión en estas MidTerms. La ilusión se hizo realidad en Florida, bañada toda de rojo republicano, con Ron DeSantis a la cabeza, y Marco Rubio, ambos como ejemplares predilectos del triunfo.

Francamente, prefiero a Ron DeSantis, siempre ha sido así y no desde ahora, sino desde que apareció en el panorama político. Es más, creo que el hombre a seguir ahora mismo es sin duda alguna Ron DeSantis. Donald Trump, con perdón, pero sería mejor que se apartase. De hecho, los candidatos a los que Trump respaldó en otros estados han caído con la mala pata de su ‘compaña’, que diría Santi González en la República de los Tonnntos de EsRadio. De modo, que sí, DeSantis es el que es, y lo demás es bobería, o tonnntería.

No sé qué esperaba la gente, o sea, qué esperaban los votantes republicanos después de lo ocurrido en noviembre del 2020; yo más bien intuía que algo no saldría de manera regular. Y la irregularidad surgió en Arizona, en Maricopa, y no recuerdo ahora en cuál otro sitio… Vaya, Arizona, qué casualidad, allí donde una periodista, fuerte, digna, de gran potencia, Kari Lake, parecía imponerse, pues las maquinitas no dieron de sí, y también faltó el papel… Resultado, perdió Kari Lake, y el Senado está en veremos…

Probablemente habría que esperar, días, semanas quizás, tal como auguró y anunció nerviosa y cabizbaja la secretaria de prensa de la Casa Blanca, la señora Karine Jean-Pierre, para conocer el resultado con relación al Senado.

O sea, lo del aquello de ganar tiempo que observamos en las elecciones presidenciales colombianas y brasileñas. Si es que lo bueno que tiene este esperpento es lo chapucero que se ha vuelto todo, privilegiando a esa democracia putrefacta, a la que sólo podríamos sustituir con el método Nayib Bukele…

He oído durante años afirmar aquello de que si Estados Unidos cae, caerá el resto mundo, también por razones más que obvias he adherido a esa tesis, aunque confiando invariablemente en la demora; pues bien, hoy más que nunca pienso que la caída resultará inevitable para dentro de muy poco… Si no es que estemos cayéndonos desde hace un buen rato, pero en el trayecto del desplome hemos encontrado tantos aparentes, mullidos y cómodos colchones, que nos han incitado a estimar que vivimos una especie de sueño lento, en ralentí, cuando en verdad se trata de la más truculenta y embaucadora de las pesadillas. God bless América. God bless us!

Zoé Valdés. Escritora y artista cubana e hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vermeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

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