Cultura/Educación

La Jirafa, el chino come niños, y Scotland Yard

Por Félix Antonio Rojas.

 

En la hégira perdida de 1993 cuando el performance no estaba de moda entre los artistas de vanguardia de la Isla, salté desde la jaula de 3 metros como un acto suicida sobre el cuello de Yobany la jirafa del Zoo de 26 y allí me quedé colgado para siempre, aferrado al pasado, como Eddie Vedder en las torres de luces del escenario del Lollapalooza…

 

Como en un film gore de Rod Zombie o del mítico Herschell Gordon, el arte-extremo se instauró con todos sus demonios y contraventor para quedarse como una epidemia conceptual en la república socialista China, con el lema entre los artistas noveles: No Hay Límites, Ni Fronteras.

 

Uno de sus mayores exponentes es Zhu Yu que sorprendió al mundo del arte, devorando un feto, previamente cocinado a la parrilla, sobre un mantel y cubiertos, en la tercera Bienal de Shanghai. “Sé que hay personas que no creen que el feto sea real, pero lo es. Me lo llevé, sin que se dieran cuenta de uno de los colegios médicos de la ciudad”. Aseveró Zhu Yu, cuando se le cuestionó la veracidad de su performance. Otro de sus espectáculos caníbales, es el titulado ‘Cerebro Humano Enlatado’, en la que el artista introduce pedazos de sesos de personas muertas dentro de un recipiente de mermelada.

 

En la actualidad, el llamado Shock Art en la China comunista, se ha convertido en un reto entre sus nuevos miembros, una competencia de a ver quién presenta la creación más transgresora y escandalosa, quién sería el nuevo enfant terrible post pandemia de los hijos sagrados de Mao. Como ejemplo, su última obra, donde el acto comienza en el acuerdo con una mujer desconocida, para inseminarla artificialmente, luego de abortar a los cuatro meses, le entregaría el feto recién extirpado para dárselo a comer a un perro callejero. Es descifrar el significado de la vida y la muerte, afirmó Zhu en una entrevista a un medio alternativo.

 

En estos días el buro de investigaciones de Scotland Yard, examina bajo lupa la expo del National Exhibition Centre de Birminghamm, titulada Real Bodies, con más de 20 cadáveres y doscientas partes diferentes del cuerpo humano. Las autoridades británicas investigan la controversial exposición por sospechas más que fundadas, de que los cuerpos exhibidos en la muestra, pertenecen a personas ejecutadas en China por temas de índoles políticos y sociales, prisioneros de conciencia. Según la indagación de Scotland Yard, la empresa que provee los cuerpos para la exhibición, está establecida en la ciudad de Dalián, situada en el extremo sur de la provincia de Liaoning y que en un complot con la policía de la región, obtuvo los cadáveres de los ejecutados, proporcionados por agentes corruptos del Ministerio de Seguridad Pública.

 

La revisión se inició desde el Tribunal de China, grupo disidente e independiente con dirección en Londres, que investiga desde hace años las infinidades de evidencias, de que el estado chino extirpa los órganos de prisioneros vivos, con el fin de abastecer y controlar el criminal mercado negro de tráfico de órganos. La investigación descubre, que los cuerpos que se muestran en la exposición, fueron desposeídos de su piel, luego disecados para visualizar su anatomía interna, y finalmente sometidos a un proceso de plastinación.

 

Los tanatopractor y forenses de la investigación, tienen sospecha que los cadáveres no fueron donados libres y voluntariamente antes de ser procesados. Los especialistas subrayan que los cuerpos fueron torturados físicamente y que sufrieron traumas psicológicos irreversibles. Lo más probable es que fueran miembros del grupo opositor Falun Gong, perseguido sin piedad desde sus comienzos, concluye el análisis.

 

Otra línea de la investigación nos indica que supuestamente, los cadáveres pudieran haber sido proporcionados por la morgue de la ciudad al departamento de Biología de la Universidad de Dalián y luego transferidos al Laboratorio de Biotecnología Dalián Hoffen.

 

Tom Zaller uno de los directivos de Imagine Exhibitions, comentó en el pasado, que desafortunadamente no existía una documentación legal que probase las identidades de los individuos muertos expuestos y mediante los cuales que donasen voluntariamente sus cuerpos antes de la muerte.

 

Las leyes de la corona británica exigen que cualquier célula o tejido humano importados a la isla con propósitos científicos, deben tener una documentación legal que evidencien que han sido obtenidos con la aprobación del donante.

 

Mis pies flotaban como un péndulo de oeste a este igual que una bola de hierro de demolición, mis brazos y las manos se afianzaban al largo cuello de la Jirafa que llegaba al cielo de color plomizo. Sentir la respiración en el rostro de aquel imponente animal de las sabanas africanas e interactuar con él, se volvió místico y eterno entre los frikis que conocieron la leyenda. Mientras, sobre la gayola, los tres únicos espectadores del performance, Myla la estudiante de ojos verdes que soñaba con restaurar a todo el barrio de Luyanó, el pintor exiliado Eduardito el belga y la diseñadora gráfica que pintaba a Marianao in blue Lisbeth G A, cantaban entre carcajadas, con la lengua enredada y conmovidos por el espectáculo circense, Quiéreme mucho, dulce amor mío, que amante siempre te adoraré, yo con tus besos y tus caricias, mi sufrimiento acallaré

 

Entre las jaulas de las hienas, muertas de hambres en el tiempo, apareció irremisible uno de los guardias del Zoológico.

 

Félix Antonio Rojas es friki y freelancer.

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