Mundo

La ingravidez del Rikishi

Por Félix Antonio Rojas.

 

El ministro de cultura de Mordor Alpidio Alonso, Orco fiel de las legiones de La Bestia, más cerca de los puños de Savón, que de las metáforas de Lezama. En su particular dohyo a las afueras del mincult o el minint, dio una lesión de lucha sintoísta junto a otros maegashiras voluminosos en grasa corporal y cebados durante años con mierda de Fidel.

A manera de un sekitori del oficialismo utilizando las técnicas más letales e ilegales, como el kinijete y el mortal shuto uchi, se abrió paso entre 5 o 6 penitentes crédulos de la patria que exigían dialogar con sus verdugos tropicales.

Semejantes a una manada de adiposos Maegashiras, el ministro y otros funcionarios gordos iguales en su obesidad, untuosa y cómplice, se abalanzaron sobre los solitarios, enjutos e indefensos intelectuales que acorralados contra los portales turbados por la conflagración, fueron sometidos y expulsados con el eficiente oshidashi a las afueras del guion vetusto y refrito del honbasho de los disidentes de Dzerzhinsky.

Hasta se vio a una de las exóticas nubias del ministerio del interior al estilo Black Lives Matter, someter con un yorikiri a una inexperta joven inerme en reyertas. Mientras se podía apreciar al Osogbo en un acto Tortoliano y de repliegue, ‘avanzar’ hacia atrás antes las envestidas, la violencia y el desenfreno del Yokozuna Alpidio. Nunca antes un asere fue tan cándido en tan gloriosa retirada, ni Mahatma ni Martin llegaron a tan alto control esotérico del pacifismo en desbandada. Al final sin tregua alguna, la cámara y el camarógrafo se alejaban cada vez de la escena, buscando la profundidad de un zoom a lo Tarkovsky, dando una capacidad narrativa con el rack focus de Tarantino y la panorámica de tan desigual contienda armígera.

El impasse en Cuba se impone desde décadas el estilo Félix Savón sobre el de Cabrera Infante, o el performance repetitivo y el show cansino sobre el Proyecto Varela, por ejemplo.

Entre tanto las manecillas del reloj del juicio final, están a 100 segundos de la medianoche. Un minuto y 40 segundos para el Apocalipsis profetizado.

El llamado reloj del fin del mundo, fue creado en 1945 por Albert Einstein y otros científicos de la Universidad de Chicago, en los tiempos del proyecto Manhattan y la perfección de las primeras armas nucleares. Surgiendo así el prestigioso Boletín de Científicos Atómicos.

Utilizando como alegoría las imágenes del apocalipsis, el misterio místico de la medianoche, mezclado con la retórica contemporánea, la explosión nuclear, la cuenta regresiva hasta cero, para transmitir las amenazas que le pueden ocurrir al planeta Tierra y a la raza humana. Desde su creación el reloj es un indicativo del peligro que corre el mundo por la existencia de armas nucleares y del enorme arsenal químico de destrucción masiva que se continua almacenando, además de la vulnerabilidad en el incremento de las catástrofes naturales y la ruptura del desarrollo tecnológico en la disruptivas de otros ámbitos.

En enero del 2020 consultados los 13 premios Nobel que forman la junta de expertos, detuvieron las manecillas del reloj a 100 segundos de las 12, más cerca de la media noche y del fin del mundo desde nunca, en toda su historia desde que fue creado a mediados del siglo pasado.

Los avezados que observan cada 12 meses el Doomsday Clock, hacen un llamado histórico y aseveran que el mal manejo de la pandemia a nivel global, su aterrador e implacable virus, posiblemente escapado de uno de los laboratorios militares chinos, ha demostrado que los gobiernos y las instituciones sanitarias mundiales son ineficaces y están mal preparadas para hacerle frente a las amenazas de esta índole a nivel planetario. Las ocultaciones, el hermetismo del PCCh, los conflictos en las políticas climáticas y nucleares, son factores que han impedido que las agujas se retrasen en este 2021, así como la proliferación del armamento nuclear, en países como Irán, la India y Corea del Norte, sitúan el tiempo de descuento, del reloj del fin del mundo, en su valor más crítico desde la Guerra Fría y la crisis de los misiles entre Kennedy y Nikita… oremos.

Cuentan que en una gala de entregas de diplomas y medallitas, a glorias del deporte y la cultura nacional, en el salón del comité central, Alicia Alonso que era una homófoba y también una racista connotada como buena comunista que era, se cruzó por casualidad con Félix Savón y mirándolo por encima de su dilatadísima nariz, mordazmente le susurró.

“Félix, si tú fueras bailarín y usaras la técnica de boxeo, serías un genio de la danza como el gran Rudolf Nureyev”.

Y Savón le preguntó:

“¿En qué división pelea el ruso ese Alicia?”.

 

Félix Antonio Rojas es friki freelancer.

2 Comments

  1. Ray Luna

    😂😎👍

  2. La metafora Alica- Savon se me parece a una de Maradona-Puccini, pregunta la periodista a DAM ud tambien ha sido invitado al centenario de Puccini le gusta su musica? si como no , aun cuando no lo conozco personalmente.. pero le voy a enviar una invitacion para que venga a cenar ……….inutil decir la ignorancia , y es lo mismo que tienen estos de San Isidro, que quieren dialogar y pedir derechos aja! y derechitos a galletazos salieron, despues de 62 años aun con estos teatricos, ahi no pasa nada estan solo preparando el terreno para el dialogo con Biden es cuestion de timing, pero no son solo ellos, observen los movimientos y dentro de poco veremos los cambios de chaqueta

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