EDITO

La historia se repite

Por Catriel Leiras.

 

La Florida es uno de los siete estados clave en esta contienda política que ha sido, por decir poco, realmente dantesca.

 

El condado Miami Dade, y sus correspondientes distritos, tienen una resonante tendencia a la izquierda, algo que en estos días dista de esa izquierda “moderada” que conocíamos en Estados Unidos. En un condado tan diverso, demográficamente hablando, y donde la mayoría de sus habitantes son de ascendencia: cubana, venezolana, nicaragüense, etc; resulta particularmente sorprendente que en una abrumadora mayoría, esos votantes consideren, siquiera en la utopía del idealismo, izquierda alguna: moderada, radical o vestida de colores.

 

Actualmente tenemos dos congresistas demócratas en distritos clave; los números 26 y 27.

 

En el primero, ocupa el puesto la ecuatoriana Debbie Mucarsel-Powell. Esta señora salió, hace pocas semanas, diciendo que ella había logrado desbancar, más de veinte años de “apoderamiento” cubano en la política de ese distrito. Ella gana el escaño en 2018 contra Carlos Curbelo; un cubano americano republicano que fue altamente criticado por los simpatizantes del partido, al haber declarado públicamente su disgusto hacia el presidente Donald Trump, lo que le jugó en contra perdiendo así, gran parte de los votos y finalmente la banca en la cámara baja del congreso federal.

 

Pienso personalmente que era preferible a los intereses del partido, tener una silla más en el congreso para así evitar, entre muchas otras cosas, el circo político que vimos durante 2019 y parte del 2020 pre pandemia: el “impeachment” o proceso de destitución por los demócratas hacia Trump. Pero, parece que pesaba más la opinión personal de Curbelo en cuánto al presidente, que todo lo que vaticiné sucedería y que sucedió perdiendo su escaño. Insisto en algo; TODO el mundo tiene derecho a gustar y disgustar de quien le de la gana. A mi entender faltó “inteligencia” y estrategia en el sufragio. Las pasiones pudieron más.

 

La otra, es la actual congresista demócrata por el distrito número 27, Donna Shalala; expresidente de la Universidad de Miami y también amiga personal del matrimonio Clinton durante 40 y tantos años, quien ejerció, además, como secretaria de salud los ocho años de gobierno de Bill Clinton.

 

Ella se ha opuesto al embargo hacia Cuba, de igual forma que la mayoría de los demócratas, y en estos últimos dos años, en pleno ejercicio de su posición, prácticamente ha estado ausente y/o silente en su distrito; aseguran muchos de los residentes del 27 que ha vuelto a aparecer (esporádicamente) en las últimas semanas en ‘busca’ de una reelección para el puesto que ocupa hasta mediados de enero del año entrante.

 

Recientemente, algo que no se cubrió de modo masivo en los medios de comunicación como es natural en ellos, es que la señora Shalala escondió 558 transacciones en la bolsa de valores donde podría haber engordado su fortuna personal por hasta 6 millones de dólares mientras ocupaba su cargo en el Congreso. Muchas de esas transacciones, donde la congresista ganó grandes sumas de dinero, fueron hechas, presuntamente, en medio de la pandemia del coronavirus que azota la economía del país y del mundo.

 

Otra banca en la cámara baja que se perdió en Miami Dade para los republicanos en 2018.

 

Ahora, en noviembre, estas contiendas vuelven a las urnas. Una nueva oportunidad para el partido del presidente Trump de recuperar la mayoría en esa cámara del congreso, y con esto, la misma disyuntiva anterior en la que el elector republicano sucumbió ante sus pasiones y recelo por los aspirantes al cargo.

 

Esta vez toca ejercer el voto de una forma inteligente y quirúrgicamente aplicada: restar asientos en el poder legislativo a los demócratas, para que este presidente, de ganar el 3 de noviembre claro, pueda hacer su trabajo sin las trabas absurdas, vengativas y maliciosas que el partido secuestrado por la izquierda radical ejerce en nuestras vidas desde que Trump les desbarató el plan Fabiano, esa es la clave. Volver a ponerles la piedra en el zapato y tener un país próspero y seguro para todos, incluidos sus detractores.

 

Me quedo con una frase que encontré por ahí y no es de Paulo Coelho:

 

“Si quieres que ganen los demócratas, no te preocupes, no eres el único; Castro, Ortega y Maduro quieren lo mismo”.

 

Catriel Leiras es estilista, productor TV, coach, y Editor Opinión de ZoePost.

3 Comments

  1. Remedios Diaz

    Excelente artículo! Felicidades Catriel!!

  2. Enriqueta Sainz

    Excelente ! Con su permiso lo comparto

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