Por Zoé Valdés.
«¡Cuba llora!» (José Martí)
Nacida en 1959, el año de la segunda traición de Estados Unidos a la República de Cuba —la primera fue en 1929, después han acontecido sucesivas traiciones que condujeron e implantaron más de 62 años de tiranía con la complicidad de los “amigos” del Norte—, no he conocido más que dictadura y tiranía en mi país.
Exiliada desde hace más de 32 años de manera impuesta por el régimen, padezco del dolor incesante de la distancia forzada y el castigo, aunque también con ventajas, del desarraigo; pero debo confesar que, en medio de este páramo de ausencias e indecencias, en la mayoría de las ocasiones he sido recompensada con grandes amigos que han probado ampliamente que no siendo cubanos pueden amar y respetar a Cuba con una fuerza insospechada que sólo aquella tierra inspira. Es el caso de Pedro von Eyken, autor de este libro, y de su esposa Corina. Ellos “siempre estuvieron” y están ahí, aquí.
La prueba es este extraordinario libro ‘Testigo de una revolución traicionada’, en el que, sin ponerme de acuerdo con algunos mínimos puntos de vista del autor, puedo asegurar y validar su enorme importancia porque en el gran absoluto estoy convencida de que nuestro pensamiento va en la misma dirección: el de la libertad social, económica y política de una Cuba futura.
Pulse aquí para continuar leyendo en La Gaceta de la Iberosfera.