Por Maria Eugenia Capelo/Infobae/RZP.
“En medio de una crisis internacional, una diplomática intenta compaginar su nuevo trabajo como embajadora en el Reino Unido y su turbulento matrimonio con una celebridad política”. Así resume Netflix en dos líneas la trama de la nueva serie que acaba de estrenar llamada La Diplomática, pero esta ficción es mucho más que esta descripción.
La trama de esta serie protagonizada por Keri Russell, que regresa al protagónico luego de su participación en The Americans, va más allá de un clásico conflicto entre países. Es la historia también de Kate Wyler una mujer que es designada para ir a ocupar un lugar en la embajada de Kabul pero, luego de una explosión en un pesquero inglés qeu genera un conflicto internacional, es enviada a Londres para representar a su país Estados Unidos en la nación europea.
Lejos de ser una mujer que se rige por el protocolo y las reglas que debe cumplir una diplomática de su calibre, Kate decide armar su carrera a su modo: más acción y menos de detalles.
Pero en el medio de esta trama con conflictos entre países, se encuentra la vida de Kate que parece estar en el medio de un naufragio con su marido Hal (interpretado por Rufus Sewell, The Marvelous Mrs. Maisel). La tensión entre su vida personal y las presiones que le exige su trabajo, hacen que esta mujer intente sostener como un equilibrista todos los platillos de su vida. Mientras tanto la relación entre Kate y Hal se sostiene más por el camino recorrido que por su presente, en el que la mujer parece opacar el trabajo de su marido que queda, ahora, en un segundo plano…
