Cultura/Educación

José Martí en Zaragoza

Placa en la fachada de la casa donde vivió José Martí en Zaragoza (Foto internet)

Por Manuel C. Díaz.

Aunque habíamos salido de Barcelona temprano en la mañana, llegamos a Zaragoza, capital de la región de Aragón, casi al mediodía. La habíamos incluido en nuestro itinerario -sin muchas expectaciones- como una parada intermedia para alcanzar la costa norte de España (donde pensábamos visitar Santander, Bilbao y San Sebastián) y también porque sabíamos que en ella había vivido José Martí.

Para nuestra sorpresa, Zaragoza resultó ser no solo una ciudad vibrante y cosmopolita con más de medio millón de habitantes y dos mil años de historia repartida entre iberos, romanos, musulmanes, judíos y cristianos, sino también una ciudad repleta de importantes museos, de elegantes bulevares arbolados y plazas con hermosas fuentes que en las tardes se llenan de gente en un ambiente de apacible cotidianeidad urbana.

Lo primero que hicimos al llegar fue visitar los principales puntos de interés de la ciudad que era, en definitiva, el motivo principal del viaje. Lo de la casa de José Martí era, sí, importante, pero lo dejaríamos para el segundo día.

Y así lo hicimos, esa misma tarde visitamos las dos catedrales de Zaragoza, la del Salvador y la de Nuestra Señora del Pilar, así como la Fuente de la Hispanidad, el Monumento a Goya y el Palacio de los Monarcas Aragoneses.

Catedral de Nuestra Señora del Pilar, también conocida como “La Pilarica” (Foto del autor del artículo)
Plaza de Nuestra Señora del Pilar, la más importante de Zaragoza. Al final puede verse la Fuente de la Hispanidad. (Foto del autor del artículo)

Al siguiente día, después de almorzar y con un mapa de la ciudad en las manos, salimos en busca de la Calle de la Manifestación donde sabíamos que en la casa marcada con el número 13 había vivido José Martí cuando en abril de 1873, con apenas 20 años, llegó procedente de Madrid para cursar estudios en la Facultad de Letras.

En realidad, nos resultó fácil encontrarla porque en su fachada había una placa que la identificaba con la siguiente inscripción: “José Martí Pérez, Héroe Nacional de Cuba (1853-1895), quien vivió en esta casa entre 1870 y 1874 y murió en combate por la independencia de su patria el 19 de mayo de 1895”.

Durante su estancia en Zaragoza, Martí llevó una intensa vida cultural. Mientras estudiaba, no solo asistía con frecuencia al teatro y participaba en tertulias literarias, sino que también tuvo tiempo de escribir su libro, La República Española ante la Revolución Cubana, y terminar dos obras de teatro: La Adúltera y Amor con amor se paga.

Recordando aquellos días, Martí alguna vez escribió: “Cuando terminaba mis clases en la Universidad, me gustaba pasear por la Plaza del Mercado y llegar a la animada calle Platerías, y ahí, no muy lejos de las ruinas romanas, vivíamos como en familia”.

Se refería, claro, a la casa frente a la cual estábamos ahora parados y donde, después de haber admirado su bonita fachada, no sabíamos qué más hacer. Por un momento pensamos que podríamos, en una especie de improvisada ruta martiana por la ciudad, visitar los lugares frecuentados por el Apóstol: el Teatro Principal, al cual asistía a menudo; o la Universidad, donde se graduó de Licenciado en Derecho Civil y en cuya entrada hay un busto suyo.

Busto de José Martí en la entrada de la Universidad de Zaragoza. (Foto Internet)

Pero ya eran casi la seis de la tarde y decidimos regresar a la Plaza del Pilar para cenar en alguno de los varios restaurantes que hay allí.

Al otro día, siguiendo nuestro itinerario, salimos rumbo a la costa cantábrica. Cruzamos el Puente de la Almozara y tomamos la autopista que nos llevaría a ella. En la distancia, Zaragoza comenzaba a desdibujarse. Fue entonces que, a modo de despedida y entre las burlas de mi esposa, comencé a recitar: “Para Aragón, en España/ tengo yo en mi corazón/ un lugar todo Aragón, / franco, fiero, sin saña”.

En ese momento miré por el espejo retrovisor y pude ver como las torres de la Basílica del Pilar desaparecían finalmente entre el resplandor del rio Ebro y la sencilla sonoridad de estos últimos versos: “Y si quiere un tonto saber/ porque lo tengo, le digo/ que allí tuve un buen amigo/ que allí quise a una mujer”.

El autor y su familia en uno de los puentes que cruza el río Ebro en Zaragoza. (Foto Archivos del autor)

Manuel C. Díaz es escritor, crítico de arte y literatura y cronista de viajes.

5 Comments

  1. Julio Soto Angurel.

    “José Martí cuando en abril de 1873, con apenas 20 años, llegó procedente de Madrid para cursar estudios en la Facultad de Letras.”
    José Martí, vivió cuatro años en el número 13 de la calle de La Manifestación cuando con 20 años llegó a Zaragoza procedente de Madrid.
    Para mi siempre ha sido un verdadero misterio conocer como vivió Martí en esa época.
    ¿Cómo se pagó José Martí sus estudios?
    ¿De que forma se costeó su vida, sus gastos, su alimentación,?
    ¿De donde salía el dinero para comprar su ropa y zapatos?
    Con veinte años existen unas enormes apetencias de vida. ¿Có se pagaba el café que tomaba?
    ¿Cómo pagaba las mujeres con las que salía?
    ¿Como se costeó José Martí su vida? ¿Trbajaba? ¿Alguna organización política, fraternal o religiosa, le costeó su vida?
    Son muchas las interrogantes y ninguna respuesta plausible.
    ¿Quién sabe todo eso? ¿Quién tiene las respuestas?

    • Zoe Valdes

      Debe leer a Carlos Ripoll y a Mañach.

    • Zoe Valdes

      Además, lo que haya tenido que hacer Martí para vivir me tiene sin cuidado. Lo que importa es su obra. Algunos se prostituyeron de todas las maneras y no poseen más que mala uva, porque de obra ni hablar.

  2. Isidro Quiroga

    Una placa similar existe en la Calle del Desengaño #10 en Madrid, donde tambien residió Marti.

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