Cultura/Educación

Isabel Moreno: nuevamente el duelo embarga los escenarios del exilio y el cine cubanos

Por Wilfredo A. Ramos.
Al parecer la escena cubana continúa arrastrando sus días de luto. Ahora , las tablas lloran la ida de una actriz que dejó una profunda huella en cualquiera de los escenarios donde ofreció su trabajo.
Desde su debut -antes de convertirse en una profesional- en la obra “La taza de café”, bajo la dirección de Juan Rodolfo Aman, definió una entrega actoral que sería su marca. Actriz con una excelente, potente voz y una magnífica dicción, su proyección escénica resultaba llena de vitalidad.
Diversas puestas teatrales, en diversos géneros vieron a su figura engrandecer su proyección.
Con sus trabajos en televisión y cine -no todo el que debió ser- se convirtió además en una actriz popular.
Como anécdota personal, recuerdo dentro de la comedia musical “La otra vuelta al mundo”, dirigida por Nelson Dorr y presentada en el Teatro Karl Marx, su intervención en la escena española, en la cual se hacía alusión a la ópera Carmen y ella interpretaba -como bien lo saben hacer los actores con talento- la conocida Habanera. Posiblemente esa era la escena que más prolongados aplausos recibía. Cosas que solo logran actrices inmensas.
Trabajar a su lado era hacerlo con la colega preocupada por todo a su alrededor, que a su vez derrochaba buen carácter y simpatía.
Muchas agrupaciones teatrales en la isla disfrutaron del privilegio de tenerla en su nómina -Conjunto Dramático Nacional, Las Máscaras, La Rueda, Guernica, Testro Estudio- siendo recordadas sus interpretaciones en todos ellas.
Una vez en Venezuela, conquistó a esos otros públicos sobre todo por medio de sus apariciones en las tan populares telenovelas.
Con su llegada en el 2001 a los Estados Unidos, como ocurre frecuentemente, su carrera se vio bastante frenada, aunque tuvo la oportunidad de formar parte de elencos en algunas telenovelas, gracias a su paso por tierras venezolanas y sin duda a su magnífica proyección vocal, su sello de garantía.
Los escenarios teatrales de Miami le fueron bastante esquivos -situación nada extraña- con solo algunas apariciones con Teatro Avante y Teatro 8, perdiéndose el público la oportunidad de disfrutar de una gran actriz.
En un breve lapso de tiempo, su fallecimiento se une al de otras destacadas figuras de la escena cubana, sin importar el lugar desde donde hayan partido, porque todos de la misma forma integran el olimpo artístico cubano.
Las tablas vuelven a quedar vacías, las luces se apagan, pero el sonido de los aplausos no se acallará jamás.
Wilfredo A. Ramos.
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