Pour Aurélien Marq/Causeur.
Emmanuel Macron, de visita en Israel, asegura que Francia hará todo lo posible para “restaurar la paz y la estabilidad”. Pero los israelíes no pueden hacer las paces con un movimiento terrorista cuyo sadismo y crueldad están al nivel de los Einsatzgruppen. En Occidente, no hay ningún judío o no judío, ni siquiera el más enojado, que aceptaría hacer con los islamistas y sus familias lo que Hamás hizo con sus víctimas.
Una sobreoferta deliberada
Como esperaban los terroristas y sus partidarios, el 7 de octubre prácticamente ha desaparecido del debate público. Estamos hablando del conflicto palestino-israelí, de Gaza, de los ataques aéreos, de las manifestaciones de fuerza de los islamistas en todo el mundo y del odio islámico antisemita que ya no se oculta, ni siquiera en Europa. Pero el 7 de octubre ya parece casi olvidado. Aunque es imprescindible. El 7 de octubre de 2023, Hamás emprendió una escalada deliberada, planificada con crueldad, sadismo y horror que ciertamente no carece de precedentes, pero es lo peor que la humanidad ha podido hacer. Es del orden de los Einsatzgruppen. Desolladores. Del culto a Moloch en Cartago. Jemeres Rojos. Del Estado Islámico. Esto no es un arrebato, el repentino desencadenamiento del salvajismo de un ejército fuera de control: fue intencional. Decidido fríamente. De hecho, ni siquiera es terrorismo. Es mucho peor. Todos hemos visto el cuerpo casi desnudo y desarticulado de Shani Louk, exhibido como un trofeo de caza en la parte trasera de una camioneta. Vimos los vídeos publicados por el propio Hamás de estas jóvenes secuestradas y todos entendimos por qué sus pantalones estaban llenos de sangre en la entrepierna. Vimos a esta familia capturada en su propia casa, a este niño llorando a su hermana ejecutada ante sus ojos. Hamás quería que supiéramos, se atribuyó la responsabilidad de las humillaciones, los crímenes, las torturas y las violaciones. Estaba orgulloso de ello. Todos vimos estas imágenes tomadas y transmitidas por los terroristas, y vimos a quienes se regocijaron con estos abusos, quienes aplaudieron la incursión, el pogromo, desde el primer día, incluso antes de la primera respuesta de Israel. Y desde entonces no hemos parado…