Por Lucas Ribeiro/La Gaceta de la Iberosfera.
Las redes de la diplomacia brasileña se tiñen de controversia y sospecha, ya que la relación de figuras políticas prominentes del país – Luiz Inácio Lula da Silva y Celso Amorim, ex canciller y actual «canciller en las sombras» en el tercer Gobierno Lula – con el grupo terrorista palestino Hamás, enfrenta intenso escrutinio y crítica por parte de la opinión pública.
Dudas e interrogantes permeabilizan el ambiente político, especialmente considerando las posiciones y actitudes del Partido de los Trabajadores (PT) y estas personalidades ante entidades conocidas por sus prácticas extremistas y violentas.
Celso Amorim, cuyas acciones y expresiones de simpatía hacia Hamás han sido ampliamente interpretadas como un apoyo tácito al grupo terrorista, busca frecuentemente mejorar la imagen de la organización. Su participación en la presentación del libro «Engajando o mundo: A Construção da Política Exterior de Hamas» y declaraciones subsecuentes han revelado una narrativa que sugiere justificación para las tácticas brutales del grupo. Así, los críticos sugieren que Amorim puede estar, indirectamente, contribuyendo a perpetuar el ciclo de violencia y conflicto en la región al legitimar una organización que utiliza el terror como estrategia política…