Por Ziura Lila Rodríguez Betancourt/Facebook.
La Patria debería ponerse de riguroso luto, hace apenas unas horas retornó a la Casa del Padre Mons. Manuel Hilario de Céspedes García – Menocal, Obispo Emérito de la Diócesis de Matanzas, Atenas de Cuba.
Quiénes tuvimos el gusto de conocer a los hermanos prelados de Céspedes García-Menocal teníamos ante nuestros ojos a los tataranietos de Carlos Manuel de Céspedes, «Padre de la Patria», a los sobrinos nietos de Mario García Menocal quien fuera Presidente de la República de Cuba y a unos profesores del seminario de lujo.
Si algo les caracterizó a ambos, fue su absoluta sencillez y escucha, con ellos el término auscultar era cuasi obligado, yo les decía: la cultura cubana que camina y respira.
Ambos formaron parte de esa Iglesia fortísima de nombres como: Mons. José Siro González Bacallao, Mons. Pedro Meurice Estíu, el P. Luis Pelaez sj, el del Lobo solitario, P. Luis Oraa sj, P. Teodoro etc
Ferviente devoto de la Virgen de la Caridad y del Venerable Padre Félix Varela, el P. Manolo cierra sus ojos a la edad de 81 años.
El tenía una disponibilidad permanente propia de las grandes cunas de seres llamados al servicio. De él son célebres sus frases: “Yo creo lo que está en el Credo”; o “Para servir a Dios, a la Patria y a usted con una mirada de paz enorme».
Para el P. Manolo toda persona siempre fue importante, y única, exclusivamente porque todo hombre es nuestro hermano.
Gracias Padre, de seguro hoy Cuba gana a un gran ángel.