Sociedad

El placer del bien dormir

Imagen StockSnap

Por Lucimey Lima Pérez.

No creo que nadie discrepe al conversar sobre la relevancia del buen dormir, ese sueño que recupera, reconstruye y nos hace capaces de enfrentar un nuevo día. Sin embargo, las alteraciones del sueño son más frecuentes de lo que imaginamos y, más aún, son de difícil afrontamiento porque generalmente están incrustadas en nuestro intelecto y acompañadas de mitos mayoritariamente inexorables.

El insomnio es un trastorno del sueño que puede manifestarse por un corto tiempo, bajo ciertas condiciones, o ser una dificultad de larga data. En mi práctica exploro el dormir a tres niveles: I) dormirse; II) despertarse en medio de la noche; III) despertar más temprano de lo preciso. Parece simple, pero no es tan directo. Muchas clasificaciones existen, entre ellas las que estudian que se trata de un trastorno primario o secundario a otra condición física o mental, obviamente tratado en forma diferencial.

Los ritmos circadianos (variaciones diarias de nuestros comunicadores químicos) son dominantes, pero, por alguna razón individual, estos balances los desbalanceamos (o se desbalancean) y así continúa el suplicio.

Los síntomas son varios e incluyen cansancio, falta de concentración, bajo rendimiento, mal humor, caídas fáciles sobretodo en personas de mediana a avanzada edad (60-90), ansiedad, irritabilidad, y muchos más relacionados con las características de la personalidad.

Las dificultades del sueño pueden personalizarse fácilmente, tal como señalamos, además, algunas personas tienen a bien dormir de noche 4-5 horas, otras necesitan 9. Lo que estipulan los expertos es que un adulto debería dormir DE NOCHE entre 5 y 9 horas.

Recalco, el insomnio no es fácil de tratar en muchas ocasiones, fundamentalmente porque se ha internalizado como una condición irremediable. En nuestra experiencia, las causas más frecuentes de insomnio se relacionan a los hábitos inadecuados, lo cual podría asociarse con otra razón de peso. Citamos algunas causas, seguramente claramente identificadas por los lectores que lidian con alteraciones del sueño: 1.Situaciones estresantes ligadas al entorno, ya sea trabajo, familia, evolución de vida, las cuales conllevan a un estado de alerta que no permite el descanso. 2.Ambiente físico inadecuado, tal como luz, ruidos, temperatura, entre otros. 3.Trastornos mentales como depresión, ansiedad, psicosis. 4.Cierto tipo de medicamentos usados para el asma o la presión arterial. 5.Afecciones físicas como el dolor crónico, el hipertiroidismo, la diabetes mellitus, la obesidad, la apnea del sueño. 6.El consumo de café, té, tabaco o alcohol.

Vale la pena recalcar que muchas personas toman alcohol para conciliar el sueño, pero no se trata de un hipnótico, produce un dormir artificial y conlleva a rebotes, es decir, a incrementos en el insomnio o dormir por corto tiempo y de mala calidad (sueño no reparador). Los parámetros que miden un buen sueño no solo se relacionan con el tiempo, si no con los despertares y con una sensación de intensa fatiga, aunque se haya dormido, lo cual no es calidad.

Algunos mitos relacionados con el tema incluyen: –el alcohol es un sedante, bueno para dormir bien;la pantalla del celular, la televisión, favorecen distraerse y relajarse; -los hipnóticos siempre ayudan, aun a largo plazo; -dormir de día recupera la falta de sueño de la noche; -existen noctámbulos que no necesitan dormir tanto de noche. Seguramente que usted podrá encontrar otros mitos que no hacen más que agravar el insomnio.

Variados datos son de utilidad para lograr un buen dormir, especialmente cuándo no existe una causa mayor como un trastorno mental no tratado o una patología física en desequilibrio. Menciono: -tratar de ir a dormir a la misma hora aproximadamente todos los días; -no usar pantallas de ningún tipo, celulares, computadoras en horas muy próximas al dormir, y menos en cama; -evitar el consumo de café, el fumar o tomar alcohol con el objeto de dormir, el café y la nicotina estimulan, así como el té, el efecto del alcohol no será duradero en la noche; -hacer ejercicios físicos con frecuencia semanal y alrededor de 4 h antes de dormir; -el espacio dedicado al sueño debe ser agradable y placentero, habitual y acogedor, algunas personas realizan actividades de meditación o escuchan música adecuada, lo cual no ayuda a todos; -no usar las pijamas durante el día ni tener la cama no tendida; -desarrollar un ritual propio para sentir que ha llegado la hora del descanso nocturno; -no emplear ese tiempo tan valioso de ir a la cama para analizar el día transcurrido o planificar el de mañana.

Pareciera complicado, sin embargo, es una higiene poderosa que se va desarrollando poco a poco, con altos beneficios.

El tema sobre el insomnio es largo y tendido, hemos tratado solamente algunos aspectos.

Lucimey Lima Pérez es Psiquiatra, Psicoterapeuta, Máster y PhD en Neuroquímica.

2 Comments

  1. Pingback: El placer del bien dormir – – Zoé Valdés

  2. Ms. Lucimey Lima Perez..Gracias……
    Tres niveles…
    1) Domirse! …en un Butacon del abuelo..
    2) Despertarce! ..te quedastes al piso { tu mujer te mando fuera de la Cama! Ole…..
    3) Despertar ..de la Cama..fantastico .AM> abrar la ventana, entra la brisa, y pajaritos “cantaran ” pio! pio!
    Cariños .Charlie G/Sr………………………………………………………..The USA!

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