Cultura/Educación

El Humor Soviético Durante el Deshielo

Por Carlos Manuel Estefanía.

 

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Humor y Fascismo en Italia.

Risa y Sombras: El Humor y la Realidad en los Primeros Años de la URSS.

Entre la risa y la opresión: el papel del humor en la era estalinista.

Años del Deshielo (1954-1964)

Durante la era de Jruschov, el «deshielo» marcó un período de mayor libertad de expresión en la Unión Soviética. El humor se convirtió en un vehículo para criticar la burocracia y la vida cotidiana, permitiendo a los ciudadanos expresar su descontento sin enfrentar la censura tan estricta que había caracterizado periodos anteriores. Aunque el humor seguía enfrentando restricciones impuestas por el Estado, florecía en espacios privados: reuniones familiares, conversaciones en la cocina y encuentros con amigos. Este contraste entre el humor oficial y el clandestino refleja las complejidades de la vida bajo un régimen autoritario.

Humor Oficial y sus Límites

Las autoridades soviéticas reconocieron el poder del humor como herramienta para entretener, educar y, en cierta medida, controlar a las masas. Programas de televisión como “Vechër vesyëlykh voprosov” (La Noche de las Preguntas Alegres) y “Kabachok ’13 stulyev’” (El Café de las 13 Sillas) se convirtieron en ejemplos destacados de humor oficialmente aprobado. Estos shows ofrecían entretenimiento ligero, pero siempre dentro de los límites ideológicos aceptables para el Partido.

Sin embargo, la censura no fue el único obstáculo. La autocensura también jugó un papel crucial: los creadores evitaban abordar temas excesivamente controvertidos para prevenir repercusiones. Esto resultó en un humor ingenioso, pero a menudo inocuo, que carecía de una crítica directa al sistema.

Humor Clandestino

En paralelo, los chistes políticos y la sátira que criticaban varios aspectos de la vida soviética, desde la escasez de bienes hasta las inconsistencias de las políticas gubernamentales, prosperaron en espacios privados. Estos chistes, conocidos como anekdoty, servían como una forma de resistencia simbólica y una válvula de escape emocional para quienes vivían bajo la presión de un sistema represivo.

Un ejemplo clásico ilustra esta tendencia: durante un discurso en el 28º Congreso del PCUS, Leonid Brézhnev declaró: «En los próximos diez años, cada ciudadano soviético tendrá su propio avión». Desde la audiencia, alguien preguntó: «¿Y para qué necesita un ciudadano soviético un avión?». Brézhnev respondió: «¡Para que pueda volar a Jabarovsk cuando oiga que allí se está repartiendo salchicha!» Este tipo de humor, aparentemente ligero, contenía una crítica incisiva a la burocracia y a las desigualdades sistémicas.

Íconos del Humor en el Cine Soviético

El cine fue otro medio significativo para la expresión humorística. Películas como El Brazo de Diamante(Brilliantovaya ruka) e Iván Vasilievich Cambia de Profesión (Ivan Vasilievich menyayet professiyu) se convirtieron en clásicos que, a través del ingenio y personajes entrañables, lograron eludir parcialmente las restricciones de la censura. Ejemplos representativos incluyen La Noche de Carnaval (1956), dirigida por Eldar Riazánov, que retrata los esfuerzos de empleados de una Casa de la Cultura por organizar una fiesta de Año Nuevo enfrentando la burocracia; Las Chicas (1961), de Yuri Chuliukin, una comedia lírica sobre la vida en una comunidad obrera; y Estoy Caminando por Moscú (1963), de Gueorgui Danelia, símbolo del optimismo del deshielo de Jruschov. Estas obras no solo proporcionaron entretenimiento, sino que ofrecieron una crítica sutil a la sociedad y la burocracia de la época.

El Humor Literario Soviético (1954-1991)

La literatura y las revistas satíricas también jugaron un papel prominente. La publicación Krokodil (Cocodrilo), fundada en 1922, siguió siendo una piedra angular del humor soviético. A través de caricaturas y artículos humorísticos, abordó cuestiones sociales, políticas y culturales, a menudo acercándose a los límites de lo permisible.

El humor literario soviético durante este periodo reflejó los cambios sociales y políticos que atravesó la URSS. Desde la apertura del deshielo hasta los últimos días de la Unión Soviética, los escritores utilizaron el humor como herramienta para satirizar y criticar la vida cotidiana y las estructuras del poder. Un ejemplo destacado son las obras de Ilf y Petrov, como Las doce sillas y El becerro de oro, que, aunque escritas antes del deshielo, mantuvieron su popularidad y relevancia.

Años de Estancamiento (1965-1985)

Durante el mandato de Leonid Brézhnev, conocido como el «periodo de estancamiento», el humor literario se volvió más sutil y metafórico debido al aumento de la censura. Sin embargo, los escritores encontraron formas ingeniosas de expresar sus críticas. Mijaíl Bulgákov, aunque muchas de sus obras fueron publicadas póstumamente, como El maestro y Margarita, continuó influyendo en los autores de este periodo, mostrando cómo el humor y la fantasía podían combinarse para criticar la sociedad soviética.

Perestroika y Glasnost (1985-1991)

Con Mijaíl Gorbachov y sus políticas de perestroika (reforma) y glasnost (apertura), los escritores disfrutaron de una mayor libertad, lo que llevó a un resurgimiento del humor literario más audaz y directo. Un ejemplo notable es Venedikt Erofeev, cuya obra Moscú-Petushkí, publicada oficialmente en 1989, combina humor negro y sátira para retratar de manera hilarante y trágica la vida de un alcohólico en la URSS.

Temáticas Comunes

  1. Burocracia y Corrupción: Muchas obras satíricas abordaron la ineficiencia burocrática y la corrupción, retratando a funcionarios incompetentes y situaciones absurdas.
  2. Vida Cotidiana: Las vicisitudes de la vida diaria en la URSS, desde la escasez de bienes hasta las peculiaridades de la vida en comunidad, fueron temas recurrentes.
  3. Críticas Veladas: Durante los periodos de mayor censura, los autores utilizaban metáforas y alegorías para criticar el sistema sin enfrentar represalias directas.

Conclusiones

Hoy, el humor de la era soviética se recuerda y estudia no solo por su capacidad para reflejar las contradicciones y peculiaridades de la vida en la URSS, sino también por su ingenio y resiliencia. A pesar de las limitaciones impuestas por la censura, capturó la agudeza de un pueblo que encontró en el humor una forma de resistencia y de supervivencia.

El contraste entre el humor oficial y el clandestino no solo resalta las tensiones de la época, sino que también subraya el poder del humor como herramienta para enfrentar la adversidad y mantener viva la crítica en las circunstancias más desafiantes.

Carlos M. Estefanía es un disidente cubano radicado en Suecia.

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