Sociedad

El aborto después de Castro

Algunas patrias potestades. Obra de Walfrido Hau Ferrer. Tomada de Facebook

Por Ray Luna.

En las sociedades modernas, muchísimo menos rurales que las antiguas, la abstinencia sexual ha podido prolongarse más a allá de la adolescencia (en algunas ocasiones). Parece ser que había tres elementos bucólicos esenciales que fijaban la hora del despertar sexual: el contacto con la naturaleza animal, el aburrimiento y la proximidad de la muerte.

Llegar a los cuarenta años de edad, hace tan sólo un siglo atrás, constituía una hazaña. Por eso se vivía a toda prisa. La cortedad de la vida inspiró poemas y libros enteros. En la literatura occidental hay tópicos importantes; destaca, sin embargo, este: tempus fugit, del cual se deriva otro: carpe diem, también conocido como colige virgo rosas. (“Juventud divino tesoro,/¡ya te vas para no volver!”, no en balde decía Darío.)

Paréceme igualmente que todas las culturas y civilizaciones se han preocupado por este asunto. Me viene a la memoria Nezahualcóyotl, rey de Texcoco, que fue arquitecto y poeta, preocupado siempre por la proximidad de la pelona:

Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
de cuatro en cuatro nosotros los hombres,
todos habremos de irnos,
todos habremos de morir en la tierra.

(…)

Como una pintura
nos iremos borrando.
Como una flor,
nos iremos secando
aquí sobre la tierra.

(…)


Meditadlo, señores,
águilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque fuerais de oro,
también allá iréis,
al lugar de los descarnados.
Tendremos que desaparecer,
nadie habrá de quedar.

Perdón por la digresión.

Despertar al amor hereos en una edad temprana seguramente tiene su explicación antropológica. Quizá, hasta biológica. Pero no importa si se trata de hormonas o tradiciones, para mí es algo que, simplemente, sucede.

Ahora bien, lo que no sucede tan a menudo o, mejor dicho, no tiene por qué suceder, es que se despierte igualmente a la promiscuidad (un fenómeno que tiene lugar en todas las sociedades occidentales, es cierto.)

No obstante, el caso cubano se antoja especial en este sentido.

Los cubanos nacen y mueren en la escasez. Naturalmente, la juventud no halla posibilidades de hacerse con el futuro (efecto horroroso de todo proyecto socialista). Una desgracia muy conocida como para ahondar demasiado en ella aquí. Baste decir que toda juventud socialista es juventud nihilista.

Infortunadamente, el ser humano es un animal planificador que vive, in genere, por y para el futuro. Si matas el futuro, matas el sentido de la vida. Es precisamente lo que nos dice Pascal:

El pasado y el presente son nuestros medios. Solamente el futuro es nuestro fin. De ese modo, no vivimos jamás, pero esperamos vivir, y nos disponemos siempre a ser felices, aunque es inevitable que no lo seamos nunca.

Entre 1989 y 1991 no pocos jóvenes cubanos se inocularon el virus del VIH. Ansiaban irse a vivir a los “sanatorios” que Fidel Castro instaló a lo largo de toda la isla (con el objeto de poner en cuarentena permanentemente a todos los enfermos de SIDA). Allí no se trabajaba, había buena comida, se podía escuchar música y ver películas en video casette.

Fueron años aciagos. La epidemia del SIDA mataba cubanos a un ritmo que pocos conocían, pues el estado ocultaba las estadísticas. La vitalicia presencia de la muerte multiplicó por 10 el nivel de promiscuidad dentro de aquellas prisiones y eso provocó que mucha gente —personal médico y de enfermería incluido— se contagiara con cepas mucho más virulentas. Un verdadero exterminio.

Aunque hay algún que otro documental acerca de este crimen, ninguno trata acerca de la figura del cuidador.

Ya sabes que el socialismo produce poco y, sin embargo, es capaz de crear los más insólitos empleos. Fidel Castro, como todo comunista en el siglo veinte, estaba obsesionado con el mito del pleno empleo. (Nunca fue capaz de comprender algo muy simple: lo que importa no es el empleo, sino la producción. Mientras más productiva es una sociedad menos se trabaja.) En fin, que el cuidador era una especie de policía del sexo. Sí, resulta que, una vez recluidos en los “sanatorios”, los portadores del virus no podían salir a la calle sin la expresa autorización del director. Cuando se le otorgaba al paciente un pase(autorización para salir a la calle por un tiempo muy breve), tenía que ir a todas partes acompañado por esta suerte de guardaespaldas —guardasexo— que, en no pocas ocasiones, era corrompido por el paciente mediante sobornos en metálico o especie (fue así que muchos cuidadores se convirtieron en pacientes).

Por supuesto, ninguna mujer internada en los sanatorios de Castro tenía permitido embarazarse. Muchas tuvieron que someterse a procedimientos abortivos forzados. Incluso, cuando el embarazo estaba ya muy avanzado. Por suerte, este proyecto sanitario, como tantos otros, se hizo insostenible y con el tiempo se les permitió a los portadores regresar con sus familias.

Tuve la mala fortuna de perder demasiados amigos por causa de esa epidemia que, descaradamente, me los robó. No me refiero al SIDA, sino al socialismo. Cuando la vida pierde sentido, la existencia moral de la persona cae dentro de un abismo de actitudes y actos cuasicriminales. Hay demasiada literatura acerca del comportamiento sexual de la gente en los países socialistas; pero créeme, cuando dicen “amor libre” o “libertad sexual”, lo que en realidad dicen es “decadencia”.

Un rasgo común compartían todos los países socialistas tras la cortina de hierro: facilidad con que se podía obtener sexo. Cuba no es la excepción. Abundancia de parejas sexuales y el establecimiento del aborto como método anticonceptivo son el resultado de la sobreproducción de mal típica de aquellos países. Encima de esto, hay que sumar la casi absoluta inexistencia de valores religiosos.

Hay cubanas que se han sometido a procedimientos abortivos, conocidos como regulación menstrual, hasta en treinta ocasiones. Un procedimiento implementado en el siglo XIX pero normalizado por los obstetras soviéticos al menos desde 1937. Veamos qué dicen los médicosespirituanos al respecto:

La regulación menstrual es generalmente conceptualizada como la evacuación del útero efectuada en una mujer que experimenta un atraso de 14 días o menos en su menstruación, que anteriormente ha tenido períodos regulares y que ha estado expuesta a quedar embarazada.

Esta técnica puede ser utilizada con distintos fines:

– Como respaldo o aspiración diagnóstica.

– Como tratamiento para el aborto incompleto.

-En la evacuación uterina para asegurar que no existe embarazo temprano cuando se realiza una ligadura de las trompas.

– En la evacuación uterina se sospecha un embarazo poco avanzado.

Es esta última práctica la que más se ha popularizado en el mundo y también en este medio, pues generalmente la mujer acude a solicitar este servicio cuando sospecha que está embarazada, muchas veces sin que medie una orientación médica anterior. La opción de la regulación menstrual ha ganado popularidad en lugares muy diversos en todo el mundo, incluso en países en los que el aborto no es legalmente aceptado.

Según la Federación internacional de Planificación Familiar, la regulación menstrual se distingue del aborto corriente en primer lugar porque el procedimiento es tan simple que causaría confusión clasificarlo junto con los procedimientos de aborto practicado en embarazos más avanzados y en segundo lugar porque se ha realizado en situaciones en las que no es posible determinar con exactitud si hay embarazo en el momento de aplicar el procedimiento

Todo socialista es maltusianista. Es decir, los comunistas soviéticos temían que la exuberancia demográfica trajese consigo una escasez aún mayor de alimentos. Así pues, muy pronto promovieron métodos anticonceptivos de distintos tipos. El aborto fue legalizado e institucionalizado como una conquista social del feminismo marxista, de la mujer rusa. En realidad, todo formaba parte de su proyecto eugenésico. A decir verdad, los nazis intentaron llevar a cabo un “mejoramiento racial” practicando abortos cuando se detectaba alguna malformación en el feto y la esterilización; pero todo esto ya se había experimentado en la Rusia estalinista.

En Cuba se realiza la prueba alfa-fetoproteína en sangre durante las semanas 15 y 20 del embarazo. La idea es que se considere la opción del aborto en caso de que el bebé tenga alguna malformación congénita (espina bífida o anencefalia) o síndrome de Down. Esto quiere decir que existe un interés del estado en que no nazcan bebés que puedan convertirse en “carga social” en el futuro. Es decir, el estado cubano ha estado llevando a cabo prácticas eugenésicas por más de seis décadas.

Los defensores del aborto usan todo tipo de eufemismos (interrupción del embarazo, evacuación uterina, etc.). Aborto es una palabra que tratan de evitar a cualquier costo. En Cuba existen dos términos bien conocidos entre la gente: regulación y legrado. El primero consiste en la aspiración del embrión cuando apenas ha crecido unos cuantos milímetros; el segundo puede ocurrir cuando el embarazo está bastante o muy avanzado. (En la mayoría de los casos se estipula la no resucitación.)

Existe un slogan entre los cubanos —extremadamente vulgar— que encapsula en una frase el hecho de que en Cuba, experimento socialista, la promiscuidad y la falta de esperanza son las dos caras de una moneda: “¡Singa, singa que la vida es pinga!”.

Lo que en la actualidad conocemos como “embarazo no deseado”, no es algo precisamente exclusivo de nuestro tiempo. Todos los pueblos han llevado a cabo proyectos eugenésicos y, por ende, utilizado el cruzamiento selectivo y aborto como un medio para realizarlos. De manera que el aborto —no espontáneo— es tan antiguo como la humanidad misma. Se hace con los animales y también se ha intentado en grandes grupos humanos. Los proyectos eugenésicos pueden llevarlos a cabo los gobiernos, como en el mundo grecorromano; pero también en el ámbito privado, familiar.

El aborto puede ser espontáneo, en cuyo caso no constituye una acción que pueda ser juzgada moralmente. Además, sucede en etapas tempranas del embarazo. Tampoco sí por alguna razón ajena, en el sentido moral, a la madre, el bebé nace muerto. Mas, cuando se comete un infanticidio por causas políticas o científicas, estamos en presencia de eugenesia estatal.

Siempre me he preguntado qué pasará con el aborto cuando el próximo régimen se instale. En la Europa postcomunista esta política fue casi totalmente eliminada, como en Polonia y los países del bloque con una fuerte tradición católica.

La disidencia cubana, como ya he mencionado antes, es básicamente un movimiento de izquierdas. Son pocos los activistas políticos que se declaran abiertamente provida, como sucede con Oscar Elías Biscet. Francamente, no creo que se desarrolle en Cuba a corto plazo un movimiento de derechas capaz de ilegalizar ampliamente está política —convertida en práctica cuasi cultural— en una Cuba postcastro.

Sin embargo, hay otras cosas que la derecha puede hacer para disminuir su horrífico impacto. He aquí algunos corolarios:

1. No todo el mundo en la derecha es provida en el sentido teológico planteado por el catolisismo y el evangelismo; es decir, no toda la derecha se guía por el principio de que “la vida humana comienza desde la concepción”. En especial, la derecha postcristiana (que se adhiere al darwinismo social propuesto filósofos como Nietzsche).

2. El aborto no debe ser promovido ni costeado por el estado, de lo contrario puede convertirse en un negocio muy beneficioso para corporaciones sin rostro humano, como sucede en el caso de Planned Parenthood.

—El aborto gratuito; es decir, sufragado con los dineros del tesoro público promueve la irresponsabilidad.

3. El estado no debe someterse a ningún programa eugenésico promovido por alguna entidad supranacional.

4. Prohibir el aborto conocido como regulación menstrual, desde un punto de vista jurídico, sería un error. Ilegalizar esta práctica sólo traerá consigo el encarecimiento y la mala calidad de ese servicio.

5. No se debe prohibir la remoción del embrión. Esta medida entre en conflicto con la concepción religiosa de la vida humana. Porque el embrión está vivo pero no es un ser humano en acto, sino sólo en potencia. En cambio, el feto sí puede considerarse un ser humano en acto.

6. Se debe considerar como un asesinato el aborto del feto, en cualquiera de sus etapas. Pero esto no quiere decir que deba prohibirse el aborto de fetos con malformaciones o que pongan la vida de la madre en peligro.

—Debe prohibirse el aborto de fetos productos de violación e implementar la adopción con el consentimiento previo de la madre.

7. Si bien la madre es propietaria de su cuerpo y tiene derecho a desalojar a ese “cuerpo extraño” que ha invadido suyo, no tiene derecho a matarlo. Del mismo modo que usted tiene derecho a desalojar a un extraño que por error se ha introducido en su patio, pero no tiene derecho a matarlo.

—La gran mayoría de los políticos cubanos no están familiarizados con la teoría del Eviccionismo o Desalojo, que plantea desalojar el vientre de la madre sin matar el feto.

—El eviccionismo plantea que en el futuro, si una madre desea abortar, alguien puede pagar para que el feto termine de desarrollarse en una máquina. Para esto se necesita que la tecnología progresar un poco más. Muchas personas que desean adoptar un bebé estarán dispuestas a pagar.

—La incubadora para bebés prematuros es un ejemplo de que la tecnología puede solucionar en el futuro el problema del aborto. La madre podría desalojar su vientre sin matar al feto. En la actualidad, no se puede desalojar sin matar.

—Es importante que los futuros legisladores conozcan esta importante teoría.

Ray Luna es filólogo y bloguero reaccionario.

Walfrido Hau Ferrer es pintor, cubano.

Imagen enviada por el autor del artículo

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