EDITO

ED. ‘Mi persona y yo’

Por Zoé Valdés/El Debate.

El psicópata ególatra presuntamente corrupto ha hablado a su regreso de unas agradecidas vacaciones (yo siempre agradezco cuando un dictador desaparece de mi órbita visual), a su regreso no ha dicho nada, o sea, lo habitual, ha hablado mucha basura, todo para desfavorecer a los cometrapos que lo eligieron, a sus ‘votontos’. Entre otros temas, al que ahora llamaré ‘Mi persona y yo’, porque sus referencias siempre se las autodirige en tercera persona a su maravillosa identidad, algo así como: ma pomme et moi, que en francés quiere decir en una de sus significaciones ‘mi cara bonita y yo’, ha expresado que «ser mi pareja supone un coste altísimo».

Tuve que oír la frase varias veces para enterarme bien de que se refería a su esposa, o sea, a su amadísima presuntamente corrupta, imputada, y tralalá… A esa altura temí que sacara otra nueva misiva, pero afortunadamente no se atrevió a abusar de vuestra sumisa generosidad. «Ser mi pareja supone un coste altísimo», lo he deletreado minuciosamente para ver si puedo entenderlo mejor. ¿Ser la pareja del presidente de España qué coste puede tener? Pues supongo que el un parecido coste al que tuvieron ser Carmen Polo, Amparo Illana, Carmen Romero, Ana Botella, Sonsoles Espinosa, Elvira Fernández… ¡Ah, no, que no! No en el mismo sentido, pues, aunque muchas de ellas —esposas de presidentes de derecha— fueron violentamente atacadas por cualquier bobería inventada al azar, las otras pasaron sin pena ni gloria, o sea, ninguna se lucró, y tuvieron que pagar nada en absoluto por ser esposas de presidentes.

Tampoco la suya ha pagado algo que sepamos; no, al contrario, pues al parecer, debido a sus asuntos de fundraising y pecunia ha sido imputada. En fin, que la esposa de ‘Mi persona y yo’ ha ganado en costes favorables, ¿habría cobrado como consecuencia de ser pareja de ‘Mi cara bonita y yo’? Nunca había ocurrido, jamás que una esposa de presidente —que no ha triunfado mediante elección presidencial— cobre y luego se presente como víctima. Víctimas, tanto ella como él, por el mero hecho de ser pareja de altos costes. Enredado, ¿no?

Por carácter transitivo e imputador entonces deduzco que ser hermano de Ma pomme et moi también sería costoso, vaya que lo ha sido, sobre todo para los que pagamos impuestos, para los que debemos declarar las direcciones residenciales sin falsos titubeos, y para los que no nos obsequian teatros, aunque llevamos escribiendo toda una vida, debido a que no formamos parte de la opereta –o culebrón tan a la moda– de ser hermano de presidente alguno…

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