Por Lucimey Lima Pérez.
La memoria es la capacidad mental que nos permite registrar, conservar y evocar eventos de vida, imágenes, ideas y emociones. Puede ser inmediata, la cual ocurre a muy corto plazo; reciente, a corto plazo y remota, a largo plazo. La palabra demencia proviene del latín y significa ¨disminución de la calidad mental¨. Se caracteriza por la pérdida progresiva e irreversible de la memoria, fundamentalmente inmediata y reciente, la disminución de capacidades intelectuales antes ejecutadas, la posibilidad de expresarse con claridad, la dificultad en las actividades cotidianas y la pérdida continua de la autonomía. Están incluidas en los trastornos neuro-cognitivos, los cuales comprenden otras condiciones con síntomas similares a los descritos. Las demencias propiamente dichas son la enfermedad de Alzheimer, la vascular, la de cuerpos de Lewis y la fronto-temporal. Los daños cerebrales pueden identificar el tipo de demencia, aunque en muchas ocasiones los casos son mixtos. De acuerdo con European Collaboration of Dementia (EuroCoDe, 2009, 2019), la incidencia (aparición de nuevos casos) es 7.5/1000 en el mundo, 5 entre 65-70 años de edad y de 15-75 entre 75-90 años de edad. La prevalencia (total número de casos) es de 5.9-9.4% en mayores de 65 años y se incrementa al doble cada 5 años más de edad. De acuerdo a estos datos se estima que en Europa existan 11.379,701 casos (1.8% de la población) para 2025 y 18.846,286 (3% de la población) para 2050. Estas estimaciones se basan en la evidencia y son suficientemente alarmantes. Obviamente, los costos financieros y humanos son inmensos, ya que la pérdida de la independencia conduce a que muchas personas se involucren en la atención de los afectados.
Si bien existe un componente genético no expedito, se han propuesto medidas para prevenir la demencia: i) controlar los riesgos cardiovasculares, tales como la hipertensión arterial, la obesidad, el colesterol elevado, entre otros; ii) realizar ejercicio físico; iii) mantener la actividad mental, como hacer crucigramas, rompecabezas, leer, sacar cuentas y más; iv) mantener relaciones sociales; v) llevar una dieta sana, no fumar, no consumir drogas ilícitas, moderar el uso/abuso de alcohol; vi) diagnosticar y tratar la depresión temprana y adecuadamente. Insisto, todas las recomendaciones están basadas en las evidencias reportadas.
A continuación, cito algunos de los mitos más frecuentes en cuanto a la demencia:
- ¨Son como niños¨
- ¨Son iguales entre sí¨
- ¨Podemos hablar cualquier cosa delante de ellos¨
- ¨Olvidan todo¨
- ¨No vale la pena entretenerlos¨
- ¨Es una pérdida de tiempo tener contacto individual¨
- ¨Podemos mentirles¨
Quizás algunas de estas aseveraciones puedan resultar familiares para muchos que han tenido o tienen contacto con personas con demencia. Vayamos una por una, es crucial la comprensión de las realidades para cada caso.
- Son adultos. Tratarlos como niños es irrespetuoso, puede molestarles y sentirse menospreciados.
- Son individuos. Cada uno tiene una personalidad definida, una historia particular y una evolución propia del desorden que los aqueja.
- Pueden entender lo que se habla alrededor de ellos. De acuerdo al nivel de intensidad de la demencia, pueden entender todo o algunas ideas expresadas. Sus sentimientos podrían estar heridos y expresarse o entender y no tener la capacidad de manifestarse.
- Cualquier persona puede olvidar un acontecimiento o unas palabras. Es muy diferente olvidar, como proceso natural, que perder la capacidad para recordar.
- Ellos disfrutan varias actividades, por lo general ligadas a las que anteriormente realizaban. ¨El aquí y el ahora¨ producen muchos beneficios, pasar un buen rato, animados, entretenidos, si así están dispuestos en un momento dado, es enriquecedor.
- Muchos de ellos son agradados durante la interacción uno a uno. El contacto a través de la palabra, así la persona afectada no responda, alimenta su bienestar. Escucharlos es un gran placer para ellos. El contacto sensorial es también recomendado.
- Las mentiras son inaceptables. Existen maneras de no ser rudos en cuanto a las realidades, pero se puede aceptar lo que dicen sin contradecir y mucho menos confrontar.
Además de detección y atención tempranas, el paciente con demencia necesita comprensión y mucho amor.
Lucimey Lima Pérez es Psiquiatra, Psicoterapeuta, Máster y PhD en Neuroquímica.