
12 pm: después de chequear voy directo a la cafetería, no dejo de pensar, nerviosa, en la ¨tareca¨ donde voy a subirme en un rato, porque le prometí a la Tita estar en su cumpleaños. Volar Habana -Santiago- se me ha convertido en una fobia, tengo pesadillas y malos presentimientos desde que consigo sacar el pasaje. He asumido cada viaje como un acto suicida.
Con mi café en mano busco un lugar tranquilo en el salón atestado de pasajeros, que imagino con mis mismos temores. Me ubico en una esquina, queda espacio en una suerte de comodín para tres. Me siento e invoco a mi santa paciencia. A mi lado una muchacha habla por su móvil, demandante:
Entra un mensaje, a su móvil, lee en alta voz:
— Voy al hospital provincial a la última infiltración con diclofenaco y de ahí a la entrevista en Tele Turquino-: ¿ Ya eso no me lo dijo? -habla consigo misma, molesta: No sé para qué tanta explicación, cuando lo vea ni un beso, tan baboso — y hace una mueca despectiva.
— Me daba ocupado, ¿con quién hablabas? Hazte el loco; te despingo, pa que sepas— Del otro lado responden algo que la tranquiliza. Sonríe, se frota los tacones, susurra zalamera, y cuelga. Se incorpora, marca otra vez, suena más relajada:
— Abuela aquí tengo a mi tía, muerta de miedo, es la primera vez que va a montar en avión — y ríe burlona.
Miro a la mujer, que apenas habla, se nota que es de provincia, unos 50 y tantos años, conserva el candor que ya no tiene su casi adolescente sobrina: — Sí abuela, voy dos días a Santiago, Luigi me está esperando allá, regreso el lunes a la Habana. Marco llega el miércoles, rentamos un coche y salimos a Nicaro a pasarnos una semana contigo.
3pm: por el altavoz anuncian que el vuelo a Santiago de Cuba está demorado por ‘’condiciones operacionales,’’ saldrá a las 5 y 30. La muchacha se tira encima de las piernas de la Tia, sus tacones afilados me rozan, bosteza fastidiada:
— Uff… Ahora a Luigi sí le va a dar tiempo a recogerme.
6 pm: comienzan a repartir una merienda, esto es pa largo, me digo. Mi paranoia se dispara, las ¨señales¨ me hacen desistir. Salgo de la pecera, pido traigan mi equipaje: —Que no, que ya no voy a viajar —
Me lo entregan a medianoche, no tenían pilas para la linterna del maletero del avión.
2 am: llego a casa de madrugada, tan cansada como si hubiese ido a Santiago por carretera, en un tractor.
La muchacha, su tía y los demás pasajeros, aún están allí.
Epílogo: mis paranoias tristemente se cumplieron. En Mayo de 2018, una terrible catástrofe, el segundo accidente de aviación más letal de la aeronáutica civil cubana, sucedía en el aeropuerto de Boyeros, en La Habana. Siguen sin aclararse las causas y responsables de la tragedia.
Ailer González Mena es artista plástica, audiovisual, de las artes escénicas, y activista política. Jefe de Redacción de ZoePost.
Wow! De principio a fin una pincelada de la realidad. Me parece estar sentada contigo en el aeropuerto de Boyeros. Gracias Ailer.
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Que historia uhmmmm me hubiera gustado saber que le trajo Luigi y como la pasò con Marco, aqui en el aeropuerto los dias que sale Blu Panorama es un circo ciertos personajes y personajas que mejor me callo en fin son cosas que no deberian pasar pero pasan
Con in buen editor, ese libro sale. 😎
Genial relato . He vivido la experiencia , viajar de Santiago a La Habana , en un Tupolev ruso , que empezó a filtrar humo , dentro del avión , nada más despegar . El final fue afortunado
Ailer, muy bien escrito, escrito con el oficio del que escribe guiones ganadores o buenas crónicas por años en revistas y periodícos. Creo que al menos, a esta pincelada tan bien escrita, faltan otras por aquellos deseos de seguir leyendo, es decir un libro con el mismo estilo eficaz y sencillo. Un gusto leerte