Cultura/Educación

David Lynch, un precursor inclasificable

Por Laurent Silvestrini /Causeur.

Artista visual, director, guionista, actor, fotógrafo, músico, diseñador… y seguidor de la meditación trascendental, el estadounidense David Lynch acaba de fallecer a los 78 años. Nos deja una obra de increíble riqueza y profundidad, que no dejará de acentuar aún más el carácter lateralmente vacío del resto de la creación contemporánea actual… 

“Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos la muerte del hombre y artista David Lynch. Nos gustaría algo de privacidad ahora mismo. Hay un gran agujero en el mundo ahora que él ya no está con nosotros. Pero, como le gustaba decir, “mantén la vista en el donut y no en el agujero”. Fue a través de estas lacónicas palabras que supimos de la muerte, este jueves por la noche, de este inmenso artista, ferozmente independiente y visionario, afectado por un enfisema, una enfermedad que conduce a la destrucción de los alvéolos pulmonares.

Director de diez películas impactantes e inclasificables entre 1977 ( Eraserhead ) y 2006 ( Inland Empire ), ganadora de la Palma de Oro de Cannes en 1990 ( Sailor y Lula ), César a la mejor película extranjera en 1982 ( El hombre elefante ) y 2000 ( Mulholland ). Drive ), León de Oro veneciano a toda su carrera (2006) y Oscar honorífico, Consagración suprema, en 2019, el pequeño tímido y reservado de Montana vivió uno de los destinos más bellos del cine moderno.

Desarraigo y pintura

¿Cuántos artistas pueden presumir de generar durante su vida un adjetivo que caracterice un estilo, un estado de ánimo, una atmósfera, reconocible entre miles? Lo “lynchiano” (o “lynchiano”) permite caracterizar una obra cultural que logra trascender la banalidad de la vida cotidiana, la “inquietante extrañeza” tan querida por el doctor Freud, resquebrajando deliciosamente el barniz social y familiar de nuestras sociedades occidentales. proyectándonos en un universo en los límites de lo extraño, a la vez onírico, surrealista, misterioso o de pesadilla…

Tras una juventud marcada por un permanente desarraigo por los cuatro rincones de su país debido a que su padre era biólogo en el Ministerio de Agricultura, el soñador David desarrolló por primera vez una pasión por el dibujo y las bellas artes, lo que le llevó a realizar estudios en este campo. con la ambición de conocer a su ídolo, el pintor…

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David Lynch, Zoé Valdés

 

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