Cultura/Educación

Cuentos

Por Miriam Gómez
Dueña de una memoria escrupulosa y de un humor desparpajado, Miriam Gómez conoció de primera mano las andanzas de Guillermo Cabrera Infante al lado de otros escritores. En este texto pasa revista a sus encuentros y desencuentros con Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Octavio Paz y otras figuras capitales de la literatura latinoamericana.
I

Carlos Fuentes contaba que estaba en La Habana cuando entraron los rebeldes, también estuvo en París en mayo del 68, como Walter Mitty él participó en grandes hechos desde lejos.

En mayo del 68 Guillermo viajó a París para llevarle a Julio Cortázar el primer draft de su guion basado en su cuento “La autopista del sur” al que Guillermo había titulado The jam. Ya había escrito A film treatment con carátula en negro de 51 páginas, otro con carátula en fucsia de 106 páginas con una sinopsis para facilitar la lectura, otro con carátula azul marino con 100 páginas, con los automóviles en su posición para los técnicos.

El primer draft con fecha 11 de febrero 1968, con carátula color blanco hueso, fue el que le llevó a Cortázar con el segundo cheque, el primer cheque fue por la opción del cuento.

Guillermo tuvo la mala suerte de viajar en mayo y quedar atrapado en París por muchos días debido a la revuelta de mayo del 68.

Aquí, en Londres, en ese momento vivían Mario Vargas Llosa con su mujer Patricia y sus dos hijos Álvaro y Gonzalo, ellos por casualidad vinieron a vivir a dos cuadras de nuestro apartamento. Mario daba clases en una universidad.

El año anterior en 1967, Guillermo y yo celebramos como nuestro su Premio Rómulo Gallegos.

También Carlos Fuentes con Rita Macedo y su hija Cecilia se pasaban una gran temporada en Londres, que Rita aprovechó para tomar clases de actuación en rada y Cecilia para perfeccionar su inglés.

En Londres las noticias eran muy a la inglesa, con esa distancia que dan las islas.

Por suerte yo tenía un radio Admiral All World que podía coger emisoras francesas, ya que en España las noticias de París tenían la distancia que daba el franquismo. Cuando yo oía una noticia importante se las comunicaba. También Guillermo con mucho trabajo logró tener línea y me llamó.

En París Guillermo estaba desesperado por regresar.

En ese viaje Severo Sarduy le presentó a Emir Rodríguez Monegal. También fue con Juan Goytisolo y Jean Genet al diálogo de Jean-Paul Sartre y Daniel Cohn-Bendit, pero no pudieron entrar de tanto público que había. Lo oyeron desde afuera.

A Guillermo le dio mucha pena con Sartre, se oía inseguro con un tono pasado, de otra época ante el chorro vehemente, muy pop, casi bailable de Cohn-Bendit.

Por fin G. pudo salir en un autobús vía Bélgica, no quería ni recordar la angustia de estar en otra revolución.

La gran sorpresa fue que Carlos Fuentes, que esperó que todo se calmara en París publicó después un libro sobre mayo del 68. Él también estuvo ahí. (…)

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2 Comments

  1. Raul Izquierdo

    He leido hasta donde se podia leer aqui y luego me fui a letras libres a continuar leyendo este exquisito compendio de vivencias escritas por Miriam, esa gran mujer que hay junto a todo gran hombre, la que siempre me parecio preciosa y ademas inteligente y culta, o quiza es mas justo decirlo al reves, una gran mujer culta, inteligente y preciosa, por algo el Universo los unio y le dio a ella el privilegio de su memoria para contar esas cosas que en las vidas importantes, se van quedando al lado y que ella revive n su escrito por ser no menos importantes e ilustrar mucho el curso de los hchos explicando al margen todo lo que no se entendio antes por falta del todo. He disfrutado mucho este escrito y con el he aprendido cosas que antes no sabia y despejado dudas acerca de lo qu creia saber, eso lo agradezco porque algo de esas cosas habia advertido y siempre habia quedado extranado, habiendo vivido esos tremolos y turbios primeros tiempos trepidantes de una “revolucion” que desde su inicio iba a ser nuestra peor “reinvolucion” que tras fusilar con balas y propaganda ideologizada a una buena parte del pueblo, fue expulsando a los mejores exponentes de la cultura de aquel Eden nativo, con forma de caiman y que poco a poco fue, como Saturno, devorando a sus hijos para irse quedando con la crapula servil que los aupara en sus afanes de prepotencia totalitaria. Bravo Miriam, siempre un gusto leerte.

    • Zoe Valdes

      Muchas gracias, Raúl, no pude publicarlo entero por derechos de autor de LL, lo que es normal. De ahí que haya dado la facilidad para ir al enlace.

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