Control rampante, censura y manipulación

Por Catriel Leiras.

Resulta que en pleno siglo XXI enfrentamos una realidad que antes pasábamos por alto, me refiero a muchos que, como yo, comenzamos a transitar la vida en alguna especie de oasis ideológico, un impasse; hablo de la dada por hecho ‘libertad de expresión’.

Asumimos que podemos expresarnos SIN TEMOR A REPRESALIAS, PERO sólo ES ESO, UNA presunción, NADA más.

CADA día QUE PASA MARCHAMOS HACIA LA GUILLOTINA del pensamiento SIN UNA APARENTE mejoría; MUCHOS pensarán QUE EXAGERO, PERO A LOS HECHOS ME REMITO.

En la era de las comunicaciones, de la velocidad en ellas, de la inmediatez digamos; ESTAMOS CON UNA MORDAZA INTELECTUAL QUE RECUERDA UN POCO A LA Inquisición, SALVANDO ALGUNOS pequeños DETALLES. AHORA NOS OBLIGAN A LLEVAR máscaras, NO NOS QUEMAN EN LA HOGUERA… aún. NOTICIA EN DESARROLLO.

SI LOS NUEVOS “SACERDOTES” INQUISIDORES (LOS LLAMAN “ALGORITMOS”) detectan el más mínimo atrevimiento a dudar de sus pautas impartidas, rápidamente envían A SUS JINETES DE LA VERDAD PARA LLEVARNOS AL CADALSO. SON muy EFECTIVOS EN ESTA ACTIVIDAD, CASI NADA, o nadie, PASA SU FILTRO sin ser marcados como “rebeldes” a los que hay que callar.

SEGUIMOS SU RITMO, así, SIN MAYORES REPERCUSIONES, Y ES QUE ES más fácil, PIENSO YO; quizás MUCHOS DECIMOS: “PA LO QUE ME QUEDA EN EL CONVENTO…” Y SÍ, PUEDE SER.

No tengo hijos, GRACIAS A DIOS, O A ALGÚN ALGORITMO, QUIÉN SABE; SI ES QUE ESTOY POR PENSAR QUE DIOS ES EL HOLOGRAMA DE LOS desposeídos, LOS MILAGROS ERAN ANTES, MUCHO ANTES, CUANDO NI SIQUIERA había WIFI, Y NI ESO.

MUCHOS PENSAMOS QUE CON LLEGAR A LOS 80, RELATIVAMENTE BIEN VIVIDOS, QUE LE DEN POR CULO A TODOS…  LOS QUE TIENEN HIJOS PIENSAN DIFERENTE, TIENEN UNA extensión A SUS VIDAS, DEJAN ALGO EN ESTA TIERRA… LA COSA, PARA ELLOS ES COMPLICADA POR DECIR POCO.

Tantas COSAS QUE SE SUCEDEN Y ENTRELAZAN. PROHIBICIONES, VETOS, LIMITACIONES, CONTROL, reducción DE LIBERTADES, “RESPONSABILIDAD SOCIAL” (LE DICEN ALGUNOS…) PARA MI ES CONTROL RAMPANTE, CENSURA y manipulación.

EN MEDIO DE LA PANDEMIA más ‘VIRULENTA QUE OJOS HUMANOS HAYAN VISTO; TE ENCUENTRAS UN día SUBIENDO A UN avión PARA HACER ESA RUTA QUE LLEVABAS décadas HACIENDO, SIN IMPORTAR SIQUIERA SI VAS EN PRIMERA O CUARTA CLASE, YA TODOS SOMOS IGUALES, somos iguales pero para peor. HACE años QUE TE PRIVAN DE LA “LUJOSA” ALMOHADILLA ESPANTOSA QUE TE DA más tortícolis QUE DEJAR EL CUELLO COLGANDO EN EL PASILLO PARA QUE LOS AMOROSOS QUE PASAN TE RESTRIEGUEN SUS maletas por la cara. QUE LAS ELEGANTES AEROMOZAS TE METAN PATADAS PARA QUE ABRAS ESPACIO O GRITAN COMO HIENAS ENVENENADAS QUE APAGUES EL teléfono COMO SI EL AVIÓN FUERA A CAERSE ANTES DE SALIR…

YA NO TE REGALAN NI VENDEN audífonos, PORQUE además YA NO HAY TELEVISORES, NI PANTALLAS NI NADA. TIENES QUE CONECTAR TU teléfono A LA RED DEL avión QUE UN día funciona Y DOS NO.

¿Mantas? Sacrilegio. Haberse visto ser tan burgués… si es que todavía conservo alguna de las últimas que daban que ya no te abrigaban ni el cuello, pero le sirven de camita a la perra chihuahua que adopté hace algún tiempo atrás.

Eso sí, los pasajes encarecen cada vez más. Y hay que aguantar que digan que no vamos de cabeza al socialismo; si es que somos “capitalistas” que nos acercamos a pasos agigantados al sueño marxista.

No pidas, no llames a un supervisor, no te quejes, no subas aquí, no bajes allá, ponte la máscara, no pienses. Pero mucho menos se te ocurra hablar.

A mí ya me tienen harto, hace años que me tienen cansado, y con el tango de que vivimos en sociedad, me cansan más. No recuerdo haber escogido tener que vivir entre sub-normales sumisos y adulones. Temerosos de desafiar la gravedad en sus dedos a la hora de escribir aquello que sienten. El castigo es ser expulsado de una red social. Qué terrible.

Qué engaño tan grande, que farsa todo.

Lamento no venir con propuestas porque tristemente siempre que pasa lo mismo sucede igual; unos cuantos no hacemos la diferencia. Una alternativa podría ser tomarse las de villa Diego, pirar, digamos. Otra, resignarse.

Lo que para mí no es alternativa es callar, no nací con eso en mi genética. Lo que pasa es que aunque patalee me doy cuenta que nada cambia y que todo queda solo en eso: la condena al “negativismo” de no acatar las reglas del “buen” vivir.

En estos pasados años, que para mi impresión fueron sólo unos cuantos meses, veo con repugnante desagrado, la constante censura a cuanta palabra entienden que no alinea con su verdad, porque es la de ellos y pretenden instaurarla en el ADN del mundo, igual lo logran, porque no veo a muchos revelar sus sentimientos y rebelarse y exigir se respete el derecho a la libre expresión, aunque lo que expresemos sea, según estos eruditos casi filósofos de la vida moderna, falso o desfasado de la “verdad”.

¡Ay, la verdad!

¡Ay, la justicia!

¡Ay, de nosotros!

Catriel Leiras es estilista, productor TV, coach, y Editor Opinión de ZoePost.