Cultura/Educación

¡Confieso, ay pobre de mí, que fui un liberal clásico!

Armando de Armas

Por Armando de Armas.

Comentaba en las redes al Dr. Rafael Piñeiro López (quien ha sido un acicate contra el uso del COVID-19 como coco para amedrentar y esclavizar a los ingenuos de la plebe previamente idiotizados) en relación con su acertada crítica a las posiciones ideológicas más cercanas a la siniestra que a la diestra de la joven libertaria Gloria Álvarez, una mediática guatemalteca de madre húngara y padre cubano procedente de la sureña ciudad de Cienfuegos; globalismo encarnado.

Argumentaba que aunque adoraba su perfil ario encarnado en la Perla del Sur, nunca le habida parado bola en tanto pensadora.  Pues al final, decía, el liberalismo clásico que ella proclama en sus debates –ese del cual algunos advenedizos cubanos se ufanan para decir que son la última Coca-Cola del desierto de la derecha, por cierto misma Coca-Cola, agua sucia, que siendo epítome del capitalismo estadounidense ahora se empeña en dar cursillos a sus empleados para que aprendan a ser menos blancos (me imagino que, entre otras genialidades, los pongan a tostar untados de ese asqueroso líquido que venden como maná salido del infierno directo a los sufridos riñones)– es en esencia de la misma familia que el liberalismo nada clásico estadounidense, el comunismo y la socialdemocracia, pues ninguna de esas corrientes tiene en cuenta lo trascendente, siendo así mera materia, mera mierda, y como tal nunca pueden ir a la raíz de ninguna problemática; condenados a la superficie están.

Tengo que confesar que yo fui (como mismo muchos deberían confesar que fueron comunistas) un liberal clásico, cualquier cosa que eso fuere, y tanto lo fui que hace años, cuando se pensaba que el neoliberalismo salvaría el mundo como antes se había pensado que el comunismo lo salvaría, habiéndome presentado a un tex de pureza de sangre liberal obtuve los siguientes maravillosos porcentajes para alguien que como yo –no obstante haber crecido odiando el socialismo– vivió casi la mitad de su vida bajo un sistema socialista:

10 por ciento liberal de la Escuela de Chicago.

90 por ciento de la Escuela Austriaca.

0 por ciento de la Escuela de Keynes (economista preferido de los socialistas democráticos del gran gobierno como papaíto generoso)

De modo que fui un ultra liberal, nada menos que en un 80 por ciento de lo clásico de lo clásico dentro del liberalismo, encabezado por el pensador austriaco Ludwig von Mises, y un 10 por ciento de lo menos clásico del liberalismo pero clásico al fin, encabezado por el también austriaco Friedrich August von Hayek, y nada de nada de Keynes (por cierto, la mayoría de los que alardean de su liberalismo clásico cuando los sometes a un riguroso examen suelen tener, en el mejor de los casos, al menos un 10 por ciento de Keynes pero, ay, eso yo lo tenía de Hayek).

Las cosas, las personas y las ideas se relacionan o se oponen en la esencia y no en la forma. Esa relación en la esencia permitió, por ejemplo, que los liberales clásicos apoyaran el tráfico negrero del silgo XIX como los comunistas el trabajo esclavo del siglo XX. ¿Por qué? Porque ambos no van más allá de la materia, de sacar ventaja material a su paso por la existencia. Por cierto que la mente más brillante de Cuba, que no es ni Castro ni Alcántara sino don Francisco de Arango y Parreño, hombre clave en la creación de instituciones y publicaciones fundacionales de la nación cubana a fines del siglo XVIII como la Sociedad Económica de Amigos del País y el Papel Periódico de La Habana, era al mismo tiempo un liberal clásico y un entusiasta de la trata negrera como vía de desarrollo rápido para Cuba.

La trata negrera es después del comunismo la desgracia más grande de Cuba.

Lo he dicho antes, un capitalista y un comunista son dos acérrimos amantes del dinero. Pero el capitalista es alguien que cree en el trabajo para obtenerlo, sobre todo el trabajo de otro, en tanto el comunista cree que hay que robarlo. El capitalismo es el mejor modo para hacer dinero y el comunismo el mejor modo para gastarlo. ¡Cómo apreciarán se diferencian en los modos pero están ineluctablemente unidos en la esencia!

 

Armando de Armas es escritor y periodista. Ex preso político. Editor Cultura/Educación ZoePost.

8 Comments

  1. Maestro para mi esta Glorita Alvares es mucha Glorita sobretodo cuando supe que habia estudiado en la cueva de los comunistas mas comunistas a nivel de actos de repudio en la Universidad “La Sapienza” de Roma y en sus primeros tiempos la segui para saber por donde venian los tiros y no me equivoque la izquierdosa de las peores globalista que desfila y acompaña los centros sudamericanos a pasar las frontera grande admiradora de Michele Obama , volviendo al tema estos sres austtriacos venden solo humo igual cuando escucho alguien que los sigue como si fueran el non plus ultra de la economia se me erizan los cabellos, de Teutonia no ha salido nada bueno basta ver quieres eran Marx Engels y tambien Hitler asi que todo los demas lo estamos viendo ahora un nuevo comunismo reciclado llamado globalismo todos iguales esclavitos con la panza medio llena pero sin ningun derecho y ya se ven los efectos con cursillos para odiarse a si mismo por ser blancos lo que nos espera no serà nada facil

  2. Armando

    Gracias, Chris!

  3. Alfredo Gomez

    Si no entinedo mal su articulo donde se mezclan toda una serie de conceptos, me parece que usted vincula el pensamiento liberal con la trata de esclavos deconociendo que todas las sociedades abolicionistas estaban compuestas por liberales. El hecho de que algun liberal estuviera de acuerdo con la esclavitud no quiere decir que la filosofia liberal fuera proesclavista
    Por otra parte, tampoco entiendo la vinculacion de la escuela austriaca de pensamiento economico de la cual Mises y Hayek sean los dos mas conocidos, con el liberalismo clasico. La Escuela Austriaca se basa enla libertad economica, y por esta razon podria ser incluida dentro del liberalismo. Si usted ha leido La Accion Humana” de Mises, o “Camino de Servidumbre” de Hayek, puede entender con mayor profundidad la vertiente filosofica de esta escuela de pensamiento economico que comienza en el siglo XIX con Carl Menger, y con Eugene Bohn-Bauerk.
    La Economia no es una ciencia para “hacer dinero” a costa del trabajo de otros. Usted plantea que “el capitalista es alguien que cree en el trabajo para obtener dinero, sobre todo el trabajo de otros” Por tanto, como creen los comunistas, el capitalista es perfectamente prescindible dentro de la sociedad. Los austriacos consideran que el empresario capitalista es el motor del progreso “economico” de la sociedad, pues es el agente dinamico de la division del trabajo, por tanto creen que es imprescindible
    El pensamiento liberal cree en la libertad economica, al igual que no cree en el Capitalismo de compadres que es lo que existe en estos momentos en el mundo. La defensa del Capitalismo que hacen los liberales, no se identifica para nada con defender, como es el caso el capitalismo corrupto donde para progresar tienes que estar conectado al gobierno, como es en la actualidad a todo lo largo y ancho de este mundo

  4. Ulises Fidalgo

    El liberalismo intenta encajar la realidad dentro de su credo. Con lo fácil que es ser conservador. Sólo consiste en conservar lo que amamos, preservar la belleza. Mira que hemos perdido tiempo con las ideologías.

  5. Armando de Armas

    Por supuesto que no sólo he leído Camino de servidumbre de Hayet, sino que fue durante años mi libro de cabecera. Al final descubrí que no hay nada trascendente allí. Es un libro bastante simple y sin sustancia como todos los del liberalismo. Obviamente, no pude pasar el examen que cuento arriba en el artículo sin haber leído lo fundamental del liberalismo clásico. Nunca dije que el liberalismo fuera causa de la trata negrera, dije que debido a su falta de trascendencia podía muy bien servir para justificar la trata negrera o los negocios con China comunista o con Cuba comunista. Como Ud piensa que no he leído a Hayet, igual puedo pensar yo que Ud no ha leído a Evola o a Guenon o a los otros verdaderos opositores al comunismo desde el punto de vista de lo fundamental, no de lo fenoménico. Un día quizá, si es sabio, va entender, como lo entendí yo que no soy sabio (recuerde que confieso que fui liberal cuando la mayoría era marxista), que comunismo y capitalismo son las dos alas de un mismo pájaro, manejado por un mismo pajarero, en el juego de espejos de este mundo que nace en 1789 para marear al pupulacho con derecha e izquierda, parlamentarismo y partidocracia. Camino seguro y descendente al globalismo sociata que hoy sume y sojuzga al occidente todo, empezando por USA. Gracias por su opinión, espero poder aclarar en algo a Ud acerca de mis posicionamientos y pensamientos que se alejan abismados de la modernidad excrementicia.

  6. Armando

    Ulises, misma cosa que hacen los comunistas. Los utopistas son así, cuando la ralidad no encaja en la utopía, la matan. en Cuba no podían haber vagos porque le comunismo era pleno empleo, entonces crearon la ley del vago. Por cierto, que me la quisieron aplicar. Un honor para mi la vagancia frente alcomunismo.

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  8. Hipólito

    El conservadurismo a ultranzas no es diferente al totalitarismo castrista que trata precisamente de conservar el poder a cualquier precio. La globalización no se puede igualar al globalismo, la primera amplía el marcó de la libertad y lo segundo anula esa misma libertad. Liberal conservador: cambiar lo que se debe cambiar protegiendo siempre la libertad, la libertad entera como le llamaba Martí y conservar lo que la razón llama a conservar.

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