Por The Conversation.
Una violenta revuelta en Haití ha puesto en el punto de mira al hombre que dirige el caos: un jefe de una banda homicida y ex policía llamado Jimmy “Barbacoa” Chérizier.
En las últimas dos semanas, las poderosas bandas de Haití han inducido el coma a un país que ya estaba con respiración asistida. Más de 3 800 delincuentes curtidos se fugaron de las dos mayores cárceles, el aeropuerto internacional ha sido parcialmente tomado y las bandas han intentado apoderarse del barrio administrativo de su capital, Puerto Príncipe.
Tras la reciente ola de violencia, el presidente en funciones, Ariel Henry, ha aceptado dimitiruna vez que se haya creado un consejo de transición para dirigir el país. Henry se ha convertido en un paria de la política haitiana. Es un líder no electo, que asumió el poder después de que el presidente fuera asesinado en 2021, en un país económicamente en caída libre.
No está claro cómo se resolverá la actual crisis política. Pero Chérizier ha surgido de la insurrección armada como el líder más reconocible de Haití, y algunos sospechan que podría tener aspiraciones políticas. Ha afirmadoque está librando una especie de guerra santa por el alma de Haití, devolviéndola “a las manos de su pueblo elegido, el haitiano de a pie abatido por años de abusos, racismo y corrupción”…
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