Por La Nación/RZP/Vídeo América Teve Miami.
Es probable que a ese diplomático norteamericano bien vestido y simpático, que paseó por Buenos Aires durante tres años su arte de seductor político, lo aguarde ahora en su país de adopción una condena a prisión perpetua. Aunque posiblemente exista algún precedente oculto, no es fácil recordar un caso parecido en el mundo al de Manuel Rocha, quien, según la información judicial de los Estados Unidos, fue un embajador de la potencia mundial que trabajó como espía durante 40 años para la poderosa agencia de inteligencia cubana. Una traición sin atenuantes. Un documento oficial y público del Departamento de Estado señaló ayer que Rocha fue acusado “de haber cometido múltiples delitos federales actuando clandestinamente durante décadas como agente del Gobierno de la República de Cuba”. Fulminante. En Buenos Aires, donde estuvo destinado desde 1997 hasta 2000, nunca fue embajador, pero cumplió las funciones de máximo diplomático de los Estados Unidos. Sucedía que el entonces presidente Bill Clinton tropezaba en el Senado de su país con la comisión de Relaciones Exteriores, liderada por el duro republicano Jesse Helms, quien le negaba el necesario acuerdo a los embajadores que proponía el presidente norteamericano. Rocha, un diplomático de carrera con el cargo oficial de encargado de Negocios, el segundo funcionario en importancia después del embajador, quedó entonces a cargo de la representación diplomática de los Estados Unidos en Buenos Aires…
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“Caras vemos, corazones no sabemos”. Con ese proverbio de los antiguos mexicas respondió este miércoles un diplomático de los Estados Unidos cuando se le comentó el caso de Manuel Rocha, el exembajador de ese país que durante 42 años estuvo al servicio de Cuba como espía.
La novedad, que tiene consternado a todo el servicio exterior norteamericano, obliga ahora a una relectura de la conducta de Rocha a lo largo de su historia profesional. ¿Cuáles de sus iniciativas obedecieron a planes de La Habana? ¿Cuáles de las informaciones que suministró a sus superiores en Washington habrán sufrido deformaciones para servir a sus verdaderos jefes? ¿Cuáles de los juicios o datos expuestos ante interlocutores de países en los que estuvo destinado no tuvieron una deliberada tergiversación?…
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