Por Lucimey Lima Pérez.
Las adicciones han sido descritas en las clasificaciones acreditadas de trastornos mentales como de naturaleza fundamentalmente basada en el consumo de sustancias. Sin embargo, la ludopatía se caracteriza en estas clasificaciones como una de las adicciones no vinculadas directamente al uso de compuestos que atrapan. ¿Qué sucede con otras conductas? Considero conveniente hacer algunas aclaratorias sobe el concepto de adicciones.
En una publicación del 2007 “Neurobiología de la adicción a drogas” (Lima, Arch Vlnos Psiq Neurol) nos ocupamos de los aspectos básicos y los mecanismos. Para la época, y quizás aun lo percibo así en mi práctica clínica, se admitía uso, abuso, dependencia, y adicción. En nuestros días, en base a los estudios controlados, se considera que hay una sobreposición de estos conceptos por demás complejos. Este constituye un tema amplio para otra ocasión, el cual permitiría una ubicación adecuada de la situación particular de un individuo.
Una persona con una adicción a sustancias determinadas tiene una conducta particular que hace repetir el uso por el incentivo que le produce sin tomar en cuenta las consecuencias deletéreas. Según múltiples estudios, el fundamento biológico de las adicciones es muy similar y comprende el mismo sustrato neurobiológico, el cual involucra vías de comunicación cerebral que fomentan el reforzamiento los y neurotransmisores, tal como la dopamina, aunque, claramente, no el único.
No dudamos sobre la amplitud de este escabroso y dañino camino de las adicciones, son carceleros que encierran y destruyen, lo cual no tiene, necesariamente, un sentido moralista, es un trastorno terriblemente destructivo. Si bien tratamos de depresión y ansiedad con una soltura inesperadamente abierta y desfachatada, imaginemos lo que significa entrar en el inmensurable mundo de la pornografía.
Etimológicamente proviene del griego porné o prostituta y de graphein o escrito. Ambos pueden ser entendidos como prostitución y tratado.
La pornografía puede definirse como una muestra audiovisual, aunque pudiera ser en vivo, que incluye actividades de orden sexual en forma abierta, más aún, distorsionada, exabrupta. El fin de estos “documentos” es provocar excitación a los espectadores. Diría aún más: enganche y comercio.
Hace varios años existía un programa abierto de televisión canadiense, en horario no infantil, sin mostrar imagen alguna, pero sí testimonios vivos de parejas que se estimulaban con la visión de imágenes sugestivas. Sin embargo, siempre me ha hecho pensar que la imaginación sana de las personas que daban la cara en la TV era pobre y que su iniciativa, tanto como su formación sexual, eran deficientes. Me conmueve la pobreza del recurso sano que tenemos, el cerebro, me activa el concernir, la tristeza de haber sido contaminados con la propia historia de la concepción sobre el sexo.
Nuestros tiempos tan iguales, son muy diferentes. Hoy se puede tener acceso a espacios que eran inaccesibles, o mejor, que no existían. Confieso que me abruma la afluencia de jóvenes a páginas pornográficas en nuestros días. Sin embargo, no todo es adicción, pero sí es preciso atender a tiempo en lo que llamamos ATENCION PRIMARIA, ineludible en buenos espacios de asistencia integral.
Toda adicción debe ser tratada, el tiempo del abuso ya ha sido sobrepasado, y la persona está atrapada en una conducta que “agrada” y que “consume”. Así pues, Internet, nuestro maravilloso aliado, nos ha favorecido, pero también, ha fomentado la aparición de más adictos a la pornografía, por decir una de ellas. Qué tal si mencionados la adicción a las compras, nos bombardean, y el criterio propio es crucial.
Recientemente atendí a una adolescente que fue descubierta por su abuela al estar conectada a páginas pornográficas. Realmente, su aceptación fue muy receptiva, hasta lo que puedo evaluar, pero desconozco hasta qué punto llegó el daño.
Existe más documentación de la que podamos imaginar. Me referiré a pocos aspectos: i) pérdida de tiempo en algo no constructivo, pero ilustrativo, sanamente estimulante, futurista; ii) distorsión sobre la belleza del sexo bien llevado; iii) atrapamiento en el meollo de lo distorsionado; iv) graves daños en la futura vida sexual, hermosa, fisiológica, pleno sano disfrute.
No me centro en los jóvenes, he atendido parejas que padecen “adicción” de uno de sus miembros. Llamo a alerta, suave y sostenido, persistente y afectuoso.
Lucimey Lima Pérez es Psiquiatra, Psicoterapeuta, Máster y PhD en Neuroquímica. Investigador Emérito del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
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GREETINGS…ESTIMADA DRA LUCIMY LIMA PEREZ …GRACIAS!
YOU KNOW…WE WERE DIFFERENT THEM.. ERAMOS “MUCHACHITOS” EN LOS /15/16 AÑOS IBAMOS AL CENTRO DE LA HABANA ..(SECCION “CHINA” TEATRO “LLAMADO “EL SHANGHAI ” CALLE CENTRO ZANJA HABIAN TODAS “COMEDIAS” TODO ERA PORNOGRAFIA LOS ARTISTAS “PROFECIONALES” ..ENTRABAN “PERSONAJES” EL NEGRO… EL GALLEGO… EL CUBANAZO… EL FISTO VARIAS JOVENCITAS.. UNAS BUENAS Y OTRAS PUTAS…TODO SABIAMOS ERA “ILUSION” SIMPATISMO ..NOS RIAMOS….QUE YO SEPAMOS NUNCA TUVIMOS IR A LA PSIQUIATRA O PSICOTERAPEUTA…ESA JUVENTUD DE HOY NO TIENEN NI LA IDEA DEL SEXO.-
NUNCA JAMAS ESTUVIMOS EN MARIGUANA O DROGA … SI BEBIAMOS Y AL “FUMAR” CIGARRILLOS AMRICANOS “LUCKY STRIKE/ PALL MALL/ CHESTERFIELD ETC …NUESTRO PAPA DECIA SI VAN A TOMAR (BEBIR) TENGAN CUIDADO NO VAYAN A CAER AL REDICULO .
..MUCHAS GRACIAS CHARLIE G/SR …………………………..TH USA! .
Hola. Son otros tiempos, no digo que no hubiera problemas en esa época, pero quizás muy diferentes. Internet es una maravilla innegable, pero un escondite perfecto para elementos aberrantes, sin ser moralista. Pero una adicción es un gran trastorno y a eso me he referido.
Gracias por su contacto. Gran saludo, Lucimey