Por Rosa Díez/OK Diario.
Subasta: Procedimiento de venta donde los interesados compiten entre si para adjudicarse un bien o servicio que es subastado.
Pedro Sánchez comenzó a hacer las llamadas para iniciar la subasta la misma noche de las elecciones. Hoy sabemos que los movimientos para fijar el precio no se dejaron esperar, y que en los aledaños del primer perdedor se abrieron las pujas nada más constatarse que la suma de los perdedores podía dar una nueva victoria a quien en el 2020 se hizo con la Presidencia del Gobierno de España al conseguir 167 votos positivos frente a 165 negativos y dieciocho abstenciones. Todos los socios/cómplices del gobierno que surgió tras esa votación (a excepción de los filoetarras de Otegi) han perdido posiciones en estos casi cuatro años desde que hicieron presidente a Pedro Sánchez; pero ellos saben que todos juntos pueden conseguir su objetivo principal que no es otro que abaratar el precio del bien a subastar, eso es de la nación democrática que surgió de la aprobación de la Constitución Española de 1978.
La subasta se ha puesto en marcha con un único reclamo: el bien a subastar es la nación. Y los compradores han entrado en la puja sabiendo que Pedro Sánchez se ha apropiado del bien que tiene la obligación de custodiar, pues al invitarles a la subasta en la noche del 23J ya les dejó claro que, aunque la regla democrática indica que un Presidente del Gobierno es únicamente el custodio por tiempo limitado del bien a proteger, él esta dispuesto a expropiarlo a sus legítimos propietarios. Quienes pujan saben que Sánchez no va de farol y que si le dejamos, lo hará; no en vano ha utilizado el tiempo que le dieron cuando le hicieron Presidente para ir demoliendo, paso a paso, los contrapoderes democráticos que podían impedir la venta de lo que es propiedad de todos los españoles…
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