Política

¿Qué hacer?

Por Ray Luna.

El próximo paso, naturalmente, es la huelga general. Después de la tormenta viene la calma, es verdad. Pero siempre habrá tormentas, tempestades, ciclones, tifones, huracanes y la madre de los tomates.

Lo que ahora puedes ver es tan sólo la punta del iceberg.

La cosa, para que se ponga buena, primero tiene que ponerse muy pero muy mala. ¡No sueñes con que la policía y el ejército se van a unir a la protesta! Esto apenas comienza.

El principal reclamo del régimen castrista durante los acontecimientos de #11J era que la gente volviera a sus casas ¿cuáles? (Bueno, ellos le llaman casa a cualquier ratonera.)

La vuelta al barracón es un arma de doble filo. Si la gente, en vez de salir a la calle, decidiera lo contrario, el resultado final sería más o menos el mismo.

Las huelgas generales las convocan los sindicatos y los partidos políticos; pero, puesto que no tenemos ni unos ni otros (porque lo que hay en Miami huele rancio), la nuestra será una HUELGA GENERAL FAMILIAR.

Hay que elegir una fecha para dejar de ir a trabajar. Esa parte es fácil. Lo duro será resistir el embate de la tiranía.

Un pueblo —literalmente— muerto de hambre no puede quedarse en su casa a echarse fresco. Así que organizar un golpe laboral y productivo en un país donde no hay ni trabajo ni se produce siquiera un alfiler, será más difícil que imposible.

La gran mayoría de los cubanos jóvenes viven enlatados en las mismas cuatro paredes descascaradas y grisáceas que sus padres y sus abuelos. Pero como son, precisamente, los jóvenes quienes han demostrado no temer al régimen —por las causas que sean—, ellos deben llevar adelante esta HUELGA GENERAL FAMILIAR.

Es decir, ese día no permitirán que nadie salga de su casa. Es más fácil pelearte con tus parientes que con las balas de la Policía Nacional Revolucionaria.

El factor crucial que puede impedir esta acción es, todos lo conocen, el hambre.

Ni la miseria ni la explotación sacan a la gente de los barracones. El hambre, en cambio, puede conseguir cualquier cosa.

El hambre nos ha convertido en lo que somos.

¿Cómo se puede palear este problema? No se puede. Una huelga general, al menos en Cuba, en las condiciones actuales, tiene que hacerse a pulmón.

La cooperación será clave. Importa, y mucho, que en los barrios no se queden sin comer ni los niños ni los ancianos. La cooperación vecinal es fundamental. (Pero no voy explicar aquí lo que la gente en Cuba sabe a la perfección.)

Ahora bien, lo que no sé es si todos, absolutamente todos los cubanos saben que estamos inmersos en una guerra civil.

El hijo de puta de Díaz-Canel dice que no, que se malinterpretaron sus palabras ¡¿cómo si ese perro supiera hablar?!

En toda guerra hay dos columnas o corrientes fundamentales sosteniendo la lucha: la pacifista y un brazo armado independiente.

Por un lado, la corriente pacifista tiende a encargarse de planificar la dichosa huelga; por el otro, el brazo armado no debe dejar de actuar mientras aquellos llevan a buen puerto la huelga.

El brazo armado independiente del pueblo no debe detener su proceso de acción y sabotaje bajo ningún concepto. (Así fue como tiraron a Machado.)

Cuando estás inmerso en una batalla campal contra el castrismo, hay 5 cosas que tienes que hacer:

  1. Aceptar el hecho de que estás siendo atacado lo más pronto posible, mantén la cabeza fría y no caigas presa del pánico.
  2. Aceptar que a nadie le importa. No vale la pena apelar a la ayuda o la simpatía de los demás países e instituciones internacionales. Los EEUU que invadieron Granada y Panamá ya no existen y la ONU está copada por el comunismo mundial. Y Miami está en manos de polítiqueros e influencers que sólo buscan sacar provecho económico de esta situación. Estás sólo, pero puede ser algo positivo.
  3. Aceptar que, a fin de cuentas, cuando Venezuela pasó por lo mismo no te importó, ni tomaste medidas para detener la ola represiva del Madurismo. Nadie va a hacer nada al respecto.)
  4. Aceptar que no tiene caso razonar con los comunistas. Lo que sucede en Cuba no es cuestión de persuasión. Además, no les interesa comprenderte y todo lo que digas será usado en tu contra durante el juicio sumario del que serás víctima.
  5. Aceptar que toda aquella gente que se mantenga en la neutralidad es enemiga.

Miami debería estar ya boicoteando los vuelos a Cuba. Pero no sueñes. Cubamax y otras agencias están ahora mismo trabajando para el castrismo allí delante de sus narices y no hacen nada.

Miami está paralítica, no paralizada, paralítica. Es diferente.

Ahora bien, cuando ese brazo armado independiente decida actuar debe tener como objetivo instituciones simbólicas del estado y las propiedades de la familia Castro-Espín de las que se tiene conocimiento.

Recuerden lo que hacían los mambises, tan sólo ahí tienen un manual de instrucción operativa. Cada uno de ustedes, mambises modernos, es hoy un bayamés.

¡Acción, acción, acción!

Ray Luna es bloguero reaccionario.

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3 Comments

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