Por La Gaceta de la Iberosfera/Redacción ZoePost.
Este año que inicia, 2023, es visto sobre todo como el escenario previo a la batalla por la presidencia de la república, que ocurrirá en 2024, significando el fin de la pesadilla socialista con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), o acaso el inicio de su perpetuación en el poder, como ha sido el caso de sus amigos rojos, Evo Morales, Daniel Ortega, Díaz Canel, y Nicolás Maduro.
El 2023 está marcado por dos elecciones estadales, la de Coahuila y la del Estado de México -el 4 de junio- que son importantes sobre todo porque en ambas entidades nunca ha gobernado sino el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y por ello es que AMLO se empeña en arrebatarle tales bastiones, en su lógica de animal político, de ir por todo, de acabar con los símbolos ajenos, porque para él vencer a sus adversarios en el plano simbólico es tan o más importante que los números electorales.
En especial hay que poner atención en el Estado de México, la entidad más poblada del país, con 17 millones de habitantes, muchos de ellos asentados en vastas franjas que abrazan al norte y oriente a la capital del país (antes Distrito Federal, o DF)…