Por Redacción ZoePost/Gaceta de la Iberosfera.
Las naciones iberoamericanas se han destacado en el mundial de Catar por sus celebraciones dentro y fuera de la cancha. Por ejemplo, la alegría de los mexicanos y sus comparsas han sobresalido por su humor y creatividad. Pero quien se llevó la atención del mundo entero fue la selección del Ecuador, no por el estruendo, sino más bien por la humildad con la que celebró su triunfo contra el anfitrión, de rodillas ante Dios en un país donde se restringe el profesar la fe cristiana públicamente.
Si bien ser cristiano no es un riesgo de vida en Catar, como sí lo es en países africanos como Nigeria (donde en los últimos meses se ha masacrado a católicos en plena misa), la ley islámica imperante prohíbe el culto público y el proselitismo. Desde 1971, cuando Catar logró su independencia, no se han registrado ejecuciones por cuestiones religiosas. Pero el artículo 257 de la Constitución de dicho país, inspirada en la ley islámica, sanciona el proselitismo con una pena de prisión de hasta siete años.
Por lo cual el gesto de los futbolistas ecuatorianos cruza valientemente la barrera de lo permitido. Para el cristiano es claro que “solo la verdad os hará libres”. De manera que el hecho de defender la verdad es un acto de libertad, sobre todo frente a una ley que se rige por una religión que lo impide…