Por Gaceta de la Iberosfera.
“Médicos esclavos son agentes de propaganda comunista de la dictadura cubana, al servicio de López, Morena, y sus candidatos. Mientras, México va quedando en ruinas y se prepara la ruptura y fin del T-MEC…”, escribió Gabriel Quadri, diputado federal mexicano de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN), en su cuenta de Twitter, el domingo 24 de julio.
Lo resume todo. Retrato del momento, retrato crítico: por un lado, llegan a México supuestos médicos que no cobran nada, pero sí le son útiles a Miguel Díaz-Canel y a su régimen sangriento y represivo, ‘hambreador’, para hacerse de recursos de gobiernos amigos que lo admiran mucho, como el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presidente socialista de México.
Por otro lado, anuncia el voluntarismo de Palacio Nacional de presentarse como el gran defensor de la “soberanía” nacional, y usar esa narrativa para posiblemente romper tratos vigentes y legales establecidos con los Estados Unidos y con Canadá, para, acaso, hacer espacio y adherirse a la nueva Ruta de la Seda, ese colonialismo rojo de China, tan caro a los ojos de todo comunista.
Ya Alberto Fernández, el gran amigo de AMLO, y su sucesor al frente de la Comunidad de Estados Latinos y del Caribe (CELAC), se ha ido a entregar con todo al Partido Comunista de China, signando un acuerdo de adhesión a ese proyecto invasivo y colonizador. AMLO podría estar haciendo espacio para entregar México al comunismo chino, al hacer a un lado a Estados Unidos.
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