Por Andrés Alburquerque.
Alguien escribe en FB, con todo su derecho y no sin una pizca de razón y lógica ajedrecística, que repudiar a Yunior Smith significa dispararnos en el pie pues desalentaría eventuales deserciones en proceso de gestación; la persona no usa esas palabras pero creo interpretarlo con precisión cuando lo expreso de este modo. Y el amigo no deja de señalar un punto válido que yo me aventuro a dividir en varias partes:
1- ¿Dónde está escrito o cuál deidad ha sentenciado que los que nos fuimos en los ochenta somos mejores que los que han salido más tarde?
2- ¿Dónde está escrito que los que salieron antes de los ochenta son mejores que nosotros los que salimos unos años más tarde?
3- ¿Es más efectivo mantener una postura rígida o dar la bienvenida a todo aquel que abandone el barco que zozobra?
4- La deserción de Yunior pudiera ser incluso utilizada, dada su pertenecía a la raza negra, para corroborar el planteamiento sobre el carácter racista de la Junta de La Habana.
Pero los puntos anteriores pueden ser girados en sentido contrario y arrojar un resultado totalmente distinto:
1- Los que salimos en los ochenta no somos mejores que los que se han marchado más tarde; pero hay algunos que salieron en esa fecha cuya trayectoria fue tan vergonzosa que jamás han sido aceptados por la comunidad.
2- Los que salieron antes de los ochenta no son mejores pero pagaron el precio del ostracismo de sus familias; del desarraigo y el vilipendio hasta que el dictador se vio forzado a usarlos como ubres para saciar su enorme apetito de divisas. No ha existido jamás el mismo rasero para ambos grupos.
3- Siempre he sostenido que un minuto de lucha es importante como lo es toda una vida y que debemos ser inclusivos y hábiles; comparto con el amigo de FB que si nos mostramos intransigentes estamos cerrando la puerta a eventuales ulteriores deserciones que no harían más que debilitar al régimen. Pero esa válida táctica va usada con prudencia y sentido común; no es pensadle dar la bienvenida a los torturadores de Villa Marista y el tal Smith fue hasta ayer un torturador de los medios que se prestó para asesinar la imagen de los cubanos que pensamos distintos.
4- Ni negro ni blanco ni azul que sea puede Yunior ser útil a nuestra causa; un agente de influencia es un agente de influencia de cualquier color. Por otro lado, la causa cubana debe cuidarse mucho de no contaminarse del revanchismo y el odio ciego e ignorarte que motiva a BLM y otras herramientas del amo blanco americano con látigo bifurco. Todas las armas son válidas, pero debemos maniobrar con mucho tacto el tema racial en Cuba de modo que ahora, que los no blancos somos amplia mayoría, no caigamos en la imperdonable tentación de perpetrar sobre nuestros compatriotas blancos el mismo crimen que fuera perpetrado contra nosotros a inicios del siglo XX.
Los tracatanes del régimen deben comprender que existe una línea más allá de la cual no es posible regresar; de lo contrario no estaríamos más que creando una patente de corso para la chusma represora. “¡¡¡No los queremos, no los necesitamos!!!”.
Andrés Alburquerque es cubano. Periodista y analista político, exiliado en Miami.
Eramos pocos y pariò Catana , lo que nos faltaba otro Yunior !! aqui no se trata ni antes ni despues, ni blancos ni azules o negros aqui es o son las personas y que yendote al exilio al destierro o lo que sea si fuiste un asesino seguiras siendolo porque “desertar” no lava los crimines , y asi y todo ya veremos muchos tirarse de barriga por el tal, los de siempre los sin criterios, los ignorantes y los de su misma calaña