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LGI. Heil ‘Paletica’

Por Zoé Valdés/La Gaceta de la Iberosfera.

La historia de Palestina, con sus complejidades políticas y culturales —si las hubiere—, ha sido tema de intensos debates y comparaciones controversiales a lo largo del tiempo. Es fundamental analizar los acontecimientos históricos y los discursos con un enfoque crítico y respetuoso, evitando recurrir a paralelismos simplistas o nocivos que distorsionen la realidad de los pueblos y sus luchas, justas o no. Abordar la historia desde una perspectiva informada y ética contribuye a la comprensión y el diálogo, en lugar de alimentar estereotipos o divisiones. Es lo que se debiera hacer. Es lo que nadie o muy pocos hacen.

El conflicto en torno a Palestina e Israel es uno de los más complejos y prolongados de la historia contemporánea. La cuestión de un Estado palestino y las propuestas de paz han sido objeto de numerosas negociaciones y debates internacionales, reflejando tanto aspiraciones como desafíos profundamente arraigados en la región. Una región donde existe una única democracia de la que se benefician inclusive hasta los terroristas de Hamas: la israelí.

Resulta esencial examinar los procesos históricos y políticos desde una mirada plural y fundamentada, reconociendo la diversidad de posturas dentro de las sociedades involucradas. Las oportunidades para la creación de un Estado palestino han dependido de múltiples factores, incluidos intereses geopolíticos, consideraciones de seguridad, factores identitarios y memorias históricas. 

En distintos momentos, propuestas de partición y acuerdos han sido presentados y discutidos, encontrando aceptación o rechazo bajo circunstancias específicas. Palestina ha dicho no a la existencia de Israel. Palestina, o sea Cisjordania, y Egipto, que no los quiere de ninguna forma, como ninguno de los 55 países árabes los acepta, se siente arropado internacionalmente para destruir a Israel, con el apoyo de dos Estados, que ellos mismos no aceptan, o condicionan, y que, si les presionan, enseguida organizan una masacre como la del progromo del 7 de Octubre del 2023 —por cierto, tras los Acuerdos de Abraham, que ya Benjamín Netanyahu había aceptado a pocos meses de efectuarse la masacre como respuesta—…

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