Sociedad

Debate sueco sobre cambio de sexo

Por Carlos M. Estefanía Aulet.

En los últimos años, hemos visto en Suecia un aumento significativo en el número de personas que buscan tratamiento para la disforia de género. Alrededor de 2.000 personas de este país sufren actualmente de disforia de género. La mayoría de los pacientes diagnosticados son adultos jóvenes de 18 a 24 años. En particular, ha habido un aumento entre las jóvenes.

La razón del aumento significativo de esta disforia no está clara para los analistas locales, negados a cuestionar el modo en el que el entramado de psicólogos, pedagogos, lectores masculinos disfrazados de reinas, productos culturales, etc., podrían estar influyendo en la desorientación sexual de niños y jóvenes.

Otro problema es el de que entre los jóvenes que buscan tratamiento para la disforia de género, la comorbilidad psiquiátrica es común. El que no se tome en cuenta la existencia de una enfermedad mental y de como ella puede incidir en la toma de decisiones vitales para la persona, como pude ser la de aceptar que la mutilación de su cuerpo, indica la poca importancia en la seguridad del paciente que se observa en la Ley de Identidad de Género.  Su tendencia es la de enfocar en el libre albedrio del enfermo la decisión sobre su cambio de género, ya sea en temas legales, lo menos grave, o en peligrosas quirúrgicas y de tratamientos hormonales irreversibles, curas sobre cuyos presuntos efectos beneficiosos no cuentan con el aval consensuado de la ciencia.

Podríamos pensar que el problema atañe solo a la nación nórdica, sino entendemos que es en esta tierra lejana,  desde hace décadas, donde se desarrolla un auténtico laboratorio de ingeniería social, es decir dónde ensayan experimentos que luego se verán aplicados en otras partes del mundo, más allá de cualquier diferencia cultural, este sentido Suecia era un espejo del futuro donde su pudo ver el actual presente  de, de países como España, el  cual es a su vez el trampolín para que salten los mismos proyectos ensayados previamente en Escandinavia al resto del mundo hispanoparlante.

No nos extrañemos que muy pronto se debata en los parlamentos de habla hispana y se aprueben en ellos leyes como la que ha venido elaborando el actual gobierno seco bajo el concepto de: “Mejoras en las posibilidades de cambiar de género”[i]. La misma será debatida y votada el próximo 17 de abril en el Parlamento sueco[ii].

Según la nueva propuesta de ley a la que nos referimos género la edad mínima para el cambio legal de genero se reduciría de 18 a 16 años, aunque todavía con el consentimiento de los tutores. Como van las cosas veremos lo que dura estas cortapisas, sobre todo para unos padres acostumbrados por el estado a hacer lo que el niño diga son pena de perderlo por “maltratadores”.

Tampoco se requeriría un diagnóstico de disforia de género, es decir, un veredicto clínico según el cual la identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer y que esto cause sufrimiento. Es verdad que aún habría un contacto médico, pero mucho más sencillo que el habitual. A partir de esta formalidad una persona mayor de 16 años pueda cambiar su género legal según el registro civil a partir de una solicitud presentada por el tutor legal del menor con el consentimiento por escrito de este. Nada difícil de conseguir teniendo en cuanta como la ideología trans es hoy compartida por una amplia cantidad de adultos.

La propuesta también incluye un cambio relacionado con la reasignación de género mediante intervenciones quirúrgicas. Actualmente se requiere permiso del Consejo Nacional de Salud y Bienestar para realizar dicha intervención. Esto ya no sería necesario en el futuro.

Las intervenciones seguirían, como hasta ahora, un proceso de evaluación en el ámbito de la salud y podrían realizarse en personas mayores de 18 años. Aunque para la extirpación de las glándulas sexuales, la edad mínima seguiría siendo de 23 años, a menos que existan circunstancias excepcionales, sabrá Dios o el demonio cuales.

En resumen, el proyecto de ley trata principalmente dos aspectos:

  1. Cambio de género legal: La nueva propuesta de ley busca facilitar el cambio de género legal. La edad mínima se reduciría de 18 a 16 años, con el consentimiento de los tutores.
  2. Cirugía de reasignación de género para personas trans: No se requeriría ninguna intervención quirúrgica para cambiar el género legal. No todos los que buscan atención para la confirmación de género desean cambiar de género legal y/o someterse a cirugía de reasignación de género.
  3. Otras formas de atención para la confirmación de género, como el tratamiento hormonal, la cirugía de la parte superior del cuerpo o la depilación, no están reguladas por la ley, sino que son servicios de atención médica proporcionados según las necesidades después de que una persona recibe un diagnóstico de disforia de género.

La propuesta de ley fue ajustada en el comité social del parlamento y seis de los ocho partidos parlamentarios, entre ellos los socialdemócratas, están de acuerdo en enviar la controvertida propuesta a votación en la cámara. Solo los miembros de KD (Demócratas Cristianos) y SD (Demócratas Suecos) están en contra, pero el debate aún no ha terminado.

Ni los Demócratas Cristianos ni los Demócratas Suecos quieren ver un proceso simplificado para cambiar el género en el registro civil. Por su parte Moderados y Liberales lo ven como una reforma importante para mejorar las condiciones de vida y fortalecer la libertad de los transexuales. Se propone que la ley entre en vigor el 1 de julio de 2025, bajo la narrativa de que se basa en el principio de autodeterminación del individuo. Con tal propuesta la discusión en Suecia sobre el cambio de sexo ha alcanzado un punto crítico tanto en el ámbito legislativo como social.

Para comprender sus antecedentes, podríamos situarnos convencionalmente, l cosa viene de más atrás, en el año 2007, cuando se presentó un informe oficial, conocido como “Cambio de afiliación de género. Propuesta de nueva ley (SOU 2007:16)”. Este informe fue objeto de una detallada discusión por parte de una comisión especial designada para abordar el tema.

En dicho informe, la comisión expresó su preocupación por las dificultades para determinar si las personas jóvenes experimentaban de manera permanente cuestiones relacionadas con su género. Uno de los puntos destacados fue el debate sobre la madurez de las personas menores de 18 años para tomar decisiones significativas, como someterse a intervenciones médicas que implicaban la extirpación de las gónadas. La recomendación principal de la comisión fue mantener un límite de edad de 18 años para el cambio legal de afiliación de género, argumentando que esto ayudaría a evitar conflictos relacionados con el consentimiento de los padres y garantizaría que las personas tomaran decisiones informadas y maduras.

Esta recomendación generó controversia, ya que surgieron preocupaciones ente los agitadores de género sobre posibles discriminaciones hacia las personas transgénero menores de 18 años y la necesidad de agilizar el proceso de cambio de género legal. Estas preocupaciones llevaron a propuestas legislativas para reformar la ley de afiliación de género en Suecia.

Una de las cuestiones más debatidas fue la esterilización forzada de las personas transgénero. Activistas, especialmente de la juventud liberal, abogaron por poner fin a esta práctica, que se basaba en operaciones que, en su mayoría, imposibilitaban la reproducción e incluso actividades sexuales. Esta cuestión se convirtió en un punto central en el debate sobre el cambio de género legal sin necesidad de intervención quirúrgica.

A partir del 1 de julio de 2013, la eliminación del requisito de esterilización marcó un cambio significativo.  Pero la cosa no es que se hubiera solucionado técnicamente el problema de la esterilización a la hora del cambio de apariencia sexual. Se trató en realidad de una maniobra legal que nada tenía que ver con la cirugía. Tal vez ese era el objetivo original de la algarabía en torno a los esterilizados. Ya no se requería ninguna intervención médica para establecer un cambio de afiliación de género.  Y es que, en verdad desde un punto de vista maltusiano, el peligro de que, por ejemplo, un hombre que se cree mujer se reproduzca en mínimo, salvo que se autodefina como “lesbiano” que también puede ser.

En 2018, el gobierno sueco “modernizó” la legislación sobre afiliación de género, reemplazando la ley vigente por dos nuevas leyes: una sobre cambio de género en el censo y otra sobre intervenciones quirúrgicas en los órganos sexuales. La nueva legislación decía basarse en la autoidentificación del individuo, bajo el discurso del “empoderamiento de las personas transgénero”. Lo hacía separando el tratamiento médico del cambio legal de género.

A pesar de estos “avances”, persistieron las preocupaciones y los debates en torno al tema. En 2020, la Junta Nacional de Salud y Bienestar Social comenzó a cuestionar si la edad mínima de 18 años para las intervenciones en los órganos sexuales debía mantenerse. El gobierno se hizo eco de estas críticas, anunciando una nueva propuesta de ley para la primavera de 2021. Sin embargo, esta promesa no se cumplió debido a desacuerdos internos.

De todos modos, ese mimo año 2021, se presentó un borrador de propuesta de ley que proponía eliminar la necesidad de investigación para cambiar el género legal por primera vez, permitiendo que este cambio se realizara mediante una solicitud simple ante la Agencia Tributaria. Además, se planteó que todas las personas mayores de 12 años tuvieran derecho a cambiar su género legal, aunque los menores entre 12 y 18 años necesitarían el consentimiento de sus tutores legales.

La propuesta actual ha generado divisiones tanto dentro de los partidos políticos de la alianza en el poder como en la sociedad en general. Los Demócratas Cristianos y los Demócratas Suecos expresaron su oposición, mientras que dentro de los Moderados y los Liberales también hubo disensión.

Por el lado socialdemócrata también ha resonado voces discordantes, en particular la de feministas como la presidenta de la sección femenina del Partido Socialdemócrata de Suecia, Annika Strandhäll[iii]. El programa Eco de la radio pública sueca informó a sus oyentes que Strandhäll, consideraba que el proyecto de ley sobre la afiliación de género debería retirarse y ser revisado. Este comentario surge después de que el propio primer ministro, el Moderado Ulf Kristersson, expresara su preferencia personal de que la edad límite propuesta fuera de 18 años en lugar de los 16 actuales, manifestándose  de alguna manera contra lo que dice su propia ley propuesta por su partido y su gobierno al parlamento, a ver quién entiende a los políticos.

Otro caso de descontento es el de la ex ministra de Relaciones Exteriores socialdemócrata, Margot Wallström, quienes se han opuesto a la ley. Ambas reacciones se intentan neutralizar dentro de su partido como hace, por ejemplo, el socialdemócrata Fredrik Lundh Sammeli vicepresidente del comité social del parlamento, quién apoyó la ley, ha afirmado con respecto a quienes disienten de aquella lo siguiente: “Hay muchos temas en los que los miembros pueden tener una opinión diferente, pero tomamos decisiones mayoritarias para garantizar que nuestros mandatos sigan la línea del partido“.

Una de las respuestas más contundentes al proyecto fue dada en una especie de carta abierta publicada por el diario Expressen[iv], este 3 de abril de 2024. El artículo se titula “Upprop: Vi vill inte ha den nya könslagen” (en español: Llamamiento: No queremos la nueva ley de identidad de género). Aquí se presenta una crítica fundamentada a la propuesta de una nueva ley de identidad de género en Suecia. Los autores del artículo, un grupo de 54 personas que incluyen escritores, profesores, artistas, políticos y profesionales de la salud, entre otros, quienes expresan su preocupación por los posibles efectos negativos que la nueva ley podría tener en la sociedad sueca. Por la importancia de lo que se dice vale la pena reproducirlo íntegramente, aquí se lo traduzco:

El 17 de abril se espera que el Parlamento vote a favor de la nueva ley de identidad de género, que facilitará el cambio de género legal. Aquellos que se identifiquen con el género opuesto podrán cambiar su identidad de género en todos los registros de manera más sencilla que en la actualidad. Además, la edad mínima se reducirá de 18 a 16 años.

Antes de comenzar a argumentar en contra de la propuesta, queremos dejar claro que los que apoyamos este llamamiento respaldamos los derechos de las personas trans y las consideramos un grupo vulnerable en la sociedad. Nuestro punto principal es que hay otros grupos vulnerables a considerar, como los niños y las mujeres, y que la ley no ha sido bien investigada en relación con estos.

No se necesita mucha imaginación para darse cuenta de que un adolescente de 16 años que pueda cambiar de género en su pasaporte y documentos, y que luego busque atención médica para transgéneros a los 18 años, será difícil de negarle tratamiento.

Hoy en día, ya se permite a las personas transgénero cambiar su género legal después de recibir un diagnóstico de disforia de género. La diferencia con la nueva ley es que se elimina el requisito del diagnóstico y ahora se basará “en la medida de lo posible” en la autodeterminación del individuo.

En otras palabras, ya no se requerirá una evaluación médica dirigida por un médico, solo una “evaluación médica simplificada”, que en la práctica consistirá en un certificado médico que confirme el deseo de cambiar de identidad de género.

Por lo tanto, será difícil demostrar que el deseo de cambiar de género legal es genuino o está bien fundamentado en el individuo. Entonces, ¿en qué se basará la decisión del Consejo Nacional de Salud y Bienestar, que aún se requerirá incluso con la nueva ley?

Probablemente, muchas más personas que antes serán registradas como del sexo opuesto en documentos públicos cuando los cambios de género legal reciban el estatus de un derecho humano, en lugar de ser el resultado de investigaciones cuidadosas (que deberían tomar tiempo), y los importantes mecanismos de control se verán comprometidos.

Teniendo en cuenta lo que se ha revelado en los medios de comunicación sobre jóvenes que lamentan sus “tratamientos confirmatorios de género” y que ahora dicen que el sistema de atención médica y la sociedad han confirmado sus experiencias demasiado fácilmente, en lugar de cuestionarlas y problematizarlas, ¿qué están haciendo realmente los Moderados y los Liberales (que están promoviendo la propuesta de ley a pesar de las oposiciones dentro de la coalición de gobierno y dentro de los propios partidos)?

No se necesita mucha imaginación

Hay temores entre los principales investigadores y expertos, que han trabajado durante mucho tiempo con personas trans y han investigado sobre el grupo, de que un proceso más fácil para cambiar de género legal será una vía rápida para avanzar también con tratamientos físicos.

No se necesita mucha imaginación para darse cuenta de que un adolescente de 16 años que pueda cambiar de género en su pasaporte y documentos, y que luego busque atención médica para transgéneros a los 18 años, será difícil de negarle tratamiento.

La sociedad ya habrá reconocido el “género correcto” de la persona, y aunque los médicos encuentren explicaciones más probables para la disforia de género más adelante, el mandato para frenar el proceso estará considerablemente debilitado.

Pero no se detiene ahí.

El movimiento feminista establecido ha advertido durante mucho tiempo que las estadísticas segregadas por género empeorarán si el género legal refleja la identidad de género percibida de los ciudadanos en lugar del sexo real.

En un debate en el podcast Liderazgo de SvD (Svenska Dagvladet, periódico conservador sueco), el portavoz de políticas de salud pública de los Liberales, Jakob Olofsgård, sugiere que la nueva ley abre la posibilidad de que aquellos que solo desean cambiar de género legal se sientan tranquilos con esto y se detengan allí en su viaje trans. Entonces, ¡no habrá tratamientos innecesarios e irreversibles!

Bueno, nosotros creemos que – Jakob Olofsgård con esto más bien ha confirmado los temores del movimiento feminista. Un hombre biológico puede convertirse en mujer en términos legales sin hacer ningún esfuerzo para ser percibido como tal. Aquellos que no ven las posibles consecuencias para las mujeres, que también son un grupo vulnerable, son más que ingenuos.

No democráticamente fundamentado

A esto se suman las objeciones del Consejo Nacional de Prevención del Crimen y la Asociación Bancaria Sueca de que la ley puede ser aprovechada por criminales en un momento en que los fraudes se están volviendo cada vez más comunes.

En las últimas semanas, se ha informado en los medios de comunicación que una fuerte mayoría dentro de los Moderados no quiere esta ley. La disciplina del partido es estricta, pero debe decirse que es único que un partido gubernamental eluda su base de gobierno y promulgue una ley sin un amplio apoyo entre sus propios políticos y miembros. También hay una clara resistencia dentro de los Liberales y los Socialdemócratas, y el apoyo entre los ciudadanos es débil. Por lo tanto, la propuesta no está democráticamente fundamentada.

Con la esperanza de despertar a todos los escépticos para que desafíen la disciplina del partido en la votación de abril, los firmantes de este artículo, ciudadanos que también se ven afectados por la controvertida propuesta, queremos enviar un mensaje claro:

Nosotros tampoco queremos esta ley.

Entre los firmantes del artículo se encuentra personalidades tan destacadas en el contexto intelectual sueco como:

Reika Farman – Escritora, productora de danza y teatro, DJ

Christopher Gillberg – Profesor senior de psiquiatría infantil y juvenil

Agnes Wold – Profesora de bacteriología clínica

Nathalie Bergqvist – Artista y actriz

Krister Thelin – Ex juez y secretario de Estado en el Departamento de Justicia (1991-1994)

Dick Harrison – Profesor de historia

Marianne Lindberg de Geer – Escritora y artista

Margot Wallström – Ex ministra de Asuntos Exteriores y política socialdemócrata

Henrik Domeij Karlsson – Especialista en psicología educativa

Gunilla Boëthius – Dramaturga

Lo que está claro, es que, dentro del movimiento feminista sueco, ya sea liberal o socialdemócrata, se viene tomando la misma conciencia que tienen las feminstas históricas españolas, quienes vienen batiéndose deseperadamente contra el movimiento trans[v] desde hace años y ya no sin la solidaridad por parte del feminismo oficialista, sino abiertamente enfrentadas por este desde el poder. En esto las españolas pueden darles lecciones a sus hermanas suecas que en una inversión del espejo es ahora, un tanto tardíamente que han tomado conciencia del peligro de borrado de la mujer que encierra la transformación en tales de individuos nacidos con una apariencia masculina y que hoy pueden pasarse a su “bando”, ya sin necesidad de cambiar de imagen o complicaciones legales.

En cualquier caso, la polémica está servida y es la comidilla actual de los medios de comunicación en Suecia. El proyecto de ley de marras ha colocado en la palestra el debate sobre la seguridad del paciente, la credibilidad del sistema de revisión, en incluso un tema que atañe directamente a la democracia, la necesidad de un proceso legislativo transparente y consultivo.

En resumen, el debate en Suecia sobre el cambio de sexo ha reflejado la complejidad y la sensibilidad de este tema en la sociedad contemporánea. Aunque desde otro punto de vista podría interpretarse como la distracción que genera el teatro partidocrático, mientras que avanza de manera indetenible una agenda de Estado que no necesariamente beneficia al ciudadano, incluso a aquel que no está de acuerdo con el cuerpo recibido al nacer.

Por nuestra parte, es recomendable no perder de vista lo que está pasando en Suecia con respecto al llamado cambio de género. Esto es lo que nos espera, estemos o no de acuerdo.

Referencias:

[i] https://www.regeringen.se/contentassets/7b2725050a74426094ebe15f0e4bd25f/forbattrade-mojligheter-att-andra-kon.pdf

[ii] Förbättrade möjligheter att ändra kön (Betänkande 2023/24:SoU22 Socialutskottet) | Sveriges riksdag (riksdagen.se)

[iii] https://sverigesradio.se/artikel/annika-strandhall-s-konstillhorighetsforslaget-borde-tas-tillbaka

[iv] Upprop: Vi vill inte ha den nya könslagen | Debatt | Expressen

[v] https://www.elespanol.com/espana/20240308/feministas-oponen-ley-trans/838416190_0.html

Carlos M. Estefanía. Disidente cubano radicado en Suecia.

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