Deporte y Salud

Violencia de género, tú y yo.

Por Lucimey Lima Pérez.

La violencia en la pareja constituye una de las formas más frecuentes de violencia hacia la mujer. Los tipos de ataques incluyen agresiones físicas, abusos sexuales, e intimidación psicológica. El estudio de García-Moreno y col, World Health Organization, 2015, incluyó 24,000 mujeres de 10 países con diferentes culturas y variadas localizaciones geográficas. Los autores reportan: i) 13-61% alguna vez experimentaron violencia física de parte de su pareja: ii) 4-49% tuvieron graves daños físicos; iii) 6-59% indicaron abusos sexuales; y iv) 20-75% recibieron acosos emocionales. Si bien estos valores presentan variaciones considerables, no se señala a qué razones corresponden. Pero sí destacan que con frecuencia la violencia psicológica y la física se solapan. ¿Podría concebirse abuso físico sin sufrimiento emocional?

En general los signos alarmantes de violencia de parejas son una lista inmensa. Señalamos algunos frecuentes y de envergadura: control, celos, conducta impredecible, lenguaje ofensivo, mal carácter, enojo, abandono, negar opiniones financieras, humillaciones públicas o privadas, falta de validación, relaciones sexuales forzadas, infidelidad, y sin duda, una larga lista de irrespetos menores o mayores de acuerdo con cada contexto.

¿Cuáles son las posibles razones para este desvarío autorizado? Miedo, falta de soporte social y/o familiar, dependencia económica, preocupación por los hijos, vergüenza, estigma, falsa esperanza en el cambio.

El modelo ecológico es uno de los más utilizados para explicar la violencia a través de cuatro dominios, el personal, el relacional, el comunitario y el social (Heisi, Violence Against Women. An Integrated, Ecological Framework, Sage Publications,1998). Varios enfoques se debaten entre el papel del perpetuador, el de la víctima y el que resulta de la interacción de ambos, con repercusiones en su salud mental y la influencia de conductas aprendidas.

Si bien los datos estadísticos resaltan la violencia hacia la mujer, no significa que sea una verdad absoluta. El abuso hacia los hombres es más frecuente que lo esperado. Así como en los casos de las mujeres, el abuso puede ser físico, emocional, sexual, entre tantos otros, detectados en varios tipos culturales, ocupación, edad y posición socioeconómica. Además, de agresiones físicas corporales o a objetos personales, el abuso psicológico también se presenta. Los hombres abusados son muy resistentes a reconocerlo porque los coloca en minusvalía dado a los mitos sobre su primacía masculina. Sin embargo, reconocer la situación y buscar ayuda profesional no significa una falla, si no una protección para ambos miembros de la pareja y para su descendencia. La escalada puede llegar a depresión intensa, ansiedad y suicidio.

De acuerdo con el National Domestic Violence Hotline, USA (2020) el 28% de las mujeres y el 21% de los hombres, las primeras entre 18 y 24 años, y los segundos entre 25 y 34 años, han recibido algún tipo de abuso, con daños físicos en el 15% de las mujeres y el 4% de los hombres.

Para terminar con una relación abusiva existen muchas recomendaciones, mencionamos algunas: i) tener constancia de las acciones abusivas y violentas, ya sea con informes médicos u hospitalarios, con testigos y con aviso de incidentes a la policía; ii) si posible mantener pruebas en teléfonos, notas fechadas y mantenerlas en lugar seguro y a la mano; iii) evitar acciones represalias que puedan invertir la situación en contra de la persona afectada; iv) hacer contacto con programas de atención a la violencia doméstica y dejar constancia de las violaciones y el irrespeto; v( acudir a terapia para tratar el trauma y rescatar la salud mental vituperada.

Paradójicamente los patrones de relación abusivos y violentos tienden a repetirse. Por eso es tan relevante procesar lo sucedido antes de empezar una nueva y sana relación. Para el psicoanálisis es un hecho muy estudiado como fenómeno inconsciente que incluye retorno a lo igual y la satisfacción masoquista.

Reconocer y reportar tempranamente es prevención.

Lucimey Lima Pérez.

Psiquiatra, Psicoterapeuta, Neurocientífico

Investigador Titular Emérito del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC)

Especialista en Psicoterapia y Educador en CatholicCare, Hobart, Tasmania, Australia

lucimey.limaperez@aohtas.org.au

Imagen Tumisu, para Pixabay.

 

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