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Cultura/Educación

¿Socialismo en la Torá? 

Por Carlos M. Estefanía.

En un mundo donde el debate entre capitalismo y socialismo suele incendiar pasiones, la Torá —ese texto milenario que ha guiado al pueblo judío durante generaciones— ofrece una perspectiva singular, tan antigua como revolucionaria. La Parashá Behar-Bejukotai, leída hacia el final del libro de Levítico, introduce instituciones como el Shmitá (año sabático) y el Yovel (año jubilar) que, vistas desde una óptica moderna, podrían evocar ciertos ideales del socialismo. Pero ¿estamos realmente ante un protosocialismo bíblico?

En el Shmitá, cada séptimo año, la tierra en Israel debe descansar: se prohíbe la agricultura comercial, los productos del campo se declaran “hefker” (sin dueño) y cualquier persona puede tomar lo que necesite —siempre que sea para consumo personal y no para comercio. En el Yovel, que ocurre tras siete ciclos sabáticos (cada 49 años), se restituye la propiedad de la tierra a sus dueños originales y los esclavos son liberados. Estas leyes, tal como explica Chaya Rivka Zwolinski en su comentario sobre esta parashá (ver fuente abajo), reflejan algo más que una estructura económica: revelan la voluntad divina de eliminar la subyugación y fomentar la justicia y la fraternidad.

Lejos de idealizar la pobreza o rechazar la propiedad privada, la Torá parece introducir un equilibrio sagrado: reconoce el derecho a la propiedad, pero le pone límites, recordando que, en última instancia, todo pertenece a Hashem. Así, incluso las actividades cotidianas —como los negocios, los contratos y la producción agrícola— se regulan bajo normas morales estrictas, no nacidas del consenso humano, sino del mandato divino.

Esto no es socialismo tal como lo conocemos. En los modelos contemporáneos, la abolición de la propiedad privada o la nacionalización de los medios de producción se impone desde estructuras humanas, muchas veces burocráticas o autoritarias, que han fracasado repetidamente en su promesa de justicia social. Por el contrario, el sistema del Shmitá y el Yovel no surge de un afán redistributivo moderno, sino de una visión espiritual que reconoce la transitoriedad del poder y de las posesiones materiales.

Como escribe Zwolinski, cuando estas leyes se cumplen según la voluntad divina, sin interferencias humanas contaminadas por la codicia o la corrupción, pueden transformar la sociedad. No desde la imposición, sino desde una aceptación íntima de que todo proviene del Creador, y que compartir no es una obligación legal sino una expresión natural de fe y hermandad. En este marco, el año sabático no es solo una ley agrícola, sino un anticipo del tiempo mesiánico, donde la abundancia y la unidad reemplazarán la lucha por el sustento.

Quizá por eso, intentar implementar una economía “sin propiedad” al margen de la ley divina —como ha hecho el socialismo moderno— ha traído más miseria que justicia. Según la autora, cuando el ser humano pretende adelantar el ideal mesiánico por su cuenta, sin el marco espiritual adecuado, lo que resulta no es armonía, sino caos.

El mensaje, entonces, no es que debamos volvernos socialistas, sino que hay una forma más elevada de organizar nuestra vida económica: una que reconoce las necesidades materiales, sí, pero las somete a un orden moral superior, con la libertad, la generosidad y la justicia como frutos naturales de la fe.

Fuente:
Chaya Rivka Zwolinski, Parshat Behar-Bechukotai: Is There Socialism in the Torah?, Breslov.org, 21 de mayo de 2025. Disponible en: https://breslov.org/parshat-behar-bechukotai-is-there-socialism-in-the-torah/?mc_cid=05ff1e5303&mc_eid=654e153bbf

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