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Sobre la libertad, de John Stuart Mill

Por Zoé Valdés/Alejandro Zayas-Bazán/Martí Noticias.

Este libro del filósofo, economista político y funcionario inglés, define el principio que ha de regular las relaciones entre la sociedad y sus miembros, con el objetivo de evitar el despotismo sobre los individuos y las minorías.

Hay libros que son para dormir con ellos, hay libros que son compañías duraderas, como miembros de una familia, cercanos, imprescindibles. Hay libros que uno cuando los lee nos abrazan, y que te abrazan para siempre desde sus ideas, desde sus historias, y sus principios humanos. «Sobre la libertad», de John Stuart Mill, es uno de esos libros, imperecederos, que nos sobrevivirán de generación en generación.

John Stuart Mill (20 de mayo de 1806-7 de mayo de 1873) fue un filósofo, economista, político y funcionario inglés, interesado también en la botánica como los de su época. Su obra constituye luz inspiradora para los políticos de tiempos posteriores, aunque fue reconocido en su época. En su escritura se presiente el gran nivel de sabiduría que contiene su pensamiento, y la evolución del mismo hacia teorías que redefinen la libertad con relación al individuo.

La filosofía de Stuart Mill representa una de las defensas más fuertes e insignes del liberalismo fundado en una ética teolológica (teología y lógica): individuo, formalismo, espiritualidad y razón. Siguiendo así la teoría del utilitarismo, para Mill la libertad no es un principio último y absoluto, por lo que no se basa ni en el contrato social ni en los derechos naturales. Es una vía, importante, principal, pero una vía para algún ¿misterio superior?

El propósito -nos argumenta la editorial EDAF- de «Sobre la libertad» es la formulación del principio que ha de regular las relaciones entre la sociedad y el individuo con el objetivo al final de evitar el despotismo sobre los individuos y las minorías.

La limitación de la libertad individual sólo estaría justificada cuando “haya que proteger al género humano” y “evitar que se perjudique a los demás”, y nunca porque se piense que sirve para el propio bien del individuo, pese este, en lo que a él se refiere, es soberano, según la tradición ilustrada europea.

¿Cómo vería hoy John Stuart Mill la sociedad europea, occidental, de nuestros días? No sería tan difícil imaginarlo, la observaría como en un laboratorio, como en un experimento botánico, ¿al final se desentendería decepcionado? Creo que sí, pero lo apasionante del mundo en su época no es más ahora que incongruencia y perplejidad…

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