Por Zoé Valdés.
Cierto es que una canción no cambiará al mundo, pero resulta como mínimo inquietante que una comunidad que no es ni por asomo numéricamente mayoritaria, que siempre ha exigido respeto y libertad para ella, ahora trate de imponer mediante cancioncillas de medio pelo y de doble sentido como esta que oirán a continuación un modo de vida a otras comunidades, sin contar las amenazas subliminales que pudieran pasar como muy graciosas, pero que en el fondo reafirman lo que ellos sienten: n desprecio infinito por la libertad de los otros. Nada más parecido a los curas o a los gurús de las sectas, nada más lejos de la libertad y el poder de decisión, nada más lejos de la modernidad y el raciocinio; pareciera que estamos en plena Edad Media en la que una cofradía buscara adeptos para luego sacrificarlos frente a una masa hambrienta de odio.
La falta de cultura provoca atrocidades como estas, la ausencia de sensibilidad y de respeto por los demás lo acentúan. No saben que con acciones como estas están volviendo a las cavernas, o sea, cavando sus propias tumbas.
Que sean gays o lo que quieran ser, pero que dejen a los demás ser lo que también deseen ser.
Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y Directora general de ZoePost y de Libertad Prensa Foundation. Fundadora del Movimiento Republicano Libertario Martiano.
Coro gay de San Francisco:
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Por una muestra no se conoce a todos, preo con estos truenos de tormenta de muchas locas hacen que discriminen a otros que no son como ellos, Tienen que aprender a respetar para que los respeten, y recordar que tus derechos terminan donde empieza el derecho de los otros