Por Zoé Valdés/ElDebate.
Habrá a quienes no les extrañará el título de esta columna, aunque sospecho que todavía hay muchos más que no lo entenderán, a ellos me dirijo. Cuando preciso que Pedro Sánchez no es Pedro Sánchez por sí mismo, no quiere decir que su arrogancia, su fatuidad, sus complejos, su envidia y su odio, bien explícitos, marcados inclusive en sus yertas facciones, no correspondan a su personalidad y a sus reacciones. De hecho, cuando me refiero al sanchismo más bien estoy subrayando lo que esconde (cada vez menos) su personalidad: una egolatría airada sin límites.
Pero eso sólo no es Pedro Sánchez, o sea él no es él únicamente, ni el sanchismo tampoco lo definen con exclusividad, o más bien, seré clara, no es la personalidad y su jactancia lo que lo convirtió en presidente de España, aparte el voto de la moción de censura de los españoles con los que ganó el puesto que ocupa, sino lo que hay detrás.
Sánchez fue y es el elegido de un sistema que, precisamente basándose en su personalidad, en la petulancia que lo caracteriza, y en su historial pleno de inconveniencias y defectos, lo que a ojos de ese sistema lo hicieron parecer el relevo ideal, y por lo que fue elegido para transformarse en la marioneta de las jugarretas y desmanes de una neo-ideología que ya rebasa a aquella izquierda del PSOE en España.
Pedro Sánchez no es del PSOE, es Podemita de Unidas Podemos, lo he venido advirtiendo desde el inicio, y como sabemos Unidas Podemos es el partido comunista, como lo es Más Madrid, y lo es Sumar (de ello hablaremos después), ni siquiera es social-comunista, son partidos, reitero, comunistas de hueso ‘colorao’, que diríamos los cubanos; regidos por poderes ocultos y no tan ocultos, como el de ‘Soros rompiendo España’ con su Open Society, y muy probable además por esa Stalin Society, basada en Londres, tan cerca de los bancos que dominan el mundo.
Entonces, es obvio que Sánchez es el pelele, el títere, uno más usado por los nuevos dominios comunistas, los que cambian de título a los partidos, según las necesarias (para ellos) apariencias. De tal modo, el partido comunista francés no sólo se dio en llamar La Francia Insumisa, liderado por Jean-Luc Mélenchon, quien pese a que es un jubilado con un sueldo descomunal, que recién regresó con mayores bríos, además ayudó y logró que las fuerzas de ultraizquierda se camuflaran detrás de los Verdes, de la Ecología, el Cambio Climático, los LGTBQ…, del ultraneofeminismo, y hasta de un islamosocialismo mal disimulado…
Zoé Valdés. Escritora y artista cubana e hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vermeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.