Por Gloria Chávez Vásquez.
“Rush es el Thomas Paine de esta época” Mark Levin
Entre las prioridades que tuvo Ronald Reagan antes de terminar su mandato, estuvo la carta de felicitación que le envió a un admirado comentarista radial. Se trataba de un analista político que había iniciado su show radial en la cadena nacional ABC en 1988 y en dos años había logrado una audiencia de más de 20 millones. El anfitrión del programa había cautivado la atención de sus admiradores, no solo por su agradable voz y coherencia, sino por su amplio conocimiento y magnifico sentido del humor.
Ese hombre se llamaba Rush Limbaugh, y tenía 36 años. Había nacido en Girardeau, Missouri y a su edad ya tenía una vasta experiencia en la radio y en los negocios, pero su sueño era llegar a un público hasta entonces desorientado y en necesidad de un guía. Hasta ese momento no había existido en Estados Unidos una persona que expresara el sentimiento popular de los ciudadanos avasallados por la ignorancia y falta de seriedad predominante en los medios de comunicación. El eco que interfería en la calidad de las ondas radiales era una especie de cacofonía liberal sin ton ni son, producto de la tontificación que por décadas tenía lugar en las escuelas. El programa radial se inició en 56 estaciones de radio. Hoy, 32 años después, se escuchaba en más de 600 emisoras y era el programa #1 en sintonía en la nación.
Lo más atractivo de la proyección de Rush, era el lenguaje claro, educado, en el que jamás utilizó un insulto ni perdió la paciencia con nadie. Siempre escuchó a su interlocutor y trató de entender sus razones. Desde el comienzo, se concentró en la actualidad y en los temas reales que afectaban de lleno a la sociedad norteamericana y el mundo, todo con una dosis de humor, ironía y en la que se parodiaba desde la decencia. Lo importante era la verdad y una perspectiva real de los hechos. Limbaugh se autodefinía como “Doctor de la democracia”, “El alcalde de Villa Real”, “Una luz en tiempo de oscuridad”, y como “una adorable bolita de peluche”. Su alter ego se llamaba El Rushbo y para sus oyentes era un guerrero feliz y optimista que explicó mejor que nadie la razón de la existencia de la república que era Estados Unidos de América.
La aparición del Show de Rush Limbaugh causó gran impacto, no solo en sus seguidores sino entre los políticos en Washington. Para los medios y los burócratas críticos inmediatos del programa radial de 3 horas diarias, significó un fenómeno adverso y no tardó en convertirse en el blanco del ridículo, los insultos, la desinformación, la demonización y la paranoia de la izquierda. Aunque persona privada y sencilla, su presencia se hizo permanente en los medios y publicaciones no siempre de manera justa u objetiva. El título del libro de uno de sus críticos, John K. Wilson, decía que Rush era “El hombre más peligroso de América”; por su parte, Al Franken, comediante y ex congresista, tituló el suyo: “Rush es un gordo idiota”. Durante años, el movimiento feminista trató de eliminar, sin éxito, su programa utilizando el lema “Flush Rush” (Descargue a Rush). Sus enemigos políticos lo acusaban de nazi, supremacista, racista y homófobo. Ninguna de esas etiquetas pegó. Por el contrario, sus amigos, entre ellos muchos afroamericanos e hispanos lo defendieron. Mollie Hemingway editora de The Federalist, observa que los medios hostiles no lo entendían porque no lo escuchaban o solo escuchaban segmentos de su programa. Luego tergiversaban sus palabras para atacarlo.
A pesar de los ataques, Rush siguió atrayendo público en números sin precedentes. Como explica el comentarista de la cadena Fox, Tucker Carlson, la gente escuchaba a Rush porque les ayudaba a entender las noticias y aclarar sus pensamientos. El panorama político del país estaba en caos porque el partido republicano no tiene líderes que se dedique a explicar a la gente lo que significa ser conservador. De eso se encargaban los politiqueros demócratas y han terminado por desprestigiar al partido GOP. Eso se debe, explica Carlson, a que el republicano es un partido de ideas, mientras que el demócrata es una coalición de grupos con intereses cada vez más radicales.
La muerte de Rush Limbaugh el pasado 17 de febrero, conmovió al mundo de la radio, la política y en general a la nación. El que fuera una vez vocero del GOP en el senado, Newt Gingrich, afirma que el conservatismo debe mucho a Rush Limbaugh, pues no solo lo modernizó sino que sirvió de puente desde el liderazgo de Reagan hasta ahora. En los 90, fue el primero en sonar la alarma de que la presidencia de Clinton se movía a la izquierda. Rush creó conciencia en una multitud pasiva que no aceptaba las ideas de izquierda y les aclaró la importancia y propósito de las elecciones. De ese modo se movilizó a los votantes republicanos para aglutinar las fuerzas que permitieron recobrar el congreso en 1994 (revolución republicana).
Como educador y a través de la radio, Rush se dedicó, durante más de 3 décadas, a formar a una generación de jóvenes pensadores, cultural y políticamente. El periodista y comentarista Brit Hume, señala que como pionero de la radio AM, Limbaugh acabó con el monopolio de la izquierda en los medios. La pérdida de su liderazgo señala el inicio de una nueva era.
An Army of One, el libro de Zev Chafets, lo expresaba todo, Rush se había convertido en un ejército de una sola persona. Con su brillante discurso y sentido común había conquistado la radio y revolucionado los medios de comunicación. En pocos años le había dado vuelta a la cultura popular. Estudiantes de periodismo comenzaron a prestar atención y ya para la vuelta del siglo había una miríada de comentaristas, ideólogos, activistas y políticos educados por este hombre cuya vida entera parecía tener un solo propósito: iluminar y despertar la conciencia patriótica de sus oyentes. Como Limbaugh, estos jóvenes se negaban a aceptar los ataques internos contra su país. Se negaban también a aceptar los cambios ideológicos. Rush defendía las tradiciones y la cultura. De esa manera, como dice el historiador Dinesh D’Souza: “Rush puso su genio al servicio de la libertad”. Uno de los expertos en la Constitución, Mark Levin, declaró que Rush es “El Thomas Paine de nuestra época”. Era un hombre muy inteligente y una persona muy querida. Ayudaba a todo el que creía que necesitaba ayuda. No es como lo pintan los medios.” Trataba a la gente como a su familia. Era un gran patriota y así lo resalta Charles River Editors en su biografía “La Vida y Legado de Rush Limbaugh”.
Autor de varios libros sobre los temas actuales “The Way Things Ought to be”, “See, I Told You So”, y la Serie Infantil de Rush Revere, (Premio Children’s Choice, 2014), escrita por él, e ilustrada por su esposa Kate, en la que se habla de la presidencia, la constitución, los peregrinos, la bandera etc., la serie ha sido adoptada por muchos padres y maestros para educar a sus hijos.
El nombre de Rush Limbaugh ha figurado en la lista de las 10 personas más fascinantes en America,(2008); las 100 personas más influyentes del mundo (2009) en Revista Time; los 50 personajes mas poderosos en Estados Unidos (2010), en Revista Forbes; Defensor de la Constitución (2009); así como la lista de las 10 personas más caritativas en Estados Unidos.
Cinco veces ganador del premio Marconi a la excelencia en Transmisión sindicada y en cadena; Miembro del Salón de la Fama de la Radio (Chicago 1993); Association of Broadcasters Hall of Fame (1998). En 2020, el presidente Trump le otorgó la Medalla de la Libertad, lo cual significó para Rush, la máxima expresión del reconocimiento a su carrera.
Gloria Chávez Vásquez es escritora y periodista colombiana.
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Gloria, qué honor contar con una pluma tan magistral aquí en ZoePost. Gracias por este trabajo tan indispensable para el lector hispano. Gracias.
Rush Limbaugh, sus últimas palabras:
«… Mis días en la tierra están contados; pero antes de que me desvanezca, hay algo importante que debo decir. Puede que no sea importante para nadie más; pero es importante para mí. Ganar, perder o fraude … Presidente Trump, solo quiero agradecerles por los últimos cuatro años. Gracias por hacer que sea genial volver a ser estadounidense. Gracias por mostrarnos que ya no necesitamos estar bajo el control de China desde el punto de vista económico o de cualquier otra manera. . Gracias por una de las economías más fuertes que hemos experimentado en mi vida. Gracias por todo lo que han hecho por las comunidades minoritarias y la notable disminución en la tasa de desempleo que tuvo. Gracias por hacer que se sienta bien amar nuestro país y volver a ser un patriota orgulloso. Gracias por apoyar la bandera de nuestra nación y a los hombres y mujeres que lucharon por la libertad que se encuentra detrás de esa bandera. Gracias por apoyar a las organizaciones policiales de nuestra nación y comprender lo difícil que es su trabajo. Gracias por sofocar la inundación de la inmigración ilegal, y llevar ante la justicia a los miles de criminales que nos trajeron las inundaciones. Gracias por darles a las corporaciones una razón para regresar a Estados Unidos para fabricar nuestros propios productos y hacer que los estadounidenses vuelvan a trabajar. Gracias por traer a nuestras tropas a casa de despliegues interminables que nos ofrecieron poco más que bolsas para cadáveres; y por su compromiso de fortalecer nuestro ejército. Gracias por la rapidez de operación y por mantener su promesa de traernos la vacuna Covid 19 en menos de un año. Gracias por sus interminables intentos de llevar la paz al Medio Oriente y su apoyo a Israel. Gracias por su desgravación fiscal y gracias por nuestra independencia energética. Pero sobre todo … ¡¡GRACIAS por aceptar un maldito trabajo que nunca tuvo que tomar !! Gracias por preocuparse lo suficiente por este país como para querer intentar marcar la diferencia. Gracias por mostrarle a Estados Unidos lo poco que los políticos de carrera trabajan realmente para sus electores; y por mostrarnos cuánto lo desprecian esos políticos por mostrarle a Estados Unidos lo fácil que es construir una gran nación, en lugar de violarla para llenar sus propios bolsillos y carteras de acciones. Gracias por permitirnos experimentar a un presidente que no fue un político de toda la vida, sino un estadounidense de toda la vida.
GRACIAS SEÑOR PRESIDENTE … HIZO LO MEJOR QUE HIZO …»
Ahora dicen que no la escribió él. Y no me importa si no la escribió Rush Limbaugh es tan buena que no importa quién lo hizo.