Por Carlos M. Estefanía.
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la estatua de Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca un hijo. El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre…
José Martí: “Tres héroes”, texto aparecido en el primer número de la revista La Edad de Oro, publicación de 1889.
… ¡Y desaparecía la conjunción, más larga que la de los astros del cielo, de América y Bolívar para la obra de la independencia, y se revelaba el desacuerdo patente entre Bolívar, empeñado en unir bajo un gobierno central y distante los países de la revolución…
José Martí, tomado del discurso pronunciado en la velada de la Sociedad Literaria Hispanoamericana en honor de Simón Bolívar el 28 de octubre de 1893
Grande es la polémica generada porque el Rey Felipe VI no se levantó ante el fetiche de la espada de Simón Bolívar. Fue algo inesperado en un monarca tan bien avenido con la progresía. El hecho ocurrió durante la toma de posesión de Gustavo Petro. La primera pregunta que podríamos exponer es la de qué hacía el Rey legitimando, con su presencia, la asunción al mando de Colombia de un bolivariano de manual como es Petro; es decir el inicio del hundimiento de ese país. La segunda sería; si de verdad las cosas de Bolívar nos merecen tanto respeto[i].
En el caso del cubano común, hay que decir que éste sabe de Bolívar, poco más o menos, lo que en el siglo XIX les contara José Martí sobre el personaje. El llamado “apóstol de la independencia de Cuba” no lo hizo honrando a la verdad y por tanto la profesión del maestro. Martí prefirió asumir el rol del político, usando a Bolívar como una pieza más dentro de su propaganda en favor de la separación de Cuba del resto de los territorios de España.
Lamentablemente todo el que ignora -logro conjunto de nuestra revolución cultural republicana y de su secuela comunista- la historia real de Hispanoamérica y sobre todo la vida de Simón Bolívar -como ocurre hoy con cualquier escolar adoctrinado en la religión del estado nacional-, desconoce igualmente que el presunto “Libertador” fue más bien el desguazador de la patria grande.
Bolívar solo sirvió para “independizar” (mejor sería decir “cesecionar”) pueblos hermanos entre sí, es decir a una comunidad unida por la lengua, la religión y una misma mezcla de genes aborígenes, europeos y africanos que, tras una paz de tres siglos, de inmediato se entregará a guerras fratricidas y sangrientas permanentemente. Todo aquello en perjuicio de esas “nuevas naciones” y en beneficio, a través de deudas impagables, de los amos ingleses del mantuano[ii]. El mismo imperio británico que tras usarlo, asistiéndole con dinero y mercenarios, echa a un lado a Simón Bolívar cuando intentó convertirse en el emperador Napoleón del sur del Nuevo Mundo. No por casualidad será desde Inglaterra donde uno de los protegidos de aquella, el exiliado alemán Carlos Marx, hará leña del árbol caído con su desacralizador artículo: Bolívar y Ponte, escrito en enero de 1858[iii]. Un trabajo sobre el que ya escribí hace años en mi blog[iv] y sobre el que nunca está de más volver. En el que se habla abiertamente de la injerencia británica, y por tanto del contubernio de Bolívar con el extranjero a fin de librar su presunta guerra de independencia:
…En el ínterin, llegó de Inglaterra una fuerte ayuda bajo la forma de hombres, buques y municiones, y oficiales ingleses, franceses, alemanes y polacos afluyeron de todas partes a Angostura…Como aquí todo estaba preparado por Santander, las tropas extranjeras, compuestas fundamentalmente por ingleses, decidieron el destino de Nueva Granada merced a las victorias sucesivas alcanzadas el 1 y 23 de julio y el 7 de agosto en la provincia de Tunja. El 12 de agosto Bolívar entró triunfalmente a Bogotá, mientras que los españoles, contra los cuales se habían sublevado todas las provincias de Nueva Granada, se atrincheraban en la ciudad fortificada de Mompós…Con un tesoro de unos 2.000.000 de dólares, obtenidos de los habitantes de Nueva Granada mediante contribuciones forzosas, y disponiendo de una fuerza de aproximadamente 9.000 hombres, un tercio de los cuales eran ingleses, irlandeses, hanoverianos y otros extranjeros bien disciplinados, Bolívar debía hacer frente a un enemigo privado de toda clase de recursos, cuyos efectivos se reducían a 4.500 hombres, las dos terceras partes de los cuales, además, eran nativos y mal podían, por ende, inspirar confianza a los españoles. Habiéndose retirado Morillo de San Fernando de Apure en dirección a San Carlos, Bolívar lo persiguió hasta Calabozo, de modo que ambos estados mayores, enemigos se encontraban apenas a dos días de marcha el uno del otro. Si Bolívar hubiese avanzado con resolución, sus solas tropas europeas habrían bastado para aniquilar a los españoles. Pero prefirió prolongar la guerra cinco años más…
En otro momento del mismo artículo se expone la vocación dictatorial del “Libertador”:
Mediante su guardia de corps colombiana manipuló las decisiones del Congreso de Lima, que el 10 de febrero de 1823 le encomendó la dictadura; gracias a un nuevo simulacro de renuncia, Bolívar se aseguró la reelección como presidente de Colombia. Mientras tanto su posición se había fortalecido, en parte con el reconocimiento oficial del nuevo estado por Inglaterra, en parte por la conquista de las provincias altoperuanas por Sucre, quién unificó a las últimas en una república independiente, la de Bolivia. En este país, sometido a las bayonetas de Sucre, Bolívar dio curso libre a sus tendencias al despotismo y proclamó el Código Boliviano, remedo del Code Napoleón. Proyectaba trasplantar ese código de Bolivia al Perú, y de éste a Colombia, y mantener a raya a los dos primeros estados por medio de tropas colombianas, y al último mediante la legión extranjera y soldados peruanos. Valiéndose de la violencia, pero también de la intriga, de hecho, logró imponer, aunque tan sólo por unas pocas semanas, su código al Perú. Como presidente y libertador de Colombia, protector y dictador del Perú y padrino de Bolivia, había alcanzado la cúspide de su gloria. Pero en Colombia había surgido un serio antagonismo entre los centralistas, o bolivistas, y los federalistas, denominación esta última bajo la cual los enemigos de la anarquía militar se habían asociado a los rivales militares de Bolívar. Cuando el Congreso dé Colombia, a instancias de Bolívar, formuló una acusación contra Páez, vicepresidente de Venezuela, el último respondió con una revuelta abierta, la que contaba secretamente con el apoyo y aliento del propio Bolívar; éste, en efecto, necesitaba sublevaciones como pretexto para abolir la constitución y reimplantar la dictadura. A su regreso del Perú, Bolívar trajo además de su guardia de corps 1.800 soldados peruanos, presuntamente para combatir a los federalistas alzados. Pero al encontrarse con Páez en Puerto Cabello no sólo lo confirmó como máxima autoridad en Venezuela, no sólo proclamó la amnistía para los rebeldes, sino que tomó partido abiertamente por ellos y vituperó a los defensores de la constitución; el decreto del 23 de noviembre de 1826, promulgado en Bogotá, le concedió poderes dictatoriales.
En el año 1826, cuando su poder comenzaba a declinar, [Bolívar] logró reunir un congreso en Panamá, con el objeto aparente de aprobar un nuevo código democrático internacional. Llegaron plenipotenciarios de Colombia, Brasil, La Plata, Bolivia, México, Guatemala, etc. La intención real de Bolívar era unificar a toda América del Sur en una república federal, cuyo dictador quería ser él mismo. Mientras daba así amplio vuelo a sus sueños de ligar medio mundo a su nombre, el poder efectivo se le escurría rápidamente de las manos. Las tropas colombianas destacadas en el Perú, al tener noticia de los preparativos que efectuaba Bolívar para introducir el Código Boliviano, desencadenaron una violenta insurrección. Los peruanos eligieron al general Lamar presidente de su república, ayudaron a los bolivianos a expulsar del país las tropas colombianas y emprendieron incluso una victoriosa guerra contra Colombia, finalizada por un tratado que redujo a este país a sus límites primitivos, estableció la igualdad de ambos países y separó las deudas públicas de uno y otro.
La Convención de Ocaña, convocada por Bolívar para reformar la constitución de modo que su poder no encontrara trabas, se inauguró el 2 de marzo de 1828 con la lectura de un mensaje cuidadosamente redactado, en el que se realzaba la necesidad de otorgar nuevos poderes al ejecutivo. Habiéndose evidenciado, sin embargo, que el proyecto de reforma constitucional diferiría esencialmente del previsto en un principio, los amigos de Bolívar abandonaron la convención dejándola sin quórum, con lo cual las actividades de la asamblea tocaron a su fin. Bolívar, desde una casa de campo situada a algunas millas de Ocaña, publicó un nuevo manifiesto en el que pretendía estar irritado con los pasos dados por sus partidarios, pero al mismo tiempo atacaba al congreso, exhortaba a las provincias a que adoptaran medidas extraordinarias y se declaraba dispuesto a tomar sobre sí la carga del poder si ésta recaía en sus hombros. Bajo la presión de sus bayonetas, cabildos abiertos reunidos en Caracas, Cartagena y Bogotá, adonde se había trasladado Bolívar, lo invistieron nuevamente con los poderes dictatoriales. Una intentona de asesinarlo en su propio dormitorio en Bogotá, de la cual se salvó sólo porque saltó de un balcón en plena noche y permaneció agazapado bajo un puente, le permitió ejercer durante algún tiempo una especie de terror militar. Bolívar, sin embargo, se guardó de poner la mano sobre Santander, pese a que éste había participado en la conjura, mientras que hizo matar al general Padilla, cuya culpabilidad no había sido demostrada en absoluto, pero que por ser hombre de color no podía ofrecer resistencia alguna.
Visto lo visto, y por mucho que duela al sector nacionalista de la oposición venezolana, el chavismo debería contar con toda la legitimidad del mundo para declararse “bolivariano”. Bolívar, hasta en la dependencia de interese extranjeros, fue en realidad un Hugo Chávez adelantado en el tiempo, eso sí multiplicado por lo nefasto de las consecuencias de sus actos.
Poco importa que se diga, entre otras barbaridades, que Simón Bolívar, fue “un católico practicante como ninguno”. Es lo que llegaría a expresar el ya fallecido monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz[v]. Resulta gracioso, ver cómo hay hombres de la iglesia que se inclinan ante los fetiches de la religión secular del Estado Nacional. En este caso han querido convertir al implacable de Bolívar en un hombre de fe con tal de quitárselo como bandera al bolivarianismo.
Esto no es raro, en Cuba la iglesia católica no muestra el menor reparo en que se califique de “mambisa” (separatista) a la Virgen de la Caridad, patrona de la isla. No importa que no sepamos de una misa, ni de un solo cura en la manigua luchando contra España, como si lo hubo en la guerrilla de Fidel Castro combatiendo a Batista. Por si fuera poco, si vas a la Ermita de la Caridad de Miami, no habrá de extrañarte que en su interior se encuentre la bandera nacional, la de la estrella luciferina, se cante el himno nacional surgido en el fragor de la guerra de independencia o se conmemore el nacimiento de la república moldeada durante la ocupación norteamericana a imagen y semejanza de la existente en el país vecino, protestante y anglosajón. Allí la misa se realiza frente a mural plagado con el rostro de miembros de la masonería fraternidad rechazada por la iglesia. Los íconos llevan años en el lugar participando del culto de los feligreses solo porque eran figuras del separatismo a los que los cubanos rinden la misma pleitesía que disfrutan, en cualquier secta, gurúes y santones.
Poco importó a la parroquia que el Papa León XIII hubiera lanzado la encíclica papal Humanum Genus del 20 de abril de 1884, en la que se condena del relativismo filosófico y moral de la masonería. Se trata de uno más entre los aproximadamente seiscientos documentos aprobados por diversos Papas que en contra de la masonería en cualquiera de sus formas y que aún bajo en contemporizador Papa Francisco la masonería sigue siendo considerada como un submundo en competencia y lucha contra la Iglesia Católica[vi].
Pero volvamos a Bolívar. Fue él, sin lugar a duda, uno de los responsables del enfrentamiento de ibéricos contra americanos, de colombianos contra “venezolanos”, de peruanos contra esos inventos meramente ideológicos, que son los ahora denominados, “ecuatorianos”, “bolivianos”, “paraguayos” y “chilenos”. Fue en resumen un genocida en vida -recordemos el caso de los 800 pastusos; mujeres, ancianos y niños. violados y masacrados por sus tropas en las navidades de 1822[vii]– y la causa primera de numerosas matanzas futuras en toda Sudamérica.
Ya vimos lo que nos decía Marx sobre el independentista. Pero visto el fracaso de la utopía anunciada por el fundador de la Internacional, muchos podrían dudar de lo que se dice en ese o cualquier otro artículo suyo. Sin embargo y pese al culto a Bolívar generalizado dentro de la izquierda Iberoamericana, aún quedan marxistas por cuenta propia en ella que se atreven actualizar, con más o menos rigor, aquella crítica hecha por “el clásico” en 1858. Tal sería el caso del español Santiago Armesilla, con la publicación en su canal del video titulado: La VERDAD SOBRE SIMÓN BOLÍVAR[viii].
Armesilla es licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, con la especialidad en Análisis Político, por la Universidad Complutense de Madrid. Con un doctorado en el programa de Economía Política y Social en el Marco de la Globalización impartido por el Departamento de Economía Aplicada V de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de esa misma Universidad. Es autor del libro La vuelta del revés de Marx: El materialismo político entretejiendo a Karl Marx y Gustavo Bueno[ix]. Es evidente que el joven pensador intenta compaginar los pensamientos del filósofo alemán y del español al tratar la figura de Bolívar[x], desde una perspectiva materialista. Armesilla nos ofrece una charla bien documentada a la que, salvo el que pase por alto a los antepasados no europeos de Bolívar y la falta de matización al abordar tratamiento de las influencias de la masonerías francesas e inglesas sobre Bolívar, hay poco que objetar. Quizás lo más curioso de lo tratado sea el poco conocido intento del caraqueño de reconciliarse con el célebre “Rey felón” de Fernando VIII, ofreciéndole la corona de una confederación de estados hispanoparlantes. Lo que no he dejado de recordarle a Armensilla, entre otros comentarios en vivo de su video, es que no solo Bolívar, sino también el Ernesto Guevara de la Serna que lleva en su camiseta (tal vez como pararrayos contra bolivarianos) descendía de oligarcas por si esto es lo que explica la conducta “revolucionaria”.
A modo de complemento y contraste de lo anterior, valdría escuchar, también en YouTube, lo que desde perspectivas completamente opuestas a la de Marx, es decir la conservadora y liberal austriaca, se nos puede decir de Bolívar. Para ello nada mejor que los tres videos que siguen:
- “Mitos y verdades sobre nuestra herencia hispánica[xi]“
- “El auténtico Simón Bolívar”[xii]
- “El falso mito de Simón Bolívar”[xiii]
En ellos participan los colombianos Pablo y Pol Victoria, verdaderos especialistas en el tema del “Libertador”. En los dos primeros videos escuchamos a Pablo Victoria. Él es un destacado hispanista formado en los Estados Unidos, donde obtuvo una licenciatura. Cuenta además con una maestría y doctorado en economía, y doctorado en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Es por demás miembro de las Sociedades Nacionales de Honor de los Estados Unidos[xiv]. Victoria pertenece así mismo a la Fundación Pro-Colombia Libre a la Academia Bolivariana de Historia, de la Academia de Historia Eclesiástica de Bogotá y a la Sociedad Colombiana de Economistas.
Por su parte en último video tenemos de entrevistado a Pol Victoria. Éste realizó sus estudios universitarios en Madrid, estudiando Humanidades entre 2000 y 2003, Economía entre 2003 y 2008, y especializándose en posgrado de Pensamiento Económico entre 2008 y 2010, a la vez que cursaba otros variados estudios no oficiales. Hoy se destaca como conferencista, tertuliano y debatiente. Es invitado a diversas universidades de España e Hispanoamérica para enseñar sobre emprendimiento, economía, política e historia. Además, es analista en canales de televisión, emisoras de radio y artículos de prensa en geopolítica y en economía[xv].
Disfrutemos de lo que nos cuentan estos dos sudamericanos. Aprendamos de ellos -aunque sea de manera crítica como haríamos con Marx- partes poco conocidas de la verdadera historia de la América hispana. Luego sabremos si vale la pena levantarse frente a la espada de Bolívar o si no sería mejor tomarla y lanzarla al mar; para que desaparezca con ella la maldad que simboliza.
https://www.youtube.com/watch?v=lGMxnIzp-tc
https://www.youtube.com/watch?v=vfpIlIOgOus
https://youtu.be/INtGApYdCcs
[i] https://elpais.com/america-colombia/2022-08-09/la-espada-de-bolivar-claves-de-una-polemica.html
[ii] http://macpecri.com/desafiohist/?p=818
[iii] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/58-boliv.htm
[iv] Marx anti bolivariano | El Hombre de Cuba Nuestra (wordpress.com)
[v] https://reportecatolicolaico.com/2022/07/24/simon-bolivar-fue-un-catolico-practicante/
[vi] https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=44128
[vii] https://www.religionenlibertad.com/blog/713900359/Simon-Bolivar-el-genocida-de-Pasto.html
[viii] https://www.youtube.com/watch?v=0eTL4ikxPgg
[ix] https://www.armesilla.org/2020/07/la-vuelta-del-reves-de-marx.html
[x] https://www.armesilla.org/p/acerca-de-mi.html
[xi] https://www.youtube.com/watch?v=lGMxnIzp-tc
[xii] https://www.youtube.com/watch?v=vfpIlIOgOus
[xiii] https://youtu.be/INtGApYdCcs
[xiv]http://pablovictoria.com
[xv]https://polvictoria.com/biografia/
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Carlos Manuel Estefanía Aulet.
Nacido en La Habana en 1962, realizó estudios de Filosofía en las Universidades de La Habana y Moscú, licenciandose en 1987 en la especialidad de Materialismo Histórico. Posteriormente hizo estudios de postgrado en economía, relaciones internacionales, periodismo, lingüística, teoría de la comunicación y semiótica. Así mismo recibió cursos por encuentro en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Habana, en materias tales como: Historia del Estado y el Derecho, Teoría del Estado, Derecho de Familia, entre otras.
En mayo de 2009 recibió el título de Magister en Pedagogía del Español y de Ciencias Políticas por la Universidad de Estocolmo.
Radica en Suecia desde 1993, donde fue fundador e integrante de la directiva de la Sociedad Académica euro cubana, así mismo se desempeñó como presidente de la Asociación de Graduados Extranjeros en Suecia. Ha sido además miembro de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Suecia (PROFOCA) y del Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba en el Exilio.
Como parte de su labor docente ha impartido cursos de teoría socialista, semiótica, Comunicación, Filosofía, Religiones y Lengua Española. Pertenece actualmente a la Federación Nacional de Maestros de Suecia.
Es autor del libro. “Pasión y Razón de Cuba”, así como de: “Y Juanes cantó en La Habana”. Igualmente ha participado en las antologías: “Cuba: Miradas Cruzadas” y “El Libro Rojo del Marxismo Cultural”.
Fundó en 1994 la revista Cuba Nuestra y ha publicado artículos en diferentes medios de comunicación impresos y digitales de Europa y América. Ha colaborado con emisoras radiales en Cuba, así mismo ha realizado y conducido programas radiales emitidos en Estocolmo y en Miami.
Redacción de Cuba Nuestra.
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Desmitificar a Bolivar es muy dificil por que lo han endiozado, de traidor lo fue desde el mismo momento del inicio de las sublevaciones y de asesino en el momento en que por su culpa muere el que realmente trato de liberar America.