Por Félix Antonio Rojas.
Rubiales daría lo que fuera, su presidencia en la RFEF, su historia como militante del PSOE, su prestigio ante la sociedad, la medalla de oro en el campeonato del mundo, el poder caminar libre sin ser atacado por las hordas femirrojas por las calles de Madrizzz y hasta por las destruidas aceras de La Habana, daría su ático de lujo en el barrio de Salamanca y su jacuzzi de ultima generación… y es que por el relato de la prensa amarillista y panfletaria bajo el adoctrinamiento del politburó de Yolanda Díaz e Irene Montero, la flaca de Carabanchel tiene a Luis loquito, ohhh loquito, por el piquito del agresor sexual más peligroso de la historia de Spain… sin dejar de evocar al personaje lúdico y marxista El Tito Berni, uno de los suyos igualmente en corrupción, cocaína, noches locas socialistas de prostitutas con vaginas voladoras bajo las estrellas y que la prensa lacaya se prestó a silenciar el escándalo político e institucional en unas horas.
El PSOE tiene en sus filas a más machirulus y puteros que el ejercito de Pancho Villa, según la definición de sus propios MANTRAS políticos, y de sus discursos de ir por la vida dando lecciones de moralidad y superioridad intelectual y en definitiva no son más que unos simples mortales hipócritas y nauseabundos soldados de la falacia.
Por un beso de la flaca…
El Tito Berni obligaba todas las noches a mi heroína Chocho Volador; en el pasado una mujer trabajadora infatigable que le daba de comer y beber a los guardias civiles desplegados en Las Palmas de Gran Canaria y caída por las desgracias de la vida en las garras del general Espinosa, uno más de los de ellos, envuelto en la trama de corrupción del PSOE en el caso Mediador.
Chocho Volador, una mujer que fue vejada y vendida todas las noches al mejor postor, mientras pasaba de polla en polla obrera española mientras Yolanda e Irene roncaban su último discurso demagógicos en sus almohadas.
Chocho Volador jamás recibió el apoyo del feminismo radical, ni se manifestaron con tanta vehemencia y violencia las ofendidas por un beso espontáneo en una celebración mundialista del perseguido del PSOE y las de Sumar, las Me Too del pulpo a la gallega y patatas bravas. Las flacas del embeleco.
Pero ellas nunca engordan.
Félix Antonio Rojas es friki freelancer.