Por Félix Antonio Rojas.
Uno de los tantos falsos mitos que la izquierda internacional ha amplificado por sus mitómanos hasta convertirlo en un dogma para los mismos mongofieras que lo repiten, es que Cuba antes del 59 era el “prostíbulo de América”, y que gracias a la revolución ese lastre fue erradicado en la construcción de la nueva sociedad revolucionaria.
Ese relato mal intencionado y difamatorio fue creado desde la mentalidad enferma y perversa de los delincuentes del m26j, apoyados por el discurso complaciente de los dos o tres intelectuales demagogos latinoamericanos y europeos que se sumaron a la causa de la falacia. Una misoginia militante contra la mujer cubana, desde el odio a la libertad individual de la mujer, la homosexualidad castrense y la bugarronería guerrillera de la Sierra, contado por el comandante Huber Matos en una antigua entrevista televisiva, donde vinculó la mentalidad libertina, lujuriosa y Caliguliana, “los jueguitos de manos, los modales y la confiancita de Raúl Castro y algunos jovencitos de su tropa”, además de sentir un odio enfermizo a muy temprana edad por las mujeres de su entorno.
Esa patología comunista fue aceptada y divulgada por escritores e intelectuales al servicio del infundio como, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Mercedes Sosa, Antonio Gades y el camarada Gabriel García Márquez, que aprovechando su militancia y servidumbre a las ideas Fidelistas ( y a su posición de agente literario y comisario político del castrismo internacional) saciaba su pederastia incontrolable y diabólica con niños y niñas cubanas menores de edad… total si ya desde la época de Batista eran putas.
La verdad es que la mujer cubana antes del 59, era la envidia de medio mundo, cultas, prósperas, elegantes, glamorosas, representadas en el arte y en las ciencias, Dulce María Loynaz, Lydia Cabrera, Amelia Peláez, o Laura Martínez de Carvajal que con 14 años de edad matriculó en el alto centro docente en la Licenciatura de Ciencias Físico Matemáticas y Medicina, siendo la primera mujer que ejerció la profesión médica con título obtenido en el país de su nacimiento, así que, un respeto con las personalidades representativas de esa floreciente mujer cubana respetada y admirada antes que implantaran el desastre nacional los bugarrones de la Sierra.
En La Habana antes del 59 no corrían ríos de semen de marines yanquis por sus calles, como han querido vender durante seis décadas todos estos miserables misóginos, cómplices de la tiranía más brutal que ha sufrido el continente americano. Ni siquiera la prostitución era un problema descontrolado, preocupante y masivo como en la actualidad el castrismo ha fomentado en estos desastrosos 62 años de oscuridad comunista.
En el puerto de La Habana antes del 59 había prostitutas en menor número que en los puertos de New York, San Francisco, Vancouver, Montreal, Liverpool, Southampton, Barcelona, Marsella, Génova, Shanghái, Hong Kong, Rotterdam, Ámsterdam, Vera Cruz, en puerto Madero, Porto de Santos, Maracaibo, del Pireo en Grecia, o en Hamburgo en Alemania, en todos esos puertos y ciudades la prostitución duplicaba y triplicaba al poco número de mujeres que lo practican en toda la isla de Cuba… y yo nunca he oído decir, que por esos puertos y por esas calles corrían ríos de semen de los marines yanquis, y que todos esos países eran o siguen siendo “el burdel de la América imperialista”.
Un respeto a la vilipendiada y denostada mujer cubana de los años 50ta, que antes de que en Cuba se implantara la prostitución, ya en los antiguos reinos de Europa, Bizancio, Egipto y Sumeria, o en el Londres victoriano y entre las luces de un París eterno, las mujeres de esos lugares daban el culo, sin tanto lío que si Batista y el golpe de estado, que si los casinos de la mafia, que si la corrupción, que si los yanquis, que si la pobreza del campesinado, que si los estudiantes universitarios, la policía, o la tocadera de nalgas, el jueguito de la botella, las fiestas de perchero y las pestañas de Raúl.
Un respeto.
Félix Antonio Rojas es friki frelancer, miembro histórico del Movimiento Cristiano Liberación.
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Así es la Taula, suodio era tal que se inventó que todas las mujeres de Guantanamo eran putas de los marines tan imbécil que si está vivo se lo debe a toda una familia Guantanamera que se alzó en la Sierra Cristal y las armas y comidas las llevaban muchas mujeres entre ellas esa familia de la que me reservo el nombre y que hoy viven en US