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Por José Abreu Felippe.
Oración
Mar,
tú que acogerás en tu eternidad las cenizas hastiadas de Reinaldo Arenas,
tú que insolente y colérico cantas desde otros tiempos
más inocentes,
ajeno a los hombres que desde su pequeñez y su miseria,
todavía te amamos.
Tú, que estirando tus manos puedes tocar las dos orillas.
Tú, que como fuego te agazapas y saltas y golpeas,
por favor,
no hagas daño a esos muchachos, sólo protégelos.
Y si te es posible,
burla a políticos y comisarios,
a patrias y países,
y permite que sus cuerpos hambrientos
y desnudos,
sus cuerpos furiosos y gastados,
arriben a esta orilla.
Hazlo a cambio de las cenizas hastiadas de Reinaldo Arenas,
que fue joven, hermoso,
y te amaba.