Por Víctor Fernández.
“Oye gusanito no saques los pies
porque si los sacas te coge el Comité”
Tonadilla castrista.
Decía Reinaldo Arenas que “Los cubanos venimos del futuro”. Una frase premonitoria. Lo malo de venir del futuro es ver como este te persigue y va corroyendo todo a tu alrededor. El futuro, por si no ha quedado claro, es la dictadura comunista. Para nadie medianamente interesado en política es un secreto que el poder usa y amolda el lenguaje a su antojo para generar estados de opinión y manipular los sentimientos de las masas. Se ha hecho siempre a lo largo de la Historia, llegando al nivel de perfección absoluta en manos de los comunistas (cuando digo comunistas, me refiero también a los socialistas porque, como sabemos todos los que fuimos a la escuela en Cuba: “El socialismo es la antesala del comunismo”. Quizás el logro propagandístico más extraordinario de la izquierda internacional ha sido convencer al mundo de que un partido como el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, que llevaba la palabra “socialista” en las siglas, y otro como el Partido Nacional Fascista italiano, fundado por el socialista Benito Mussolini, eran de derecha porque se enfrentaron a los marxistas y se pelearon con la Unión Soviética.
Al haber nacido y crecido en la Cuba castrocomunista, es inevitable que comparemos todo cuando sucede a nuestro alrededor filtrándolo con la experiencia personal. En cuanto los hermanos Castro se hicieron con el poder, lo primero que nacionalizaron fueron los medios de prensa, radio y televisión. Sabían que quien controla la prensa tiene más de la mitad de la batalla ganada. El mundo del arte y la creatividad, incluida la literatura, les cayó en el regazo de forma natural, no solo por la militancia izquierdista anterior a 1959 que pueden haber tenido los primeros esbirros del arte y la literatura que pusieron su creatividad al servicio del castrismo, sino por la depuración ideológica que se llevó a cabo inmediatamente, que obligó a exiliarse a docenas de artistas que no se sentían identificados con el nuevo régimen. Poemas, canciones, himnos, películas, obras de teatro y series de televisión producidos por artistas, en muchos casos de gran talento, se pusieron al servicio del hostigamiento y la represión contra quienes ellos llamaron “desafectos al sistema”, a quienes comenzaron a deshumanizar -desde el día cero- llamándoles contrarrevolucionarios y gusanos (término denigrante que ha calado en la izquierda internacional que nos continúa llamando así a los exiliados). Es decir, cosificaron al contrario a sus ideas, lo que cumple un propósito político: privarle de su naturaleza humana con el propósito de que las masas no sientan remordimiento en caso de agresión, sea verbal o física, incluido el exterminio, como de hecho sucedió. De ahí la infame tonadilla que cito “Oye gusanito no saques los pies, porque si los sacas, te coge el *Comité”. *Se refiere a la célula base del aparato represivo castrista: los infames Comités de Defensa de la Revolución, organizaciones vecinales encargadas de vigilar y delatar a las autoridades cualquier actividad que ellos consideren contraria a la dictadura, o criminal; puede ser desde vender café, hasta criticar la dictadura, o a sus líderes.
A lo largo de 23 años de residencia en España he visto y veo como las libertades de expresión y políticas se han ido deteriorando, llegando a la situación presente que comienza a ser alarmante. El gobierno sociocomunista de Pedro Sánchez lleva cuatro años siguiendo la senda chavista -venezolana-, que a su vez es la castrista -cubana-, desdibujando la separación de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Para la propaganda y la desinformación cuentan con un gran número de amanuenses en prácticamente todos los medios privados de comunicación. En los medios públicos no, estos simplemente le pertenecen al gobierno y actúan como portavoces. Esta semana, a pesar de Pedro Sánchez ser solo presidente en funciones, es decir, aún no ratificado, ha destinado más de 25 millones de euros a los medios, acción que vulgarmente se conoce como “comprar lenguas”.
Nada de lo anterior es lo más grave sino esto: todos los políticos de partidos de izquierda y separatistas han comenzado a referirse a la oposición y sus acciones como “Pérdida de tiempo”, “Golpistas”, “Que hacen un llamado a la rebelión”, amén de los manidos “fascista”, “ultraderecha”, “extrema derecha” (en España cualquiera que no sea de izquierda es tildado de estas tres cosas por orden de llegada; antes era el PP, luego lo fue Ciudadanos, y ahora lo es VOX. Si apareciera otro partido, de cualquier ideología diferente de la izquierda, será tachado de lo mismo, no me cabe la menor duda). ¿A qué llaman “pérdida de tiempo” la izquierda y los separatistas? A esto: El proceso para designar al presidente de la nación en España consiste en, el rey, basándose en los resultados electorales, encarga formar gobierno al partido más votado, en este caso el PP. Como este partido no cuenta ni contará con escaños propios, o por pactos con otros partidos, suficientes para llegar a gobernar, a las negociaciones que está haciendo, los antes referidos les llaman “pérdida de tiempo”. En otras palabras, denigran al normal -hasta ahora- ejercicio de negociación política, pilar fundamental de la democracia. ¿A qué llaman “rebelión” la izquierda y los separatistas? A un acto que ha tenido lugar hoy, domingo 24 de septiembre, en Madrid, convocado por el PP, para manifestar su desacuerdo con las negociaciones que está haciendo el PSOE con formaciones políticas separatistas cuya hoja de ruta tiene un único objetivo: desintegrar la nación española. Para ello, el PSOE ha mandado a la comunista Yolanda Díaz, a negociar con un prófugo de la justicia española por haber dado un golpe de estado malversando dinero público, es decir Carles Puigdemón, huido para Bruselas, donde lleva más de 7 años mantenido con dinero público -de los españoles-, y donaciones privadas de simpatizantes separatistas de su región, Cataluña. Nota al margen, ¿Quién es Yolanda Díaz? Es vicepresidenta segunda del gobierno de Pedro Sánchez, fue Ministra de Trabajo cuyo mayor logro es que España tenga la tasa más alta de desempleo de la Unión Europea, una comunista convencida grandemente desconocedora de su propia ideología que ha dejado esta perla en una entrevista: “El comunismo es la democracia”. En Cuba, a los 11 años, en primero de secundaria se nos enseña este precepto básico de esa ideología: “El comunismo es la dictadura del proletariado”. Ergo, Susana, el comunismo no es, ni puede ser la democracia, son oxímoron en todo caso.
Volviendo al tema del lenguaje y su uso. La izquierda y los separatistas españoles están manipulando la opinión pública amoldándola a sus intereses políticos convirtiendo, mediante un estudiado y perverso uso del lenguaje, a la oposición en disidencia, es decir, en eso que la dictadura comunista cubana llama “contrarrevolucionarios”. Es un paso más en el camino hacia la dictadura sociocomunista. Quien no lo quiera ver, es porque simpatiza con el *proceso.
*Proceso: forma usada por la dictadura comunista cubana para referirse a: proceso revolucionario.
Víctor Fernández es escenógrafo y director de escena, historiador de la ópera, y galerista.