Por Carlos Carballido.
La actual administración de Joe Biden está colocando la economía de Estados Unidos casi al borde del abismo debido a la política de emisión monetaria de la Reserva Federal ( FED por sus siglas en inglés) para financiar la proliferación del gasto público.
Expertos en economía están advirtiendo que más allá de lograr una ilusión momentánea de bienestar a través de esa emisión de dinero sin respaldo productivo, lo único que se conseguirá a mediano y largo plazo será una inflación de graves proporciones.
Nuestros lectores conocen que el gobierno federal NO produce dinero ni mucho menos bienes como lo hace cualquier empresa en el Mercado sino que logra sustentarse mediante impuestos a personas naturales y jurídicas. En tiempos de inflación, el gobierno se ve obligado a recaudar más impuestos lo cual genera un círculo vicioso entre las subidas de precio y la escasez de productos. Y no hablemos del impacto que esto trae como consecuencia en la población al reducirse el consumo de mercancías y servicios a su máxima expresión.
El reciente informe de la Reserva Federal sobre estabilidad financiera para el próximo semestre, dibuja un panorama poco halagüeño para el bolsillo de la clase media norteamericana que igualmente se hará extensible para los de menos recursos. En unas 73 páginas, la FED identifica cuatro vulnerabilidades que magnifica el riesgo de inestabilidad financiera en el próximo semestre : activos sobrevaluados, endeudamiento excesivo por parte de empresas y consumidores, apalancamiento excesivo en el sector financiero no bancario y dependencia excesiva de la financiación a corto plazo. Todas estas variantes pueden originar un desbalance en el sector financiero y bancario con incalculables aristas que van desde cambios en las tasas de intereses hasta encarecimiento de los bienes inmuebles .
Sin embargo , el informe omite por completo el mayor peligro que no es otro que la emisión monetaria que este gobierno ha hecho para cumplir con la promesa de cheques de ayuda por Covid, la extensión de beneficios de desempleo hasta Septiembre próximo, el manejo y atención de la inmigración ilegal que está cruzando la frontera , entre otros gastos populistas.
La inflación como fenómeno de impacto en la sociedad y que según teóricos de la Economía terminan convirtiéndose en un impuesto público a gran escala, no es palpable de un día para otro sino que actúa en lapsos de impacto severo a partir de 12 a 19 meses . Esto quiere decir que por ahora no veremos las consecuencias negativas de esta emisión monetaria y muchos de nosotros seguiremos con tendencias a gastar sin pensar mucho en el ahorro. En cambio , si usted no comienza a reducir sus gastos y potenciar el ahorro a partir de estas alertas, para Enero del 2022 puede que su familia esté en números rojos.
Quizás usted se pregunte quién pagará esa inflación que está incubando el gobierno con la emisión monetaria. Sin ánimos de ser académicos , la respuesta es sencilla…. A través de nuestros impuestos y los de la pequeña y mediana empresa.
Volvamos al informe de la Reserva Federal para este semestre. Si bien enumera 4 aspectos que empeorarán la economía , su mayor vulnerabilidad es que deja sin identificar el riesgo de inflación. La Fed destaca los riesgos asociados con las valoraciones del mercado de activos basadas en las expectativas de una recuperación del COVID, pero evita mencionar que el retorno de una inflación sostenida de un solo dígito aumentaría las tasas de interés a largo plazo y desinflaría los precios de los activos tan fácilmente como una recuperación estancada. Y la inflación sostenida es un riesgo real dado que la Fed adoptó la teoría monetaria moderna y su monetización del gasto público fuera de control al estilo más keynesiano posible.
ALGUNAS CAUSAS DEL FENÓMENO INFLACIONARIO QUE SE ESPERA
Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, entre febrero y abril de 2020, en el pico de desempleo durante la recesión de COVID, en EEUU se perdieron 17,3 millones de puestos de trabajo. En 2020, la Ley CARES agregó $ 260 mil millones en beneficios de desempleo mejorados, un Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP) que finalmente proporcionó casi $ 700 mil millones en subvenciones para pequeñas empresas (administradas como préstamos condonables) y autorizó $ 376 mil millones en cheques de estímulo de $ 1,400 para individuos en casi 160 millones de hogares.
En abril de 2020, la primera ronda de controles de estímulo de la Ley CARES resultó en un aumento del 10,5 por ciento en los ingresos personales. A pesar de una recesión que redujo el PIB nominal de 2020 en un 2,3 por ciento, una estimación sugiere que, debido a las transferencias federales, el ingreso familiar medio aumentó más del 8,5 por ciento.
Hasta fines de 2020, los hogares utilizaron cheques de estímulo y efectivo liberado por los mandatos federales de indulgencia de hipotecas y alquileres para pagar los saldos de tarjetas de crédito y préstamos para automóviles y aumentar sus ahorros. La Fed informa que en la segunda mitad de 2020, el efectivo de los hogares y los depósitos a la vista se duplicaron a $ 3 billones.
A medida que la economía se abre en 2021 y los temores de COVID disminuyen, es probable que estos saldos se utilicen para comprar bienes y servicios en una economía donde la producción se ve obstaculizada por la escasez de mano de obra y la cadena de suministro. Parece ser un caso clásico de demasiado dinero persiguiendo muy pocos bienes.
Pero el gasto no se detuvo en 2020. A fines de diciembre, la Ley de Asignaciones Consolidadas de 2021 agregó nuevos pagos de estímulo de $ 600 por adulto, $ 300 por mes en beneficios suplementarios federales por desempleo y nuevos fondos para PPP.
En marzo de 2021, el presidente Biden firmó otro paquete de gastos de $ 1,9 billones que incluye $ 1,400 en cheques de estímulo adicionales para la mayoría de los adultos estadounidenses y extiende $ 300 pagos mensuales por desempleo hasta septiembre de 2021. Hasta ahora, el gobierno ha gastado $ 6 billones, o casi $ 42,000 por contribuyente, sobre el aumento del gasto etiquetado como COVID.
CONSECUENCIAS
Paul Kupiec, especialista de gestión y regulación del mercado financiero, vaticina que es posible que la Fed no admita que un aumento de la inflación es probablemente la mayor amenaza para la estabilidad financiera en la actual administración de Biden.
Sin embargo un repunte de la inflación hace que los inversores revisen sus expectativas de inflación a largo plazo, los precios de los activos caerán, los costos de endeudamiento de las empresas y del gobierno aumentarán, los déficits presupuestarios federales se dispararán y los bancos, incluida la Fed, se enfrentarán a un escenario en el que los costos de búsqueda a plazo superarán los rendimientos de sus carteras de valores y préstamos heredados de mayor vencimiento.
Así que valore estas previsiones y no se olvide del refrán que aconseja poner tus barbas en remojo cuando veas la de tu vecino arder a fuego limpio.
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de ZoePost.
Mientras la inflaccion se mantenga entre ciertos parametros es fisiologica donde no hay que caer en la deflaccion porque entonces si habria que rogarle a papa Dios porque es muy dificil recuperarse con cosecuencias graves tanto para la administracion que para las personas fisicas esperemos que no lleguen a esto pero hay que estar muy atentos porque Sleepy esta maniobrado con el objetivo de empobrecer la ciudadania para poder manipularla al gusto de las elites, buen articulo y buen consejo ahorrar y un poco de austeridad se necesita pero sin dejar de hacer circular el dinero
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