Por Carlos Carballido.
Entró el artista en el escenario y supe que había encontrado a la fiera, al salvaje que yo anhelaba soltar en esa selva oscura de la información y sus falsedades.
Zoé Valdés.
Por Carlos Carballido.
Ha llovido mucho desde que el jovencito Luis Antonio Mac-Beath Jiménez decidió entrar a la Academia de Pintura San Alejandro, en el capitalino municipio de Marianao, Cuba.
La llamada Revolución de Castro estaba en su apogeo más estalinista de sus más de 6 décadas de existencia. El joven, nacido en 1955, había decidido mejorar la técnica del trazo y el color para algún día dedicarse a su verdadera pasión que eran los dibujos animados. Pero quien años más tardes firmará sus obras como Luant, era el típico chico rebelde que tanto molestaban a las instituciones castristas. A los tres meses de haber conseguido la suerte de entrar a San Alejandro fue expulsado por su abierta negativa a cortarse el cabello largo, considerado en aquella época como una expresión de diversionismo ideológico.
Cuenta Luant que fue tanta su frustración que tras ser expulsado y al tomar el autobús de la ruta 100 hacia su barriada de La Víbora, vio a una hermosa joven rubia que miraba sus pinceles insistentemente y sin contenerse le dijo:
-¿Te gustan?… Pues te los regalo.
Parecía que ese había sido el final de su carrera pero, por fortuna, no fue así. Solo fue un “impass” de casi 30 años en los que la necesidad de pintar y caricaturizar la vida estuvo tan latente como su profundo deseo de vivir. La prueba es que apenas hace unos días sale a la luz su primer libro Luant Cara a Cara, una magnífica compilación dónde entrelaza la caricatura con una de sus más recientes revelaciones, la décima cubana.
La editorial Atmósfera Literaria ha sido la encargada de publicar esta primera obra de Luant pero que por su aceptación parece ser la pionera de una saga prometedora gracias no solo al talento del caricaturista sino a su visión crítica y siempre actual de la política en su entorno. Vivir casi 40 años en Alicante, España le ha permitido la habilidad y la ironía de criticar muy bien a los políticos de turno en esa amada Madre Patria para todos los cubanos.
“Al inicio yo quería colocar en este libro una compilación de mi obra en los diarios digitales SevillanoInfo y Zoepost, pero la editorial me pidió que mejor sería centrarnos en lo sociopolítico de España. Así lo hice, aunque sólo con la excepción de ubicar a nuestra Zoé Valdés en este ejemplar. Y lo hice porque ella además de ser ciudadana española, radicada en Francia, es una artista universal, que mediante las letras es capaz de hacer caricatura escrita. Me siento muy honrado de que me lo hayan permitido además de que ella –coño, inmerecidamente para mí – haya tenido la amabilidad de prologarme este libro”.
Luant en estas palabras demuestra que como artista cubano no solo le asiste talento sino humildad y agradecimiento porque el aval de una de las escritoras más importante del exilio anticastrista cubano es de por sí un salvoconducto al éxito.
Luant el artista
Desde que Luant abrió sus ojos por primera vez estuvo bebiendo cultura, poesía y actualidad noticiosa. Sus padres, periodistas ambos graduados de la mundialmente conocida academia Márquez Sterling, y su tía María Luisa Mac-Beath (una de las primeras voces femeninas de la radio cubana) inspiraron en él su avidez por la lectura, el dibujo y la declamación. Heredó además valiosísimas amistades paternas como el pintor y caricaturista cubano Jesús de Armas, quien le marcó un referente con su particular impronta y maestría y que fue, además, el fundador de los dibujos animados en la isla.
Palante, semanario humorístico político pero una escuela al fin.
Jesús de Armas fue una de mis bendiciones, afirma Luant. “Una vez que visitaba mi casa y vio mis dibujos le preguntó a la familia que quién los había hecho. Se sorprendió cuando supo que eran míos. Ni corto ni perezoso me tomó de la mano y me llevó a Palante, un semanario humorístico de caricaturas que era más político que humorístico pero lo que si no podemos negar es que fue mi gran escuela en este giro de caricaturizar mi entorno”.
Palante es quizás la revista de caricaturas más antiguas de Latinoamérica, pero también la única que ha utilizado ese género como ideología de la Revolución castrista.
“Alli encontré a verdaderos maestros que venían de publicaciones prestigiosas de antes del 59, nos recuerda Luant. El venezolano Gabriel Bracho Montiel (director), Juan Ángel Cardi, Luis Wilson (Wilson), Antonio Mariño (Ñico), Rafael Gregorio Díaz (Felo), Francisco Blanco (Blanco), Miguel González (Miguelito) y Gustavo Prado (Pitín) fueron verdaderos maestros nos guste o nos pese su servilismo al régimen”.
-¿Cuánto tiempo estuvisteis allí?- le pregunto.
-“Mi paso por Palante fue breve. Aprendí más bien el negocio de cómo se cocinan las publicaciones en una redacción y cómo se publica. Siempre es una escuela. Pero la vida me obligó a tomar otros rumbos para sobrevivir porque me interesó más hacer una familia que asumir una doble moral para que pudieran publicarme. Soy al final un hombre que ha amado fabricar hijos. Hoy tengo 7 y dos de ellos nacieron en Cuba hasta que ya no pudimos más y decidimos irnos”.
La Décima y el Exilio
En esta, su opera prima, Luant Cara a Cara nos revela un estilo interesante de combinación de caricaturas con décimas. Usualmente la caricatura es la apoyatura gráfica de un escrito o una agenda política, pero en este libro es todo lo contrario. Es la décima quién describe su caricatura, nos aclara Luant. Y lo hace respetando el estilo cubano para romper un poco con la décima ibérica o de Islas Canarias. La creación de Vicente Espinel (siglo XVI) lleva una estructura de 10 versos distribuidos en abbaaccddc y si aún en Cuba se respeta su origen, la décima se ha convertido en un hecho poético que identifica el campo antillano, nuestro sentido del humor y hasta la manera que podemos satirizar a través de la poesía cantada.
“Desde niño tenía amor por la décima, era el declamador oficial de mi escuela primaria. Solía declamar décimas de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí. A pesar de ser uno de los decimistas con mejor técnica y vuelo poético de todos los tiempos, Naborí se encasilló demasiado con la Revolución fidelista. Y eso de algún modo fue jugando en mi contra y como todo giraba en torno a la política llegó un momento en que preferí no seguir haciéndolo. Pero esa musicalidad siempre quedó en mi y desde hace dos años la combino con las caricaturas que envío para Zoepost y SevillanoInfo. Son décimas de mi autoría tratando de sacarlas basada en esa musicalidad que de aquellas canturias guajiras que de niño disfrutaba”
-Entonces, ¿cómo y cuándo sales de Cuba?
-“Salgo en Septiembre de 1982. Era profesor de química en una secundaria básica y cuando se enteraron de que estaba cocinando la salida me envían a literalmente picar piedras en aquel infierno que era llamado Áreas Verdes.
Un amigo homosexual que era pareja de un vicecónsul de España en Cuba facilitó que me dieran una visa temporal que al final terminó siendo definitiva y la única que aprobaron gracias a mi firme planteamiento el cual que era… irme a España o podrirme en una cárcel de Castro.
Fue en este país dónde tuve la oportunidad de crecerme como caricaturista. Primero colando algunos de mis trabajos en una de las revistas hispanas en Estados Unidos más importantes de su época que era Mariel, dónde tuve el honor de aparecer en números dónde escribían talentos cubanos como Reinaldo Arenas y Damián Tellería, entre otros. Aquí en Alicante, en 1986, trabajé por espacio de 3 años en el diario Información a cargo de la sección Internacional de Caricaturas. Pero al tener una familia numerosa tuve que buscarme un trabajo para mejorar la economía y laboré en el sector de Sistemas de Riego, gracias a lo cual pude pensionarme para soportar la vejez.
-Te duele España?
-“Como a todos los que entendemos que esta tierra es una de nuestras madres. Arenas decía que los cubanos venimos del futuro y está película que vemos en España ya nosotros la conocemos y la padecimos en esa isla de la que tú y yo nos escapamos. Lo hemos vivido, pero sin la Z y al ritmo de guaguancó. Aunque es igual.
En España están acabando con las libertades, con un idioma que lo hablan 500 millones de personas en este planeta y están adoctrinando a nuestros hijos no solo en la ideología de género, abortismo y el globalismo sino en crearles vergüenza hasta de hablar un idioma como el español que tanta riqueza cultural nos ha heredado. Han logrado que hasta los intelectuales se suban a ese carril”.
-¿Crees que haya alguna luz al final del túnel?
-“No. No creo. Cuando en Cuba vi que dinamitaban las Palmas Reales para sembrar café y pangola , entendí que el comunismo acaba con las identidades patrias que nos definen. Aquí en España han hecho lo mismo. Casi ningún colegio enseña en español. Les enseñan a los niños basuras y dialectos como si fueran tribales. Los camioneros ahora están en la calle exigiendo libertad, pero en vez de apoyarlos y salir en masa preferimos no meternos en problemas. Aunque soy optimista.
-¿Optimista?… Pero si me acaba de decir que no ve solución.
-Es que soy humorista. Mira … si siguen en esto del aborto, esta gente dejará de reproducirse. Y entonces se acabará el comunismo globalista en unos 30 años.
Consideraciones finales
Cara a Cara con Luant ya está en la calle. La mejor manera de adquirirlo es buscando la web de la Editorial y ordenarlo. Espero mi ejemplar que el autor ha querido dedicarme. Luant prefiere autografiarlo para que el lector sepa que en su rúbrica envía el respeto que él siente por el público que lo sigue primero en redes sociales, luego en Zoepost y SevillanoInfo y ahora con la posibilidad de este libro que apuesto será el primero de muchos mientras Luant siga con ese ímpetu que le caracteriza. Hay una décima en esta obra que me marcó mucho. Usted podrá encontrarla si adquiere el ejemplar. Yo solo cambiaría el último verso dónde cita a nuestro Benny Moré. Cómo admirador de su trabajo me atreveria a romper el octisílabo y afirmar:
Coño Luant, qué bueno pinta usted.
Luant es pintor, caricaturista, decimista y bongosero.
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de Zoepost. Actualmente encargado de la sección económica.